Un nuevo sacerdote se sumará hoy a clero de la provincia. Se trata de Sergio Daniel Martínez, joven de 28 años de edad, oriundo de Perico. La ordenación sacerdotal se llevará a cabo hoy a las 10.30 en la capilla de Santo Domingo, en su ciudad natal, por lo que el Obispado invitó a los fieles a participar de la celebración.
Daniel Martínez, diácono desde el año pasado, cursó sus estudios primarios en la Escuela N§ 24 "Brigadier Cornelio Saavedra" y los secundarios en la Escuela de Comercio "José Manuel Estrada". Ingresó al Seminario en el año 2006 y allí cursó los estudios filosóficos y teológicos.
Actualmente cursa la Licenciatura en Ciencias Religiosas en la Universidad Católica de Santiago del Estero. Los últimos años se desempeñó al servicio de la parroquia San Bartolomé del barrio Chijra y zonas aledañas, por lo que logró ganarse el cariño de la comunidad de la zona.
El lema sacerdotal elegido por Martínez es "Él hace todo lo que quiere. Confía en el Señor", (salmo 113). "Me siento ansioso por los preparativos y en paz porque estoy por dar un paso ayudado por la gracia de Dios", dijo Martínez antes de su ordenación.
Según relató el diácono "el llamado de Dios" lo sintió un día cuando salía de misa en Santo Domingo. "Vi un hombre de mayor edad que trasladaba muchas cosas y me dije... ¿lo ayudo o me quedo parado?", relató.
Continuó narrando que fue en ese momento, que temerosamente colaboró con la persona y lo acompañó hasta la puerta de su casa; "el hombre me dijo, gracias muchacho, gracias". Ese fue el momento en el que el joven decidió que quería dedicar su vida al servicio del prójimo.
Martínez aseguró que los modelos en su vocación de servicio fueron sus familiares, sus seis hermanos, algunos de los cuales son catequistas y miembros de grupos juveniles solidarios y su madre que fue legionaria, y la que lo llevó a caminar en la vida de la iglesia, acostumbrándolo a rezar el rosario en las casas, como así también a participar de la misión de las familias y a visitar geriátricos.
Al finalizar el secundario, y sin tener familiares o allegados sacerdotes, Martínez decidió participar de convivencias vocacionales y fue en este momento que confirmó que quería ser sacerdote gracias a las experiencias vividas en su comunidad periqueña, Santo Domingo.
Daniel Martínez, diácono desde el año pasado, cursó sus estudios primarios en la Escuela N§ 24 "Brigadier Cornelio Saavedra" y los secundarios en la Escuela de Comercio "José Manuel Estrada". Ingresó al Seminario en el año 2006 y allí cursó los estudios filosóficos y teológicos.
Actualmente cursa la Licenciatura en Ciencias Religiosas en la Universidad Católica de Santiago del Estero. Los últimos años se desempeñó al servicio de la parroquia San Bartolomé del barrio Chijra y zonas aledañas, por lo que logró ganarse el cariño de la comunidad de la zona.
El lema sacerdotal elegido por Martínez es "Él hace todo lo que quiere. Confía en el Señor", (salmo 113). "Me siento ansioso por los preparativos y en paz porque estoy por dar un paso ayudado por la gracia de Dios", dijo Martínez antes de su ordenación.
Según relató el diácono "el llamado de Dios" lo sintió un día cuando salía de misa en Santo Domingo. "Vi un hombre de mayor edad que trasladaba muchas cosas y me dije... ¿lo ayudo o me quedo parado?", relató.
Continuó narrando que fue en ese momento, que temerosamente colaboró con la persona y lo acompañó hasta la puerta de su casa; "el hombre me dijo, gracias muchacho, gracias". Ese fue el momento en el que el joven decidió que quería dedicar su vida al servicio del prójimo.
Martínez aseguró que los modelos en su vocación de servicio fueron sus familiares, sus seis hermanos, algunos de los cuales son catequistas y miembros de grupos juveniles solidarios y su madre que fue legionaria, y la que lo llevó a caminar en la vida de la iglesia, acostumbrándolo a rezar el rosario en las casas, como así también a participar de la misión de las familias y a visitar geriátricos.
Al finalizar el secundario, y sin tener familiares o allegados sacerdotes, Martínez decidió participar de convivencias vocacionales y fue en este momento que confirmó que quería ser sacerdote gracias a las experiencias vividas en su comunidad periqueña, Santo Domingo.
