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Laberintos humanos. La tola y la llama

Sabado, 21 de octubre de 2017 22:49

El remisero nos contó que llegó a Tilcara con la tola que le había encargado el llamero que había comprado una llama en Abra Pampa. El animal extrañaba la pastura de la Puna y necesitaba mezclársela con el alfa para que no sufriera de abstinencia, y en el viaje le había sucedido la extraña aventura del suri.

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El remisero nos contó que llegó a Tilcara con la tola que le había encargado el llamero que había comprado una llama en Abra Pampa. El animal extrañaba la pastura de la Puna y necesitaba mezclársela con el alfa para que no sufriera de abstinencia, y en el viaje le había sucedido la extraña aventura del suri.

Vio al suri agonizando al costado de la ruta y, como lo vio al morir, regresó en sussueños. En una pensión abrapampeña y echando una siesta, soñó con el hombre que, celebrando con plumas de suri ante San Juan, perdió a su hijo, que le había robado la noche para que le pastara la majada.

El hombre del sueño lo buscó en las sombras hasta dar con una mujer de negro, que era sin duda la misma oscuridad, quien aceptó que se quedara él, transformado en ñandú ya de por vida sin poder regresar, y dejó que el niño regresara con su madre para continuar su vida de persona, pero eso fue en su sueño, y en la vigilia le estaba llevando la tola puneña a la llama abstinente.

El camélido olfateó la pastura con la que se había criadoy volvió su largo cuello. Pareció sonreír, y cuando el llamero que le había encargado la tola le dio un poco a la bestia, el remisero la vio comer con una expresión que se le hizo que ella también, alguna vez, fue una persona. Pero de eso ya no supe nada más, nos contó el remisero.

Quién sabe quién fue esa llama antes de ser llama, dijo, porqueno tuve la suerte de conocer su historia, concluyó ante el asombrado silencio con que lo escuchábamos don Braulio, Amadeo Don, Armando y yo.