¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

20°
24 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Macri versus Cristina, la batalla final

Miércoles, 18 de octubre de 2017 01:00

Pese a ser una elección legislativa y a no acaparar un gran interés por parte de los votantes, el del domingo será un comicio crucial para el futuro político de la Argentina. Por un lado se juega cómo quedará la gobernabilidad del Ejecutivo para los próximos dos años; y por el otro, ni más ni menos que el destino presidencial de los dos principales dirigentes del país: Mauricio Macri y Cristina de Kirchner. 
Según todas las encuestas, el macrismo se encamina a un escrutinio que, probablemente, mejore su débil posición parlamentaria en el Congreso nacional que lo obliga siempre a negociar con otras fuerzas. Ese dato que revelan los consultores tampoco debería confundir a la población ni a los 
estrategas del oficialismo, ya que sólo un milagro podría colocar al macrismo con mayoría propia en Diputados y Senadores. Por ahora, nada hace prever que eso pueda ocurrir en los hechos. 
Otra cosa que se descuenta es que Cambiemos obtendría una mayor cantidad de votos que el 35 por ciento conseguido el 13 de agosto pasado. 
Esto se explica porque podría imponerse en todos los distritos electorales más populosos, incluida la provincia de Buenos Aires, y en muchos de los más chicos como Jujuy, Santa 
Cruz,Entre Ríos, Corrientes, San Luis, 
San Juan y La Pampa. En Córdoba Héctor Baldazzi tiene prácticamente asegurado el triunfo por un amplio margen, al igual que Elisa Carrió en la Ciudad de Buenos Aires, donde podría superar incluso el cincuenta por ciento de los votos. En Santa Fe, el macrista Albor Cantard podría quitarle el primer puesto al kirchnerismo, que con sus seis candidatos fue el partido más votado por menos de un punto de diferencia. La lógica marca que a Agustín Rossi le será muy difícil retener los votos de sus competidores internos, que no todos eran kirchneristas y que varios de ellos podrían virar hacia otros partidos. Mendoza, distrito gobernado por el radicalismo, también quedaría pintado de amarillo, ya que en las Paso hubo una diferencia de casi ocho puntos y no se descarta que el domingo se amplíe un poco. 
La confrontación estelar de la jornada será la de la provincia de Buenos Aires, donde Cristina de Kirchner ganó las Paso por menos de un punto de diferencia luego de un bochornoso conteo que se develó dos semanas después. No hay consultora de opinión pública que no le otorgue a Esteban Bullrich una ventaja menor a los tres puntos, aunque otros aventuran aún un poco más. Una eventual derrota de la expresidenta la dejaría automáticamente afuera de la contienda 
por el sillón de Rivadavia en 2019. Si Cristina no logra ganar en el único distrito en el que es realmente poderosa, el mensaje hacia la ciudadanía será el de un kirchnerismo devaluado, sin nuevos liderazgos y con Cristina habiendo caído ante un rival de mucha menos envergadura como el exministro de Educación.
Producto de su alta imagen negativa, la exmandataria sabe que actualmente es imposible que pueda imponerse en un balotaje, por lo que los sueños presidenciales de Cristina -aún ganando la elección- serán de muy difícil concreción, aunque perdiéndola, se transformarán directamente en una utopía. Ese rechazo de una gran porción de la gente es el que hace que toda la campaña oficialista esté centrada en denostar al Gobierno anterior. Esto ocurre porque el líder del PRO aún tiene poco para mostrar en materia de gestión propia: la inflación sigue altísima, la inversión no llega como se prometió y la pobreza baja a ritmo extremadamente lento. 
El presidente Mauricio Macri, que viene de dos años muy duros en materia económica, está al tanto que sus chances reeleccionistas se disputarán en buena parte el domingo. ‘Si ganamos las elecciones con pocos resultados para exhibir, en 2019 todo será más fácil porque la economía ya empezó a arrancar y pronto eso se notará en el bolsillo de la gente‘, aseguró a El Tribuno una alta fuente del macrismo que pidió reserva de su identidad. 
Si Cambiemos gana la provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Mendoza y la Ciudad de Buenos Aires, el expresidente de Boca difícilmente pierda fuerza electoral de cara a 2019. Por el contrario, la gente tiende a votar más por los ganadores que por los perdedores. 
Esta elección también marcará a fuego el posicionamiento del massismo como tercera fuerza nacional. Sergio Massa, que podría perder votos en comparación a las Paso por no jugarse nada, deberá afrontar los próximos dos años sin un cargo que le aporte visibilidad. La mala elección del 13 de agosto, de repetirse para el Frente Renovador, podría ser el certificado de defunción de los deseos presidenciales del exintendente de Tigre. 
Otro partido que se encuentra en pleno proceso de reorganización es el PJ, que todavía no halló ningún liderazgo alternativo al de Cristina, lo que lo hace perder poder de fuego en las urnas de cara a 2019. Uno de los gobernadores peronistas que quiere nacionalizar su figura es el salteño Juan 
Manuel Urtubey, quien se juega una importante parada frente al macrista Martín Grande, el postulante más votado en las primarias.
