El artista jujeño multidisciplinar Marcos Osácar, expone desde el miércoles pasado sus obras "Personaje" y "Personaje 3: Otoño" en el International Museum of Familiy History en la ciudad de Maastrich. Hasta hoy estará allí, y desde mañana hasta el 17 en la ciudad de Rotterdam.. Desde el 13 al 17, se estará presentando en Rotterdam.
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El artista jujeño multidisciplinar Marcos Osácar, expone desde el miércoles pasado sus obras "Personaje" y "Personaje 3: Otoño" en el International Museum of Familiy History en la ciudad de Maastrich. Hasta hoy estará allí, y desde mañana hasta el 17 en la ciudad de Rotterdam.. Desde el 13 al 17, se estará presentando en Rotterdam.
¿Qué obras son las que mandaste a Holanda?
Son dos dibujos realizados en el 2013, que me gustan particularmente, y que no los he mostrado tanto. Yo trabajo mucho con la naturaleza, los mitos y en ese trabajo en particular tiene esa esencia. Había hecho un personaje cubierto de follaje, en el monte –lo que se ve en la primera obra-. Se me ocurrió este personaje un día que estaba en la casa de una amiga al frente del Río Reyes. Era un encuentro con otros pintores amigos como Lito Demuro, mi mujer Carola Nicastro, Victor Montoya, Héctor Alemán, etc. Después de almorzar, me fui a caminar y ahí se me ocurrió este personaje. En la primera obra aparece como una mancha de fondo, un extra. Después empecé a trabajarlo con más importancia, para que no sea parte del escenario sino que cobre más protagonismo. Por eso en la otra obra que mando, "Personaje 3: Otoño", es el mismo personaje, más de cerca, con una mano extendida hacia el espectador. Están hechas con la técnica grafito, latex, tinta china y un collage, además de tener un terminado con un lápiz graso que cubre toda la superficie. Es una mezcla importante.
Son dos cuadros que siguen una historia y tu estilo que es muy fantástico por decirlo de alguna manera. Sos un artista que imagina mundos y personajes, ¿Cómo es el proceso de tu creación para llegar a esto por ejemplo?
Yo cuando retrato algo de la naturaleza, trabajo mucho en lo que es la representación del monte, del bosque. En alguna época trabajé con la Quebrada, pero hay mucha gente que la conoce y no conoce otro paisajes más cercanos incluso. Cuando hago un paisaje, copio algunas cosas que vi, pero normalmente las modifico porque no soy un copista. Hago un collage, voy sacando de varios lados y armo un escenario. En el caso de esta obra, por ejemplo me llamó la atención la corteza de un árbol que está en primer plano, y a partir de ahí empecé a ponerle árboles diferentes, y luego salió este personaje. Esta obra me llevó un proceso de tres horas más o menos. Hay otros que demoran más. El segundo personaje que salió esa vez, ya lo vendí, lo había hecho en tinta china. Fue en Santa Clara, a partir de la forma caprichosa de un palo borracho. Era un personaje que pasaba rápido caminando detrás de estas formas.
A partir de esa imaginación ¿qué necesitás luego para concretar la obra?
Más que nada tiempo, por el proceso de elaboración que tiene un trabajo muy fino, sobre todo los hecho con lápiz. Los que están hechos con tinta son más viscerales, porque es otra técnica, otro proceso.
Cuando pintas sobre todo en eventos en vivo, sale otro estilo de Marcos Osácar...
Si. La pintura en vivo tiene otros tiempos, otros procesos y por ahí se puede reconocer mi trabajo por la forma, pero no por el contenido y el color. Mucho tiempo estuve peleado con el color, ahora me estoy reconciliando. Pero simplemente porque siempre fui un bicho raro en esto. Me acuerdo que en Córdoba, donde yo estudié, siempre estuve en la vereda del frente.
¿Por qué te atrapa más el dibujo?
Porque es lo que mejor sé hacer. El dibujo no tiene el mismo efecto que la pintura. Me han dicho muchos que mis trabajos le producen miedo y sensación de tristeza. Yo lo busco por el lado del misterio. Es muy subjetivo. Me gusta ver cómo funciono yo con el dibujo.
Antes hacía pintura sólo para los salones, y tenía la mano como más dura para esto porque no era lo que hacía normalmente. Ahora estoy pintando un poco más, hace un tiempo estuve dedicado a la acuarela, pero....
¿Me parece o es un intento tuyo por no perder la mano en otras técnicas nada más, atendiendo a que te gusta demasiado el dibujo?
Algo así. Hay quienes dicen que un artista plástico tiene que saber manejar todas la técnicas y yo no estoy muy de acuerdo. Pero el tema de la pintura, de hacer algo visceral sin preocuparse por los mínimos detalles –que tiene el dibujo- es muy tentador.
¿Cómo se relacionan y se diferencian con tu esposa Carola Nicastro, que también es plástica?
Ella es muy constructiva, positiva, siempre ve el vaso medio lleno, y yo al revés. Eso se ve en la obra. Yo soy muy obsesivo y ella es una mujer que trabaja mucho y tiene menos tiempo para pintar, pero resuelve más rápido que yo una obra. Trabaja el tema de las mujeres más que nada. Yo en cambio me dedico a los mitos y la naturaleza.
¿Qué otro proyecto tenés para este año?
En octubre voy hacer una muestra en Macedonio (Centro Cultural y Museo Casa Macedonio Graz) que tiene que ver con rostros en primerísimos primeros planos. Son rostros de gente que conozco como el Bacho Auad (baterista), de Froilán Colque (artista plástico), de mi esposa, de mis hijos, y también de personas anónimas y con distintas técnicas y combinadas.
Generalmente experimento sobre la obra definitiva, no me baso en bocetos. Salga como salga, la muestro. Porque de eso también se aprende.