-¿Qué la llevó a investigar y escribir sobre la Almita Sibila?
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-¿Qué la llevó a investigar y escribir sobre la Almita Sibila?
-Admiro mucho a Visitación Sibila, fue una joven jujeña que de pronto por salvar su cuerpo la mataron. Había nacido en El Totoral en Las Capillas. Nunca conseguí cuándo nació, sí el año: 1876. El hecho sucedió un día que ella venía a la ciudad a comprar cosas. Vivía en un lugar que le decían El Carmen, pero se llamaba Monte Alto camino al Brete. Un día decidí hacer un libro sobre ella, y empecé a investigar casi dos años y medio para conocer y tener más datos sobre ella. Encontré un libro que escribió el señor Bidondo Carrizo en 1973 que tiene partes muy reales además de los expedientes. Después una escritora palpaleña de apellido Torres que escribió otro en 1983, ella es nieta de un agente que estuvo cuando aprendieron al asesino de Almita.
-Es interesante recordarle a la sociedad sobre la historia de esta mujer que tuvo su vida y fue víctima de un femicidio, en su momento un homicidio, un crimen espeluznante... Y la presentación del libro ¿se dio sin querer en el marco de la marcha "Ni una menos"?
-Me impactó mucho. Justamente se presentaba el libro y aparece esta gran marcha de mujeres. Ahora la muerte de Almita, de Visitación, fue una cosa atroz muy cruel; porque ella iba por el monte a caballo a su casa. Y había un hombre arreglando una cincha de un caballo y cuando la ve venir, le propone tener relaciones, ella le dice que no. La baja del caballo, trata de manosearla y ella no se deja. Al no poder dominarla, él le empieza a clavar un cuchillo en el cuello y la mata, después mantiene relaciones con ese cuerpo inerte. Le corta los glúteos, las piernas, y se lleva esas partes a su casa para hacer charqui, y ahí lo encuentra la Policía. Fue un hecho muy cruel. Este hombre que la mato, había matado años atrás a una mujer sordomuda en una situación similar. Este hombre la arrastra a Visitación y la tapa con ramas y se va. Mientras que el caballo regresa a la casa y el marido de Visitación la busca y avisa a la Policía. Les prestan hombres y la encuentran. El marido desesperado, más grande que ella. Nadie entendía por qué le habían hecho eso. Era una mujer muy querida.
-Un hecho como éste muestra el dominio del hombre sobre la mujer...
-En esos tiempos la familia jujeña no conocía de estos crímenes, menos en mujeres. De pronto la ciudad recién empezaba, 1908, y la mayoría de la gente eran familias tradicionales descendientes de otros países, nativos todos convivían en paz y en sana amistad. Este hecho impactó mucho y la gente empezó a rezar, a rezar por esta mujer que sufrió tanto. Entonces yo creo que es ahí cuando Dios la bendice y permite que su almita sea la intermediaria entre la gente y Dios. Fíjese los años que han pasado, en junio cumplió 107 años y sigue ayudando a la gente.
-En el cementerio, se la recuerda y su sepultura es un altar...
-En la tumba en el cementerio El Salvador hace poco pedí autorización y le construí una pared más que ya tiene un montón de placas pegadas. Está permanentemente llena de flores y gente que va a rezar, a pedir.
- Con el trabajo que logró ¿conversó con las personas que se refugian en la Almita Sibila?
- El libro tiene testimonios de gente que está ahí, y también me ayudó mucho el director del Registro Civil, Julio Ferreira, que consiguió el acta de defunción que ahí decía hija de Mariano Sibila con "C" y nacida en El Totoral Las Capillas. Yo tenía una persona muy amiga que vivía en Las Capillas y de pronto también era Mariano Cibila y fui a buscar a los hijos, ese señor era primo hermano de Visitación. Es una historia interesante. Leí los archivos de la Catedral, del archivo histórico de la Biblioteca Popular. No se conseguía mucho, porque eran años que no había diarios y leí lo de la Catedral porque había un registro de bautismos.
-También escuché que Ud. había hablado con monseñor Palentini para que Almita Sbila sea beatificada...
-Y ahora hable con el obispo César Fernández, pero ahora estamos con la beatificación y después hablaremos por la Almita Sibila para ver si se puede mandar los 107 años de milagros. Es una historia triste e increíble.
-¿Se conoce qué fue de la vida del asesino?
-No se sabe cómo muere ni dónde. En 1919 lo llevan a un Hospicio de enfermos mentales en Buenos Aires y no se sabe más.