La esperable victoria justicialista en Chaco puede poner en carrera a su mandatario Domingo Peppo, aunque sus niveles de conocimiento a nivel nacional sean exiguos y muy difíciles de instalar en sólo 24 meses.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Pese a ser una elección legislativa y a no acaparar un gran interés por parte de los votantes, el del domingo será un comicio crucial para el futuro político de la Argentina. Por un lado se juega cómo quedará la gobernabilidad del Ejecutivo para los próximos dos años; y por el otro, ni más ni menos que el destino presidencial de los dos principales dirigentes del país: Mauricio Macri y Cristina de Kirchner. 
Según todas las encuestas, el macrismo se encamina a un escrutinio que, probablemente, mejore su débil posición parlamentaria en el Congreso nacional que lo obliga siempre a negociar con otras fuerzas. Ese dato que revelan los consultores tampoco debería confundir a la población ni a los 
estrategas del oficialismo, ya que sólo un milagro podría colocar al macrismo con mayoría propia en Diputados y Senadores. Por ahora, nada hace prever que eso pueda ocurrir en los hechos. 
Otra cosa que se descuenta es que Cambiemos obtendría una mayor cantidad de votos que el 35 por ciento conseguido el 13 de agosto pasado. 
Esto se explica porque podría imponerse en todos los distritos electorales más populosos, incluida la provincia de Buenos Aires, y en muchos de los más chicos como Jujuy, Santa 
Cruz,Entre Ríos, Corrientes, San Luis, 
San Juan y La Pampa. En Córdoba Héctor Baldazzi tiene prácticamente asegurado el triunfo por un amplio margen, al igual que Elisa Carrió en la Ciudad de Buenos Aires, donde podría superar incluso el cincuenta por ciento de los votos. En Santa Fe, el macrista Albor Cantard podría quitarle el primer puesto al kirchnerismo, que con sus seis candidatos fue el partido más votado por menos de un punto de diferencia. La lógica marca que a Agustín Rossi le será muy difícil retener los votos de sus competidores internos, que no todos eran kirchneristas y que varios de ellos podrían virar hacia otros partidos. Mendoza, distrito gobernado por el radicalismo, también quedaría pintado de amarillo, ya que en las Paso hubo una diferencia de casi ocho puntos y no se descarta que el domingo se amplíe un poco. 
La confrontación estelar de la jornada será la de la provincia de Buenos Aires, donde Cristina de Kirchner ganó las Paso por menos de un punto de diferencia luego de un bochornoso conteo que se develó dos semanas después. No hay consultora de opinión pública que no le otorgue a Esteban Bullrich una ventaja menor a los tres puntos, aunque otros aventuran aún un poco más. Una eventual derrota de la expresidenta la dejaría automáticamente afuera de la contienda 
por el sillón de Rivadavia en 2019. Si Cristina no logra ganar en el único distrito en el que es realmente poderosa, el mensaje hacia la ciudadanía será el de un kirchnerismo devaluado, sin nuevos liderazgos y con Cristina habiendo caído ante un rival de mucha menos envergadura como el exministro de Educación.
Producto de su alta imagen negativa, la exmandataria sabe que actualmente es imposible que pueda imponerse en un balotaje, por lo que los sueños presidenciales de Cristina -aún ganando la elección- serán de muy difícil concreción, aunque perdiéndola, se transformarán directamente en una utopía. Ese rechazo de una gran porción de la gente es el que hace que toda la campaña oficialista esté centrada en denostar al Gobierno anterior. Esto ocurre porque el líder del PRO aún tiene poco para mostrar en materia de gestión propia: la inflación sigue altísima, la inversión no llega como se prometió y la pobreza baja a ritmo extremadamente lento. 
El presidente Mauricio Macri, que viene de dos años muy duros en materia económica, está al tanto que sus chances reeleccionistas se disputarán en buena parte el domingo. ‘Si ganamos las elecciones con pocos resultados para exhibir, en 2019 todo será más fácil porque la economía ya empezó a arrancar y pronto eso se notará en el bolsillo de la gente‘, aseguró a El Tribuno una alta fuente del macrismo que pidió reserva de su identidad. 
Si Cambiemos gana la provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Mendoza y la Ciudad de Buenos Aires, el expresidente de Boca difícilmente pierda fuerza electoral de cara a 2019. Por el contrario, la gente tiende a votar más por los ganadores que por los perdedores. 
Esta elección también marcará a fuego el posicionamiento del massismo como tercera fuerza nacional. Sergio Massa, que podría perder votos en comparación a las Paso por no jugarse nada, deberá afrontar los próximos dos años sin un cargo que le aporte visibilidad. La mala elección del 13 de agosto, de repetirse para el Frente Renovador, podría ser el certificado de defunción de los deseos presidenciales del exintendente de Tigre. 
Otro partido que se encuentra en pleno proceso de reorganización es el PJ, que todavía no halló ningún liderazgo alternativo al de Cristina, lo que lo hace perder poder de fuego en las urnas de cara a 2019. Uno de los gobernadores peronistas que quiere nacionalizar su figura es el salteño Juan 
Manuel Urtubey, quien se juega una importante parada frente al macrista Martín Grande, el postulante más votado en las primarias.
La esperable victoria justicialista en Chaco puede poner en carrera a su mandatario Domingo Peppo, aunque sus niveles de conocimiento a nivel nacional sean exiguos y muy difíciles de instalar en sólo 24 meses.