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Un nuevo sacerdote se sumará hoy a clero de la provincia. Se trata de Sergio Daniel Martínez, joven de 28 años de edad, oriundo de Perico. La ordenación sacerdotal se llevará a cabo hoy a las 10.30 en la capilla de Santo Domingo, en su ciudad natal, por lo que el Obispado invitó a los fieles a participar de la celebración.
Daniel Martínez, diácono desde el año pasado, cursó sus estudios primarios en la Escuela N§ 24 "Brigadier Cornelio Saavedra" y los secundarios en la Escuela de Comercio "José Manuel Estrada". Ingresó al Seminario en el año 2006 y allí cursó los estudios filosóficos y teológicos.
Actualmente cursa la Licenciatura en Ciencias Religiosas en la Universidad Católica de Santiago del Estero. Los últimos años se desempeñó al servicio de la parroquia San Bartolomé del barrio Chijra y zonas aledañas, por lo que logró ganarse el cariño de la comunidad de la zona.
El lema sacerdotal elegido por Martínez es "Él hace todo lo que quiere. Confía en el Señor", (salmo 113). "Me siento ansioso por los preparativos y en paz porque estoy por dar un paso ayudado por la gracia de Dios", dijo Martínez antes de su ordenación.
Según relató el diácono "el llamado de Dios" lo sintió un día cuando salía de misa en Santo Domingo. "Vi un hombre de mayor edad que trasladaba muchas cosas y me dije... ¿lo ayudo o me quedo parado?", relató.
Continuó narrando que fue en ese momento, que temerosamente colaboró con la persona y lo acompañó hasta la puerta de su casa; "el hombre me dijo, gracias muchacho, gracias". Ese fue el momento en el que el joven decidió que quería dedicar su vida al servicio del prójimo.
Martínez aseguró que los modelos en su vocación de servicio fueron sus familiares, sus seis hermanos, algunos de los cuales son catequistas y miembros de grupos juveniles solidarios y su madre que fue legionaria, y la que lo llevó a caminar en la vida de la iglesia, acostumbrándolo a rezar el rosario en las casas, como así también a participar de la misión de las familias y a visitar geriátricos.
Al finalizar el secundario, y sin tener familiares o allegados sacerdotes, Martínez decidió participar de convivencias vocacionales y fue en este momento que confirmó que quería ser sacerdote gracias a las experiencias vividas en su comunidad periqueña, Santo Domingo.
Daniel Martínez, diácono desde el año pasado, cursó sus estudios primarios en la Escuela N§ 24 "Brigadier Cornelio Saavedra" y los secundarios en la Escuela de Comercio "José Manuel Estrada". Ingresó al Seminario en el año 2006 y allí cursó los estudios filosóficos y teológicos.
Actualmente cursa la Licenciatura en Ciencias Religiosas en la Universidad Católica de Santiago del Estero. Los últimos años se desempeñó al servicio de la parroquia San Bartolomé del barrio Chijra y zonas aledañas, por lo que logró ganarse el cariño de la comunidad de la zona.
El lema sacerdotal elegido por Martínez es "Él hace todo lo que quiere. Confía en el Señor", (salmo 113). "Me siento ansioso por los preparativos y en paz porque estoy por dar un paso ayudado por la gracia de Dios", dijo Martínez antes de su ordenación.
Según relató el diácono "el llamado de Dios" lo sintió un día cuando salía de misa en Santo Domingo. "Vi un hombre de mayor edad que trasladaba muchas cosas y me dije... ¿lo ayudo o me quedo parado?", relató.
Continuó narrando que fue en ese momento, que temerosamente colaboró con la persona y lo acompañó hasta la puerta de su casa; "el hombre me dijo, gracias muchacho, gracias". Ese fue el momento en el que el joven decidió que quería dedicar su vida al servicio del prójimo.
Martínez aseguró que los modelos en su vocación de servicio fueron sus familiares, sus seis hermanos, algunos de los cuales son catequistas y miembros de grupos juveniles solidarios y su madre que fue legionaria, y la que lo llevó a caminar en la vida de la iglesia, acostumbrándolo a rezar el rosario en las casas, como así también a participar de la misión de las familias y a visitar geriátricos.
Al finalizar el secundario, y sin tener familiares o allegados sacerdotes, Martínez decidió participar de convivencias vocacionales y fue en este momento que confirmó que quería ser sacerdote gracias a las experiencias vividas en su comunidad periqueña, Santo Domingo.