La buena noticia es que el Grupo Jujeño de Teatro cumplió con lo prometido. Cuando regresaron sus actores a la escena, en una edición pasada del Encuentro de Teatro Popular Latinoamericano que se proponía homenajear a Damián "Tito" Guerra, la emoción se apoderó de los distintos elencos que reestrenaron varias de las producciones del grupo, casi veinte años después. Por eso hoy a las 21 en la sala "Raúl Galán" del Teatro Mitre, se reestrenará "El imaginero de la Puna" con las actuaciones de Silvia Gallegos, Martín Reynaga y Miquel Chauqui.
La nostalgia de aquel primer regreso en el Entepola, derivó en la necesidad de volver a verse, y levantar otra vez la bandera de Guerra. Desde el fallecimiento repentino de quien había sido su fundador, maestro y director, el grupo había desaparecido. Fue como si el duelo se hubiera apoderado de cada uno de los artistas de un modo extraño que no les permitió seguir por ese camino que había llevado al Grupo Jujeño de Teatro al reconocimiento nacional, sobre todo por algunas de sus obras que levantaron los aplausos de las plateas, como la emblemática "Manta de plumas".
Lo cierto es que hace unos años, la nueva generación de público jujeño, y los memoriosos amantes del teatro tan característico de Tito Guerra (antropológico y regional, con gran identidad), vieron con buenos ojos las obras que volvieron a ensayar sus integrantes.
Y siempre queda la intención de seguir... y todo depende de muchas variables... Y pareciera que el espíritu creativo volvió a brotar, por eso hoy estrenan la obra "El imaginero de la Puna" de autoría de Tito Guerra, y que se había puesto en escena en algún momento antes de su muerte, pero en el ámbito de la universidad, cuenta la actriz.
Gallegos fue quien se puso al hombro la dirección de reposición de esta puesta, "con toda la responsabilidad que significa, retomar un trabajo de Tito", dice muy conmovida.
Cuenta que cuando tuvo oportunidad en estos últimos año de recorrer distintas provincias con obras nuevas que habían ganado las fiestas provinciales de Jujuy, se reencontró con teatristas de aquella época en la que había brillado con "Manta de plumas" (de la que ella fue protagonista), que le reclamaban que no hayan continuado con todo el estilo de Guerra en los escenarios argentinos. "Cuando se enteraron que finalmente volvemos con esas obras, con esa impronta, con su legado, un colega de otra provincia me llamó y me dijo ''por fin superaron el duelo, para seguir con tanto laburo!''", dice contenta de lo que se viene.
Recordando a Tito Guerra, comentó que en alguna oportunidad conversando con sus compañeros del grupo, "nos dimos cuenta que él sin que nosotros supiéramos, nos había hecho recorrer una línea de trabajo teatral de aprendizaje, comenzando por el sainete, y siguiendo por el grotesco, teatro rioplatense y luego ''lo nuestro'' como decía él, cuando llegó el momento nos dijo ''hablemos con nuestra lengua''", comenta la actriz.
"Todo ese recorrido lo vemos recién ahora a la distancia", concluyó reconociendo las diferencias de antes y de ahora.
La nostalgia de aquel primer regreso en el Entepola, derivó en la necesidad de volver a verse, y levantar otra vez la bandera de Guerra. Desde el fallecimiento repentino de quien había sido su fundador, maestro y director, el grupo había desaparecido. Fue como si el duelo se hubiera apoderado de cada uno de los artistas de un modo extraño que no les permitió seguir por ese camino que había llevado al Grupo Jujeño de Teatro al reconocimiento nacional, sobre todo por algunas de sus obras que levantaron los aplausos de las plateas, como la emblemática "Manta de plumas".
Lo cierto es que hace unos años, la nueva generación de público jujeño, y los memoriosos amantes del teatro tan característico de Tito Guerra (antropológico y regional, con gran identidad), vieron con buenos ojos las obras que volvieron a ensayar sus integrantes.
Y siempre queda la intención de seguir... y todo depende de muchas variables... Y pareciera que el espíritu creativo volvió a brotar, por eso hoy estrenan la obra "El imaginero de la Puna" de autoría de Tito Guerra, y que se había puesto en escena en algún momento antes de su muerte, pero en el ámbito de la universidad, cuenta la actriz.
Gallegos fue quien se puso al hombro la dirección de reposición de esta puesta, "con toda la responsabilidad que significa, retomar un trabajo de Tito", dice muy conmovida.
Cuenta que cuando tuvo oportunidad en estos últimos año de recorrer distintas provincias con obras nuevas que habían ganado las fiestas provinciales de Jujuy, se reencontró con teatristas de aquella época en la que había brillado con "Manta de plumas" (de la que ella fue protagonista), que le reclamaban que no hayan continuado con todo el estilo de Guerra en los escenarios argentinos. "Cuando se enteraron que finalmente volvemos con esas obras, con esa impronta, con su legado, un colega de otra provincia me llamó y me dijo ''por fin superaron el duelo, para seguir con tanto laburo!''", dice contenta de lo que se viene.
Recordando a Tito Guerra, comentó que en alguna oportunidad conversando con sus compañeros del grupo, "nos dimos cuenta que él sin que nosotros supiéramos, nos había hecho recorrer una línea de trabajo teatral de aprendizaje, comenzando por el sainete, y siguiendo por el grotesco, teatro rioplatense y luego ''lo nuestro'' como decía él, cuando llegó el momento nos dijo ''hablemos con nuestra lengua''", comenta la actriz.
"Todo ese recorrido lo vemos recién ahora a la distancia", concluyó reconociendo las diferencias de antes y de ahora.
