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Combates entre Ejército y PKK se propagan a las calles

Jueves, 10 de septiembre de 2015 01:30
<div>DEFENSAS / TANQUES TURCOS SE ENCUENTRAN APOSTADOS EN LAS CALLES DE ANKARA.</div>
Los sangrientos ataques de los rebeldes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) contra el ejército turco suscitaron ayer la cólera de los nacionalistas y de los simpatizantes del gobierno, que multiplican acciones contra el principal partido prokurdo del país.
Por segunda noche consecutiva, miles de manifestantes nacionalistas atacaron en la madrugada del ayer numerosas oficinas, incluida su sede en Ankara, del Partido Demócrata de los Pueblos (HDP) acusado por el gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan de apoyar al movimiento rebelde. "Estas campañas de ataques están dirigidas por una sola mano, la del Estado", indicó ayer a la prensa el copresidente del HDP, Selahattin Demirtas.
La formación prokurda también advirtió ayer que había riesgos de "guerra civil" en el país.
"Un jefe de partido habla de guerra civil. Es una insensatez", declaró Erdogan, quien instó a los dirigentes del HDP a "elegir entre la democracia y el terrorismo". "Si optan por el terrorismo, habrán de sufrir las consecuencias" de esta opción, subrayó el presidente turco durante una conferencia de prensa conjunta con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en Ankara.
Tusk también dijo estar preocupado por los actos de violencia e instó al Estado turco a reanudar las negociaciones con el PKK.
Cerca de 7.000 personas se manifestaron el martes por la noche en Ankara para denunciar el "terrorismo" de los rebeldes del PKK. La policía utilizó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes que bloqueaban una calle.
Otro grupo de un centenar de personas asaltó oficinas del HDP en el barrio de Kavaklidere e incendió parte de las instalaciones.
El martes, partidarios del gobierno que reprochan al diario Hürriyet sus críticas al presidente islamoconservador atacaron su sede en Estambul por segunda vez desde el domingo.
Desde el martes por el noche, el primer ministro Ahmet Davutoglu lamentó estos disturbios y lanzó un llamamiento a la calma. "Atacar a la prensa y a las propiedades de partidos políticos es inaceptable" escribió en su cuenta de Twitter.

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Los sangrientos ataques de los rebeldes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) contra el ejército turco suscitaron ayer la cólera de los nacionalistas y de los simpatizantes del gobierno, que multiplican acciones contra el principal partido prokurdo del país.
Por segunda noche consecutiva, miles de manifestantes nacionalistas atacaron en la madrugada del ayer numerosas oficinas, incluida su sede en Ankara, del Partido Demócrata de los Pueblos (HDP) acusado por el gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan de apoyar al movimiento rebelde. "Estas campañas de ataques están dirigidas por una sola mano, la del Estado", indicó ayer a la prensa el copresidente del HDP, Selahattin Demirtas.
La formación prokurda también advirtió ayer que había riesgos de "guerra civil" en el país.
"Un jefe de partido habla de guerra civil. Es una insensatez", declaró Erdogan, quien instó a los dirigentes del HDP a "elegir entre la democracia y el terrorismo". "Si optan por el terrorismo, habrán de sufrir las consecuencias" de esta opción, subrayó el presidente turco durante una conferencia de prensa conjunta con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en Ankara.
Tusk también dijo estar preocupado por los actos de violencia e instó al Estado turco a reanudar las negociaciones con el PKK.
Cerca de 7.000 personas se manifestaron el martes por la noche en Ankara para denunciar el "terrorismo" de los rebeldes del PKK. La policía utilizó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes que bloqueaban una calle.
Otro grupo de un centenar de personas asaltó oficinas del HDP en el barrio de Kavaklidere e incendió parte de las instalaciones.
El martes, partidarios del gobierno que reprochan al diario Hürriyet sus críticas al presidente islamoconservador atacaron su sede en Estambul por segunda vez desde el domingo.
Desde el martes por el noche, el primer ministro Ahmet Davutoglu lamentó estos disturbios y lanzó un llamamiento a la calma. "Atacar a la prensa y a las propiedades de partidos políticos es inaceptable" escribió en su cuenta de Twitter.

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