Indudablemente “Blade Runner” del cineasta Ridley Scott (1982) es un hito de la ciencia ficción y son muchas las películas posteriores del género que le deben algo, desde “Terminator” pasando por “El vengador del futuro” llegando hasta “The Matrix” y la reciente “Ex machina”, y la lista sigue. Todas, toman de aquella tópicos vinculados con la identidad, la inteligencia artificial, las reflexiones filosóficas o el dominio de las megacorporaciones.
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Indudablemente “Blade Runner” del cineasta Ridley Scott (1982) es un hito de la ciencia ficción y son muchas las películas posteriores del género que le deben algo, desde “Terminator” pasando por “El vengador del futuro” llegando hasta “The Matrix” y la reciente “Ex machina”, y la lista sigue. Todas, toman de aquella tópicos vinculados con la identidad, la inteligencia artificial, las reflexiones filosóficas o el dominio de las megacorporaciones.
Y por supuesto que la secuela de una película tan influyente causaba mucha inquietud. Finalmente, 35 años después, el día llegó y se estrenó esta semana en todo el mundo “Blade Runner 2049” dirigida por el canadiense Dennis Villeneuve, responsable de “La llegada” (otro estimulante filme de ciencia ficción) y producida por el mismísimo Scott.
La acción en esta segunda parte se sitúa años después de los acontecimientos del primer filme, que transcurre en 2019 en un futuro devastado donde un grupo de androides es perseguido y aniquilado por querer sentir como humanos. En 2049 un nuevo blade runner, K descubre un secreto largamente oculto que podría acabar con el caos que impera en la sociedad. El descubrimiento de K le lleva a iniciar una búsqueda de Rick Deckard, un blade runner al que se le perdió la pista hace tres décadas.
Y la propuesta se instala como una meritoria y muy interesante continuación del clásico ochentoso, porque respeta su esencia y su estilo relacionado con el cine negro, porque sigue la peculiar e inolvidable estética del filme original (apocalíptica, decadente, oscura, caótica) y porque plantea una reflexión sobre la existencia y el significado del ser humano.
Así todos los elementos que hicieron de “Blade Runner” una propuesta de culto se reúnen de nuevo en la secuela, Villeneuve supo reinventar estos puntos creando un filme optimizado por la superioridad de los recursos técnicos del siglo XXI, el guión es notable y va por el mismo camino que planteaba el relato original, con personajes muy parecidos pero tres décadas después y los protagonistas hacen lo suyo muy bien. El talentoso Ryan Gosling compone una vez más un personaje único y el inoxidable Harrison Ford retorna encarnado a un veterano Rick Deckard.
“Blade Runner 2049” es una propuesta extensa (dura casi tres horas) y compleja pero muestra efectivamente la amarga travesía de un ser creado artificialmente que atraviesa un drama existencial.