Y llegaron las fiestas y los motivos de reunión, la preciada paz y la alegría no siempre suelen ser una constante para todos.
Si bien la gran mayoría se contagia del espíritu navideño, bien entendido o no, para algunos, las fechas resultan un desafío que deben soportar ante la inminente discordia familiar, los nervios, presiones y el balance, entonces la ansiedad y depresión suelen resurgir ante las ausencias, que se puede superar no sin voluntad.
Esperadas por algunos, las fiestas son motivo de dificultades para otros. Mientras algunos deben superar los nervios de la organización familiar o de amigos, la elección de la familia del cónyugue con quien se compartirá, con quiénes pasarán los chicos en parejas separadas, las críticas en las reuniones, los roces y los regalos; otros deben lidiar con el dolor, a veces profundo, que muchas veces resurge con angustia ante las ausencias recientes que generan el vacío y desgano por celebrar.
Más allá de ello, el consumismo también le sigue como problema, el compromiso de llevar o no un regalo, ponerse en gastos y endeudarse, es todo un lío.
Regalos que serán a veces criticados, pero recibidos con una sonrisa de oreja a oreja, ya que las reglas de cortesía se usan mucho estos días. Por supuesto también habrá regalos de corazón, que serán agradecidos.
El balance interno, es otra de las dificultades que resurgen cada año, a veces con más efecto que otros, pero que implican un tedioso análisis de lo que pasó, bueno o malo, los objetivos logrados, que remiten también a las pérdidas y al deseo de concretar nuevas proyecciones.
Sin embargo, son la depresión, la ansiedad y el estrés las que serán motivo de análisis, que en la voz de una psicóloga se tratará de desenmarañar.
"Depresión, ansiedad y estrés son trastornos en donde se ve la participación de factores químicos, genéticos y psicológicos. Las tres están interrelacionadas que a veces se mezclan y se derivan en las otras como la ansiedad en cualquiera de sus formas puede derivar en una depresión ansiosa por ejemplo", definió Josefina Lípari, magister en Neuropsicología, doctora en Psicología y terapeuta Emdr (siglas en inglés de Desensibilización y Reprocesamiento por medio de Movimientos Oculares).
Explicó en este sentido que las fiestas de fin de año o la finalización de un ciclo, moviliza a las personas de diferentes maneras según la estructura de personalidad de cada una, y en especial las pérdidas afectivas ya sea de manera física o emocional. Mientras, los replanteos, los nuevos proyectos y aún los logros personales generan una ansiedad elevada y a veces angustia e inestabilidad.
Cerebro vulnerable
Según la profesional, la depresión es una enfermedad que afecta nuestra corteza prefrontal, es parte de un cerebro vulnerable.
Son diferentes las causas que la generan, y van desde un problema importante que genera ansiedad y presión; la soledad, falta de un entorno social positivo; las rupturas de vínculos afectivos o pérdidas; la pérdida de un trabajo; terminar una etapa laboral y sobre todo una visión pobre de sí mismo.
Esto se refiere a una visión interna que alude a pensamientos que tienden a pensar: "no sirvo", "soy tonto", "soy feo", etc.
Realizar consultas a psicólogos
“Ante estas situaciones el cerebro genera sustancias químicas o deja de suministrar componentes para que surjan comportamientos depresivos o ya sea para sobrellevar la adversidad”, precisó la doctora en Psicología Lípari.
Desestructura
Explicó que cuando aparece la depresión suele desestructurar a las personas, al igual que la ansiedad.
Lípari puso énfasis en que es necesario consultar, al igual que cuando se peregrina por diferentes profesionales clínicos, neurólogos, cardiólogos y otros ante la presencia de dolores físicos como el corazón, taquicardia y desmayos.
Detonantes: temores
Pese a ello reconoció que los detonantes comunes de la consulta a psiquiatras o psicólogos suelen ser temores ante lugares cerrados, ansiedad ante esperar en la cola de un supermercado lleno de gente.