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La buena noticia es que el Grupo Jujeño de Teatro cumplió con lo prometido. Cuando regresaron sus actores a la escena, en una edición pasada del Encuentro de Teatro Popular Latinoamericano que se proponía homenajear a Damián "Tito" Guerra, la emoción se apoderó de los distintos elencos que reestrenaron varias de las producciones del grupo, casi veinte años después. Por eso hoy a las 21 en la sala "Raúl Galán" del Teatro Mitre, se reestrenará "El imaginero de la Puna" con las actuaciones de Silvia Gallegos, Martín Reynaga y Miquel Chauqui.
La nostalgia de aquel primer regreso en el Entepola, derivó en la necesidad de volver a verse, y levantar otra vez la bandera de Guerra. Desde el fallecimiento repentino de quien había sido su fundador, maestro y director, el grupo había desaparecido. Fue como si el duelo se hubiera apoderado de cada uno de los artistas de un modo extraño que no les permitió seguir por ese camino que había llevado al Grupo Jujeño de Teatro al reconocimiento nacional, sobre todo por algunas de sus obras que levantaron los aplausos de las plateas, como la emblemática "Manta de plumas".
Lo cierto es que hace unos años, la nueva generación de público jujeño, y los memoriosos amantes del teatro tan característico de Tito Guerra (antropológico y regional, con gran identidad), vieron con buenos ojos las obras que volvieron a ensayar sus integrantes.
Y siempre queda la intención de seguir... y todo depende de muchas variables... Y pareciera que el espíritu creativo volvió a brotar, por eso hoy estrenan la obra "El imaginero de la Puna" de autoría de Tito Guerra, y que se había puesto en escena en algún momento antes de su muerte, pero en el ámbito de la universidad, cuenta la actriz.
Gallegos fue quien se puso al hombro la dirección de reposición de esta puesta, "con toda la responsabilidad que significa, retomar un trabajo de Tito", dice muy conmovida.
Cuenta que cuando tuvo oportunidad en estos últimos año de recorrer distintas provincias con obras nuevas que habían ganado las fiestas provinciales de Jujuy, se reencontró con teatristas de aquella época en la que había brillado con "Manta de plumas" (de la que ella fue protagonista), que le reclamaban que no hayan continuado con todo el estilo de Guerra en los escenarios argentinos. "Cuando se enteraron que finalmente volvemos con esas obras, con esa impronta, con su legado, un colega de otra provincia me llamó y me dijo ''por fin superaron el duelo, para seguir con tanto laburo!''", dice contenta de lo que se viene.
Recordando a Tito Guerra, comentó que en alguna oportunidad conversando con sus compañeros del grupo, "nos dimos cuenta que él sin que nosotros supiéramos, nos había hecho recorrer una línea de trabajo teatral de aprendizaje, comenzando por el sainete, y siguiendo por el grotesco, teatro rioplatense y luego ''lo nuestro'' como decía él, cuando llegó el momento nos dijo ''hablemos con nuestra lengua''", comenta la actriz.
"Todo ese recorrido lo vemos recién ahora a la distancia", concluyó reconociendo las diferencias de antes y de ahora.
La nostalgia de aquel primer regreso en el Entepola, derivó en la necesidad de volver a verse, y levantar otra vez la bandera de Guerra. Desde el fallecimiento repentino de quien había sido su fundador, maestro y director, el grupo había desaparecido. Fue como si el duelo se hubiera apoderado de cada uno de los artistas de un modo extraño que no les permitió seguir por ese camino que había llevado al Grupo Jujeño de Teatro al reconocimiento nacional, sobre todo por algunas de sus obras que levantaron los aplausos de las plateas, como la emblemática "Manta de plumas".
Lo cierto es que hace unos años, la nueva generación de público jujeño, y los memoriosos amantes del teatro tan característico de Tito Guerra (antropológico y regional, con gran identidad), vieron con buenos ojos las obras que volvieron a ensayar sus integrantes.
Y siempre queda la intención de seguir... y todo depende de muchas variables... Y pareciera que el espíritu creativo volvió a brotar, por eso hoy estrenan la obra "El imaginero de la Puna" de autoría de Tito Guerra, y que se había puesto en escena en algún momento antes de su muerte, pero en el ámbito de la universidad, cuenta la actriz.
Gallegos fue quien se puso al hombro la dirección de reposición de esta puesta, "con toda la responsabilidad que significa, retomar un trabajo de Tito", dice muy conmovida.
Cuenta que cuando tuvo oportunidad en estos últimos año de recorrer distintas provincias con obras nuevas que habían ganado las fiestas provinciales de Jujuy, se reencontró con teatristas de aquella época en la que había brillado con "Manta de plumas" (de la que ella fue protagonista), que le reclamaban que no hayan continuado con todo el estilo de Guerra en los escenarios argentinos. "Cuando se enteraron que finalmente volvemos con esas obras, con esa impronta, con su legado, un colega de otra provincia me llamó y me dijo ''por fin superaron el duelo, para seguir con tanto laburo!''", dice contenta de lo que se viene.
Recordando a Tito Guerra, comentó que en alguna oportunidad conversando con sus compañeros del grupo, "nos dimos cuenta que él sin que nosotros supiéramos, nos había hecho recorrer una línea de trabajo teatral de aprendizaje, comenzando por el sainete, y siguiendo por el grotesco, teatro rioplatense y luego ''lo nuestro'' como decía él, cuando llegó el momento nos dijo ''hablemos con nuestra lengua''", comenta la actriz.
"Todo ese recorrido lo vemos recién ahora a la distancia", concluyó reconociendo las diferencias de antes y de ahora.