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Productores desarrollan agricultura de base ecológica

Jueves, 17 de diciembre de 2015 01:30
<div>IGNACIO Y AGUSTIN MAYORGA / IMPULSORES DE MIKUNA Y LA RED DE PRODUCTORES JUNTO A SUS PARES DE OTRO GRUPO, MASHUMED.&nbsp;</div><div>
La producción orgánica en Jujuy va en crecimiento y aunque son cientos de productores los que desarrollan agricultura de base ecológica no certificada, avanzan en una organización incipiente que los agrupa y ayuda en su comercialización. A través de una red, la organización y Mikuna se aúnan esfuerzos para revalorizar las prácticas tradicionales, cuyo modelo fue premiado entre otros 400 del país por la Fundación ArgenInta.
Ignacio Mayorga es uno de los impulsores de la red conformada por alrededor de 40 productores con los que trabaja para vincular a productores y consumidores para "potenciar o promover la producción de alimentos saludables y su llegada a los lugares de consumo".
El trabajo fue sintetizado en un modelo de trabajo que desarrollan, obtuvo el primer premio nacional al mejor emprendedor rural asociativo de productores no capitalizados, elegido entre 400 proyectos de todo el país.
La integraron productores que desarrollan producción de base ecológica, natural, que no es certificada pero que cumplen con los fundamentos de la norma (Ley 25.127). Es que existe una controversia entre quiénes pueden llamarse productores orgánicos y cuentan con la certificación, y quienes no acceden como en este caso, debido a su alto costo pese a que superan el mínimo de prácticas que les permitirían ser reconocidos como tales.
Los productores son asistidos por la Facultad de Ciencias Agrarias, con métodos alternativos de control de plagas.
Se estima en Jujuy que serían cientos sobre todo en Puna, Quebrada y Yungas. Por ello la red trabaja en torno a la comercialización, de modo que el desafío es sin ser invasivo ni intervenir en el estilo de vida de los productores, para ayudarlos a mejorar sus posibilidades de comercialización y con ello sus fuentes de ingreso.
Es por eso que la red impulsa la comercialización entendiendo que es el "cuello de botella" para los productores muchos de los cuáles no poseen vehículos, están en zonas alejadas, y no tienen estrategias de supervivencia por fuera de la actividad productiva
Sin embargo, entre los productores, algunos fueron 12 los beneficiados por un proyecto piloto impulsado por el apoyo del Ministerio de Agricultura de la Nación, denominado Procal, que posee financiamiento del Instituto Interamericano de Cooperación Agrícola, cuya capacitación y acompañamiento de seis meses acaba de culminar. Son productores del norte de Humahuaca, de los Valles, hasta Yuto.
Mientras, otros proyectos están dando sus primeros pasos para participar y se acercaron para integrar a la red al enterarse por otros productores y por el local comercial, que sumó de esta manera entre 30 y 40 productores, sin embargo se estima que hay muchos más en especial en Puna y Yungas.
El desafío
"El gran desafío es sin ser invasivo ni intervenir en los estilos de vida de esta gente, la red pueda siempre que quieran, ayudaros en sus fuentes de ingresos, en sus posibilidades de comercialización", afirmó Ignacio Mayorga, uno de los impulsores de la red que captó a los pequeños productores.
Sucede que muchos de estos productores están aislados y su producción muchas veces se torna de subsistencia, les es difícil estar en la producción y trasladar la mercadería, excedentes productivos a los lugares de venta. Es que necesitan inversión para volcar en alambrados, herramientas, arreglar un invernadero o mejorar el sistema de riego, arreglando la infraestructura o instalando el riego por goteo, o construir un lugar techado donde poder acopiar y mejorarlo antes de comercializarlo.
Sucede que se encontró algunos que estaban limitados en la comercialización a tal punto que pensaban dejar de producir.Es por ello que la red se propuso viabilizar la comercialización, "basándonos en principios de comercialización justa", con lo cual acordaron precios que les sirva a los productores, cuyos valores de referencia son los de las ferias locales siendo la diferencia el volumen que se adquiere de los productores.
Cambio de paradigma
Las experiencias de los productores coinciden en el avance en materia de comercialización, en cambio para algunos casos las prácticas ecológicas, ambientales las llevan desde antes como una forma de vida.
Timoteo Ochoa, de Yuto, explicó en este sentido que "queremos cambiar un poco el paradigma de la agricultura tradicional, tiene que ver con lo filosófico, lo ambiental y la salud, mostrar la diferencia entre un producto convencional y uno orgánico", afirmó en relación a la mesa de producción orgánica de la que también participa. Destacó que hay un convencimiento de un conjunto de personas para ofrecer al mercado de la provincia un producto que no atente contra la salud de las personas que consumen.
Estimó que están trabajando en pos de poder a corto y mediano plazo ofrecer un menú de varias frutas y verduras de producción orgánica, que aún estudian la manera de certificar como producto orgánico.
En su experiencia, Ochoa explicó que trabajan saneando los suelos, agregando materia orgánica, restos de producción ganadera como el guano; y hacen hincapié en evitar el monocultivo que empobrece los suelos.
Recordó que trabajan en coordinación con la facultad de Ciencias Agrarias de la Unju, asegurando que recibió apoyo del decano Mario Bonillo, quien es considerado uno de los precursores de la agricultura orgánica.
Ochoa cultiva cítricos, naranja hamling, de ombligo, tanjarina y valencia que están en producción; y mandarina dancyng o colorada, temprana, que cultiva en 15 hectáreas.