“No boicotearse”
“Es importante seguir un tratamiento y no boicotearse por no querer tomar medicación o porque no se cree en los psicólogos. No debemos creer en los psicólogos debemos creer en Dios, un psicólogo solo nos ayudará a seguir un camino a un bienestar físico -mental, que a veces lleva tiempo y perseverancia”, resaltó Lípari.
Diferenciación respecto del estrés
A diferencia de la depresión, el estrés es cotidiano, sea que surge porque se debe cumplir con horarios, no tener el tiempo suficiente, la falta dinero o lo peor: la falta de contención emocional y seguridad afectiva.
El origen
“La manifestación de estos trastornos tiene un componente genético en un 40 % y un 60 % suele ser a consecuencia de situaciones traumáticas vividas como abandonos, maltratos, abusos, familias disfuncionales, etc. que provocaron un sufrimiento físico-mental que generan estrés”, agregó la especialista Josefina Lípari, magister en Neuropsicología de la Universidad de Córdoba.
Sin embargo, la profesional explicó que existen personas que vivenciaron situaciones extremas y no desencadenan una depresión pero sí otros trastornos de diferente gravedad como trastorno de ansiedad.
Características
La depresión se caracteriza no necesariamente en ver a una persona que se niega a salir, bañarse, arreglarse o dormir todo el día, emociones intensas, apatía e ideas suicidas, entre otras.
No obstante estos disparadores que se observan en la conducta o estados mentales, no se deben dejar pasar y es importante siempre la consulta a un profesional de la salud.
Es que sucede que la sociedad nos trasmite el mensaje de que debemos ser fuertes, exitosos, productivos y esa fórmula nos impide relajarnos, realizar actividades recreativas que complementen un tratamiento psicológico y o psiquiátrico.
Recomendaciones
Por ello recomendó que para casos de ansiedad o depresión las distracciones, la meditación, y la actividad física son sugeridas para superarlo, de acuerdo a lo señalado por la especialista en la materia.
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Y llegaron las fiestas y los motivos de reunión, la preciada paz y la alegría no siempre suelen ser una constante para todos.
Si bien la gran mayoría se contagia del espíritu navideño, bien entendido o no, para algunos, las fechas resultan un desafío que deben soportar ante la inminente discordia familiar, los nervios, presiones y el balance, entonces la ansiedad y depresión suelen resurgir ante las ausencias, que se puede superar no sin voluntad.
Esperadas por algunos, las fiestas son motivo de dificultades para otros. Mientras algunos deben superar los nervios de la organización familiar o de amigos, la elección de la familia del cónyugue con quien se compartirá, con quiénes pasarán los chicos en parejas separadas, las críticas en las reuniones, los roces y los regalos; otros deben lidiar con el dolor, a veces profundo, que muchas veces resurge con angustia ante las ausencias recientes que generan el vacío y desgano por celebrar.
Más allá de ello, el consumismo también le sigue como problema, el compromiso de llevar o no un regalo, ponerse en gastos y endeudarse, es todo un lío.
Regalos que serán a veces criticados, pero recibidos con una sonrisa de oreja a oreja, ya que las reglas de cortesía se usan mucho estos días. Por supuesto también habrá regalos de corazón, que serán agradecidos.
El balance interno, es otra de las dificultades que resurgen cada año, a veces con más efecto que otros, pero que implican un tedioso análisis de lo que pasó, bueno o malo, los objetivos logrados, que remiten también a las pérdidas y al deseo de concretar nuevas proyecciones.
Sin embargo, son la depresión, la ansiedad y el estrés las que serán motivo de análisis, que en la voz de una psicóloga se tratará de desenmarañar.
"Depresión, ansiedad y estrés son trastornos en donde se ve la participación de factores químicos, genéticos y psicológicos. Las tres están interrelacionadas que a veces se mezclan y se derivan en las otras como la ansiedad en cualquiera de sus formas puede derivar en una depresión ansiosa por ejemplo", definió Josefina Lípari, magister en Neuropsicología, doctora en Psicología y terapeuta Emdr (siglas en inglés de Desensibilización y Reprocesamiento por medio de Movimientos Oculares).
