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16 de Mayo,  Jujuy, Argentina
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Tecnología indígena recreada en Tilcara

Viernes, 26 de diciembre de 2014 00:00
<p>HUMEANTES/ DOS HORNOS ANDINOS PUESTOS A PUNTO COMIENZAN A GENERAR GRANDES TEMPERATURAS.</p>

El viento golpea los hornitos levantados para fundir plata al modo precolombino. Sus orificios se tiñen de colores y Pablo Cruz nos explica que dependemos de la constancia del viento. Más que precariedad, se trata de una alquimia en la que participan también las fuerzas de la naturaleza. Algunos metros más allá, Miguel Ángel Pereira registra esto que quiere repetir lo que sucedió hasta 1574 en los alrededores del cerro Potosí.

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El viento golpea los hornitos levantados para fundir plata al modo precolombino. Sus orificios se tiñen de colores y Pablo Cruz nos explica que dependemos de la constancia del viento. Más que precariedad, se trata de una alquimia en la que participan también las fuerzas de la naturaleza. Algunos metros más allá, Miguel Ángel Pereira registra esto que quiere repetir lo que sucedió hasta 1574 en los alrededores del cerro Potosí.

Cuando el doctor en arqueología Pablo Cruz nos explica el experimento, se entiende que más que con recrear una tecnología antigua, tiene que ver con valorar aquello que los pueblos andinos enseñaron a Occidente hablando, justamente, de tecnología. Nos dice que "esta serie de wayras experimentales son parte de un proyecto que empezó en Potosí hace 15 años". La historia de Potosí se contaba sin su pasado indígena, "por eso nos propusimos retomar ese pasado que estaba por todos lados, pero tapado por una construcción histórica que lo negaba", nos dice Cruz. "Así dimos con la tecnología de las wayras, que es una metalurgia totalmente andina. Las crónicas españolas hablan de wayras o de wayrachinas, donde wayra quiere decir viento".

Los wayras son pequeños hornos cilíndricos de arcilla que puede llegar a alcanzar hasta mil grados de temperatura.

Los wayras son pequeños hornos cilíndricos de arcilla que puede llegar a alcanzar hasta mil grados de temperatura.

Los incas ocultaron el cerro de Potosí a los españoles, pero en 1545 Diego Huallpa, miembro de la elite del Inca Huascar, se los entrega. El tema es que allí había plata de una calidad inexistente en Europa. "Esa plata pura, los españoles no la sabían explotar", nos explica Cruz, "entonces recurrieron a estas wayras que funcionaron, casi exclusivamente, hasta 1574". Los cronistas hablan de 6.000 de estos hornitos en torno al Potosí. "Y los españoles no sólo toman la tecnología", nos dice, "sino que la manejan indígenas bajo control de los incas. Dentro de las negociaciones de poder que había con los españoles, los incas guardan ese control que es un saber muy cercano a la magia. Estaban los que traían el mineral, y estaban quienes fundían, los yanaconas wayradores".

Estos hornos de viento tenían agujeros que permitían a los indígenas fundir metales muy puros con muy poco combustible.

Estos hornos de viento tenían agujeros que permitían a los indígenas fundir metales muy puros con muy poco combustible.

A mediados del siglo XVI nace en México el proceso de amalgamación con mercurio, y en 1572 se derrumba la resistencia incaica con la caída de Vilcabamba. Entonces alejan a los incas del control de este proceso, reemplazando su tecnología. Acaso tuviera que ver con que "la metalurgia incaica es más del orden de lo religioso, de lo simbólico, que de lo económico", describe Pablo Cruz.

Esta tecnología fue empleada en los grandes centros de población de Potosí (Bolivia) y el norte de nuestro país.

Esta tecnología fue empleada en los grandes centros de población de Potosí (Bolivia) y el norte de nuestro país.

La metalurgia estaba en el centro del poder. "Por eso", nos explica, "el nuevo Cuzco fue Potosí. Antes las wayras y los metales fundidos en ellas eran venerados, y en el 1600 Potosí era más populosa que París y Londres. Con ese cambio, fue considerada una de las entradas del infierno, la capital de la idolatría pero también la madre de todos los vicios. Allí se dio el primer ensayo de capitalismo y brindó los recursos necesarios para desarrollarlo en Inglaterra. Posibilitó la revolución industrial, y si los españoles no hubieran tenido la tecnología de las wayras, se hubiera producido de otro modo".

No sólo se trataba únicamente de una herramienta para procesar mineral, sino que para los nativos eran objetos de culto.

No sólo se trataba únicamente de una herramienta para procesar mineral, sino que para los nativos eran objetos de culto.

El arqueólogo se apasiona al relatarnos que "esto nos abre la puerta a otro tema apasionante que es la dinámica de saberes, la transferencia de tecnología entre indígenas, criollos y españoles. De los Andes va tecnología a Europa perfeccionando su metalurgia. Muchos basan sus inventos en tecnología indígena, como el metalurgo y alquimista Álvaro Alonso de Barba". Con la llegada del mercurio para la amalgama, los yanaconas wayradores pierden el control en la elaboración de la plata potosina "y termina el período de contacto en la historia de la conquista española. Ahí es cuando la colonia se implanta definitivamente. Durante mis 15 años de investigación me han dado referencias de la utilización de wayras posteriores, pero he recorrido mucho y no he encontrado nada".