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La producción orgánica en Jujuy va en crecimiento y aunque son cientos de productores los que desarrollan agricultura de base ecológica no certificada, avanzan en una organización incipiente que los agrupa y ayuda en su comercialización. A través de una red, la organización y Mikuna se aúnan esfuerzos para revalorizar las prácticas tradicionales, cuyo modelo fue premiado entre otros 400 del país por la Fundación ArgenInta.
Ignacio Mayorga es uno de los impulsores de la red conformada por alrededor de 40 productores con los que trabaja para vincular a productores y consumidores para "potenciar o promover la producción de alimentos saludables y su llegada a los lugares de consumo".
El trabajo fue sintetizado en un modelo de trabajo que desarrollan, obtuvo el primer premio nacional al mejor emprendedor rural asociativo de productores no capitalizados, elegido entre 400 proyectos de todo el país.
La integraron productores que desarrollan producción de base ecológica, natural, que no es certificada pero que cumplen con los fundamentos de la norma (Ley 25.127). Es que existe una controversia entre quiénes pueden llamarse productores orgánicos y cuentan con la certificación, y quienes no acceden como en este caso, debido a su alto costo pese a que superan el mínimo de prácticas que les permitirían ser reconocidos como tales.
Los productores son asistidos por la Facultad de Ciencias Agrarias, con métodos alternativos de control de plagas.
Se estima en Jujuy que serían cientos sobre todo en Puna, Quebrada y Yungas. Por ello la red trabaja en torno a la comercialización, de modo que el desafío es sin ser invasivo ni intervenir en el estilo de vida de los productores, para ayudarlos a mejorar sus posibilidades de comercialización y con ello sus fuentes de ingreso.
Es por eso que la red impulsa la comercialización entendiendo que es el "cuello de botella" para los productores muchos de los cuáles no poseen vehículos, están en zonas alejadas, y no tienen estrategias de supervivencia por fuera de la actividad productiva
Sin embargo, entre los productores, algunos fueron 12 los beneficiados por un proyecto piloto impulsado por el apoyo del Ministerio de Agricultura de la Nación, denominado Procal, que posee financiamiento del Instituto Interamericano de Cooperación Agrícola, cuya capacitación y acompañamiento de seis meses acaba de culminar. Son productores del norte de Humahuaca, de los Valles, hasta Yuto.
Mientras, otros proyectos están dando sus primeros pasos para participar y se acercaron para integrar a la red al enterarse por otros productores y por el local comercial, que sumó de esta manera entre 30 y 40 productores, sin embargo se estima que hay muchos más en especial en Puna y Yungas.
El desafío
"El gran desafío es sin ser invasivo ni intervenir en los estilos de vida de esta gente, la red pueda siempre que quieran, ayudaros en sus fuentes de ingresos, en sus posibilidades de comercialización", afirmó Ignacio Mayorga, uno de los impulsores de la red que captó a los pequeños productores.
Sucede que muchos de estos productores están aislados y su producción muchas veces se torna de subsistencia, les es difícil estar en la producción y trasladar la mercadería, excedentes productivos a los lugares de venta. Es que necesitan inversión para volcar en alambrados, herramientas, arreglar un invernadero o mejorar el sistema de riego, arreglando la infraestructura o instalando el riego por goteo, o construir un lugar techado donde poder acopiar y mejorarlo antes de comercializarlo.
Sucede que se encontró algunos que estaban limitados en la comercialización a tal punto que pensaban dejar de producir.Es por ello que la red se propuso viabilizar la comercialización, "basándonos en principios de comercialización justa", con lo cual acordaron precios que les sirva a los productores, cuyos valores de referencia son los de las ferias locales siendo la diferencia el volumen que se adquiere de los productores.
Cambio de paradigma
Las experiencias de los productores coinciden en el avance en materia de comercialización, en cambio para algunos casos las prácticas ecológicas, ambientales las llevan desde antes como una forma de vida.
Timoteo Ochoa, de Yuto, explicó en este sentido que "queremos cambiar un poco el paradigma de la agricultura tradicional, tiene que ver con lo filosófico, lo ambiental y la salud, mostrar la diferencia entre un producto convencional y uno orgánico", afirmó en relación a la mesa de producción orgánica de la que también participa. Destacó que hay un convencimiento de un conjunto de personas para ofrecer al mercado de la provincia un producto que no atente contra la salud de las personas que consumen.
Estimó que están trabajando en pos de poder a corto y mediano plazo ofrecer un menú de varias frutas y verduras de producción orgánica, que aún estudian la manera de certificar como producto orgánico.
En su experiencia, Ochoa explicó que trabajan saneando los suelos, agregando materia orgánica, restos de producción ganadera como el guano; y hacen hincapié en evitar el monocultivo que empobrece los suelos.
Recordó que trabajan en coordinación con la facultad de Ciencias Agrarias de la Unju, asegurando que recibió apoyo del decano Mario Bonillo, quien es considerado uno de los precursores de la agricultura orgánica.
Ochoa cultiva cítricos, naranja hamling, de ombligo, tanjarina y valencia que están en producción; y mandarina dancyng o colorada, temprana, que cultiva en 15 hectáreas.

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