Explicó en este sentido que las fiestas de fin de año o la finalización de un ciclo, moviliza a las personas de diferentes maneras según la estructura de personalidad de cada una, y en especial las pérdidas afectivas ya sea de manera física o emocional. Mientras, los replanteos, los nuevos proyectos y aún los logros personales generan una ansiedad elevada y a veces angustia e inestabilidad.
Cerebro vulnerable
Según la profesional, la depresión es una enfermedad que afecta nuestra corteza prefrontal, es parte de un cerebro vulnerable.
Son diferentes las causas que la generan, y van desde un problema importante que genera ansiedad y presión; la soledad, falta de un entorno social positivo; las rupturas de vínculos afectivos o pérdidas; la pérdida de un trabajo; terminar una etapa laboral y sobre todo una visión pobre de sí mismo.
Esto se refiere a una visión interna que alude a pensamientos que tienden a pensar: "no sirvo", "soy tonto", "soy feo", etc.
Realizar consultas a psicólogos
“Ante estas situaciones el cerebro genera sustancias químicas o deja de suministrar componentes para que surjan comportamientos depresivos o ya sea para sobrellevar la adversidad”, precisó la doctora en Psicología Lípari.
Desestructura
Explicó que cuando aparece la depresión suele desestructurar a las personas, al igual que la ansiedad.
Lípari puso énfasis en que es necesario consultar, al igual que cuando se peregrina por diferentes profesionales clínicos, neurólogos, cardiólogos y otros ante la presencia de dolores físicos como el corazón, taquicardia y desmayos.
Detonantes: temores
Pese a ello reconoció que los detonantes comunes de la consulta a psiquiatras o psicólogos suelen ser temores ante lugares cerrados, ansiedad ante esperar en la cola de un supermercado lleno de gente.
“No boicotearse”
“Es importante seguir un tratamiento y no boicotearse por no querer tomar medicación o porque no se cree en los psicólogos. No debemos creer en los psicólogos debemos creer en Dios, un psicólogo solo nos ayudará a seguir un camino a un bienestar físico -mental, que a veces lleva tiempo y perseverancia”, resaltó Lípari.
Diferenciación respecto del estrés
A diferencia de la depresión, el estrés es cotidiano, sea que surge porque se debe cumplir con horarios, no tener el tiempo suficiente, la falta dinero o lo peor: la falta de contención emocional y seguridad afectiva.
El origen
“La manifestación de estos trastornos tiene un componente genético en un 40 % y un 60 % suele ser a consecuencia de situaciones traumáticas vividas como abandonos, maltratos, abusos, familias disfuncionales, etc. que provocaron un sufrimiento físico-mental que generan estrés”, agregó la especialista Josefina Lípari, magister en Neuropsicología de la Universidad de Córdoba.
Sin embargo, la profesional explicó que existen personas que vivenciaron situaciones extremas y no desencadenan una depresión pero sí otros trastornos de diferente gravedad como trastorno de ansiedad.
Características
La depresión se caracteriza no necesariamente en ver a una persona que se niega a salir, bañarse, arreglarse o dormir todo el día, emociones intensas, apatía e ideas suicidas, entre otras.
No obstante estos disparadores que se observan en la conducta o estados mentales, no se deben dejar pasar y es importante siempre la consulta a un profesional de la salud.
Es que sucede que la sociedad nos trasmite el mensaje de que debemos ser fuertes, exitosos, productivos y esa fórmula nos impide relajarnos, realizar actividades recreativas que complementen un tratamiento psicológico y o psiquiátrico.
Recomendaciones
Por ello recomendó que para casos de ansiedad o depresión las distracciones, la meditación, y la actividad física son sugeridas para superarlo, de acuerdo a lo señalado por la especialista en la materia.