Uruguay vivió ayer la primera huelga general de trabajadores desde que asumió el presidente Tabaré Vázquez el 1º de marzo, una medida que los sindicatos adoptaron en demanda de mejoras salariales y de un aumento del presupuesto del Estado.
En Montevideo, la lluvia intensa era más visible que de costumbre por el menor movimiento comercial y de transeúntes, notorio en las calles de la ciudad, constató un periodista.
El transporte público está prácticamente paralizado y se reduce a servicios "de emergencia". El paro también afecta a toda la administración pública y al sector bancario, a la enseñanza pública y parte de la privada, y al sector salud, en donde solo se atienden situaciones de urgencia.
En las principales arterias comerciales de la ciudad, muchos escaparates tienen sus luces apagadas y las cortinas de varios locales permanecen cerradas. Otros comercios en cambio, abrieron sus puertas.
La central sindical PIT CNT, que organiza la jornada, evaluó en más de un millón el número de trabajadores que no concurrió a sus puestos de trabajo, en un país de 3,4 millones de habitantes.
El presidente del PIT CNT, Fernando Pereira, se congratuló en rueda de prensa por el "acatamiento" a la convocatoria realizada un mes atrás. "Decenas de miles de pequeños comerciantes se han sumado y se han sentido parte de este paro", dijo el dirigente en la sede central del movimiento sindical.
Tensión económica
Las reivindicaciones de los trabajadores son esencialmente económicas. Mejoras salariales y un incremento del presupuesto público están en el centro de los reclamos, aunque también pidieron en palabras de Pereira la aprobación de una "ley de insolvencia patronal" que asegure a los empleados sus indemnizaciones cuando una empresa quiebra, o la aprobación de una ley que obligue a sacar al mercado viviendas que se encuentran deshabitadas.
Uruguay enfrenta un período de cierta tensión económica, en un contexto regional difícil y con una caída constante de sus ventas al exterior desde diciembre pasado.
En los últimos 12 meses además, el país acumula 9,02% de inflación, porcentaje netamente superior al rango meta oficial de 3-7% anual, que se refleja en aumentos de precios cada vez más pronunciados de productos básicos de consumo.
En otros rubros importantes, como combustibles, se registraron alzas de precios de 5% a 7% por decisión oficial a fines de julio en este país importador neto de petróleo que registra además una fuerte depreciación de su moneda, de más de 15%, en lo que va del año.
Uruguay atraviesa dos instancias económicas importantes este 2015, que finalmente dieron contexto a esta huelga.
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Uruguay vivió ayer la primera huelga general de trabajadores desde que asumió el presidente Tabaré Vázquez el 1º de marzo, una medida que los sindicatos adoptaron en demanda de mejoras salariales y de un aumento del presupuesto del Estado.
En Montevideo, la lluvia intensa era más visible que de costumbre por el menor movimiento comercial y de transeúntes, notorio en las calles de la ciudad, constató un periodista.
El transporte público está prácticamente paralizado y se reduce a servicios "de emergencia". El paro también afecta a toda la administración pública y al sector bancario, a la enseñanza pública y parte de la privada, y al sector salud, en donde solo se atienden situaciones de urgencia.
En las principales arterias comerciales de la ciudad, muchos escaparates tienen sus luces apagadas y las cortinas de varios locales permanecen cerradas. Otros comercios en cambio, abrieron sus puertas.
La central sindical PIT CNT, que organiza la jornada, evaluó en más de un millón el número de trabajadores que no concurrió a sus puestos de trabajo, en un país de 3,4 millones de habitantes.
El presidente del PIT CNT, Fernando Pereira, se congratuló en rueda de prensa por el "acatamiento" a la convocatoria realizada un mes atrás. "Decenas de miles de pequeños comerciantes se han sumado y se han sentido parte de este paro", dijo el dirigente en la sede central del movimiento sindical.
Tensión económica
Las reivindicaciones de los trabajadores son esencialmente económicas. Mejoras salariales y un incremento del presupuesto público están en el centro de los reclamos, aunque también pidieron en palabras de Pereira la aprobación de una "ley de insolvencia patronal" que asegure a los empleados sus indemnizaciones cuando una empresa quiebra, o la aprobación de una ley que obligue a sacar al mercado viviendas que se encuentran deshabitadas.
Uruguay enfrenta un período de cierta tensión económica, en un contexto regional difícil y con una caída constante de sus ventas al exterior desde diciembre pasado.
En los últimos 12 meses además, el país acumula 9,02% de inflación, porcentaje netamente superior al rango meta oficial de 3-7% anual, que se refleja en aumentos de precios cada vez más pronunciados de productos básicos de consumo.
En otros rubros importantes, como combustibles, se registraron alzas de precios de 5% a 7% por decisión oficial a fines de julio en este país importador neto de petróleo que registra además una fuerte depreciación de su moneda, de más de 15%, en lo que va del año.
Uruguay atraviesa dos instancias económicas importantes este 2015, que finalmente dieron contexto a esta huelga.