Con mucho entusiasmo decenas de miles de jóvenes llegados desde distintos puntos de nuestra provincia, participaron ayer de la última peregrinación en honor a la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya. Con pancartas, o bien a través de la elaboración de marionetas gigantes y máscaras, los chicos pusieron colorido a la celebración litúrgica, y cumplieron con las promesas realizadas el año pasado.
En los alrededores del predio de Río Blanco abundaban las carpas de los chicos que dieron la bienvenida a la imagen de la Virgen peregrina y que luego formaron parte de la celebración litúrgica. Muchos de ellos provenientes de Libertador General San Martín, San Pedro de Jujuy, Perico, Abra Pampa, Tilcara y Humahuaca, entre otras localidades del interior de la provincia. Además, los grupos de jóvenes de las distintas parroquias de la capital jujeña también se hicieron notar, marchando masivamente, en grupos de entre 30 y 50 jóvenes, desde la Catedral hasta el Río Blanco. Allí se destacaron los chicos pertenecientes a la iglesia San Pedro y San Pablo, que llegaron hasta el lugar con marionetas del Señor de la Cruz, San Pedro y San Pablo, y la Virgen de Fátima.
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Con mucho entusiasmo decenas de miles de jóvenes llegados desde distintos puntos de nuestra provincia, participaron ayer de la última peregrinación en honor a la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya. Con pancartas, o bien a través de la elaboración de marionetas gigantes y máscaras, los chicos pusieron colorido a la celebración litúrgica, y cumplieron con las promesas realizadas el año pasado.
En los alrededores del predio de Río Blanco abundaban las carpas de los chicos que dieron la bienvenida a la imagen de la Virgen peregrina y que luego formaron parte de la celebración litúrgica. Muchos de ellos provenientes de Libertador General San Martín, San Pedro de Jujuy, Perico, Abra Pampa, Tilcara y Humahuaca, entre otras localidades del interior de la provincia. Además, los grupos de jóvenes de las distintas parroquias de la capital jujeña también se hicieron notar, marchando masivamente, en grupos de entre 30 y 50 jóvenes, desde la Catedral hasta el Río Blanco. Allí se destacaron los chicos pertenecientes a la iglesia San Pedro y San Pablo, que llegaron hasta el lugar con marionetas del Señor de la Cruz, San Pedro y San Pablo, y la Virgen de Fátima.