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Renunció el presidente por conflicto con chiítas

Viernes, 23 de enero de 2015 00:00
Conflicto armado / Un rebelde Chiíta usa un uniforme de la armada yemení. 
El presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, un aliado de Estados Unidos, presentó ayer su dimisión poco después de que se conociera la renuncia del primer ministro, y denunció que el creciente conflicto armado con rebeldes chiítas que controlan la ciudad capital de Sanaá dejó a Yemen "en un callejón sin salida".
El secretario de la Presidencia y hasta ahora jefe de Estado, Yahia al Arasi, envió una carta a la Asamblea Legislativa en la que acusó a las distintas fuerzas políticas de "falta de responsabilidad" para llevar a Yemen "a buen puerto".
Abdo Rabu Mansur Hadi, quien se hizo cargo de la presidencia del país el 25 de febrero de 2012 tras la renuncia de su antecesor, Ali Abdullah Saleh, por una ola de protestas en 2011, lamentó sentirse "humillado" y haber pasado "grandes sufrimientos" durante su mandato.
En una carta, Hadi advirtió que lo ocurrido el pasado septiembre, cuando los combatientes del movimiento chiíta de los hutíes ocuparon varios puntos de la capital, Sanaá, "afectó el cauce normal" de la transición política en Yemen.
El hasta ayer jefe de Estado, quien pidió perdón a todos los yemeníes, reconoció "no haber sido capaz de lograr los objetivos por los que aguantó un gran sufrimiento" durante estos años.
Ante la inexistencia de un vicepresidente y tal y como contempla la actual Carta Magna yemení, el poder quedará en manos del presidente de la Cámara de los Diputados, Yahia al Raie, cuando éste acepte la dimisión del presidente Hadi.
Minutos antes de la renuncia de Mansur Hadi, el primer ministro yemení, Jaled Bahah, le había presentado a él la dimisión, describiendo la crisis que padece el país estos días como un "laberinto político" que le impedía llevar a cabo sus funciones con "eficacia".
Los hutíes y el hasta ahora jefe de Estado llegaron ayer a un acuerdo de alto el fuego para intentar apaciguar la crisis, que está conduciendo al país a un posible conflicto armado.
En los últimos meses, los combatientes chiítas se han hecho con el control de siete provincias de Yemen, incluida su capital, donde recrudeció la tensión esta semana con el ataque a las sedes presidenciales.

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El presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, un aliado de Estados Unidos, presentó ayer su dimisión poco después de que se conociera la renuncia del primer ministro, y denunció que el creciente conflicto armado con rebeldes chiítas que controlan la ciudad capital de Sanaá dejó a Yemen "en un callejón sin salida".
El secretario de la Presidencia y hasta ahora jefe de Estado, Yahia al Arasi, envió una carta a la Asamblea Legislativa en la que acusó a las distintas fuerzas políticas de "falta de responsabilidad" para llevar a Yemen "a buen puerto".
Abdo Rabu Mansur Hadi, quien se hizo cargo de la presidencia del país el 25 de febrero de 2012 tras la renuncia de su antecesor, Ali Abdullah Saleh, por una ola de protestas en 2011, lamentó sentirse "humillado" y haber pasado "grandes sufrimientos" durante su mandato.
En una carta, Hadi advirtió que lo ocurrido el pasado septiembre, cuando los combatientes del movimiento chiíta de los hutíes ocuparon varios puntos de la capital, Sanaá, "afectó el cauce normal" de la transición política en Yemen.
El hasta ayer jefe de Estado, quien pidió perdón a todos los yemeníes, reconoció "no haber sido capaz de lograr los objetivos por los que aguantó un gran sufrimiento" durante estos años.
Ante la inexistencia de un vicepresidente y tal y como contempla la actual Carta Magna yemení, el poder quedará en manos del presidente de la Cámara de los Diputados, Yahia al Raie, cuando éste acepte la dimisión del presidente Hadi.
Minutos antes de la renuncia de Mansur Hadi, el primer ministro yemení, Jaled Bahah, le había presentado a él la dimisión, describiendo la crisis que padece el país estos días como un "laberinto político" que le impedía llevar a cabo sus funciones con "eficacia".
Los hutíes y el hasta ahora jefe de Estado llegaron ayer a un acuerdo de alto el fuego para intentar apaciguar la crisis, que está conduciendo al país a un posible conflicto armado.
En los últimos meses, los combatientes chiítas se han hecho con el control de siete provincias de Yemen, incluida su capital, donde recrudeció la tensión esta semana con el ataque a las sedes presidenciales.

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