Sentado frente al redactor de El Tribuno de Jujuy, Emiliano inicia un relato que de a poco se convierte en estremecedor especialmente al mostrar rastros de una salvaje agresión.
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Sentado frente al redactor de El Tribuno de Jujuy, Emiliano inicia un relato que de a poco se convierte en estremecedor especialmente al mostrar rastros de una salvaje agresión.
“El 15 febrero del año pasado mi mujer, profesora de tecnología de 34 años, en una discusión a causa de sus celos me rocío alcohol y me prendió fuego” expresó el hombre.
“Estuve en coma farmacológico para soportar el dolor, respirador automático, me falló el corazón, riñones, casi muero” señala.
“Ella estuvo internada un tiempo por quemaduras en una mano, yo tengo 40% cuerpo quemado”.
Su relato continua con angustia “La Policía nunca la detuvo, ni siquiera cuando la denuncie, en el mes de junio”.
Finalmente en diciembre la notificaron de que estaba imputada por lesiones agravadas por la condición de la víctima, pero tampoco la detuvieron.
“Gente del juzgado me dijo que, si las cosas hubieran sido al revés, si yo la hubiera agredido a ella estaría preso desde el mismo día de la agresión. La justicia hace esa discriminación porque soy hombre y ella una “indefensa” mujer” agrega resignado.
“No hay igualdad de género para las leyes. Tendrían que haberla imputado por tentativa de homicidio, pero tampoco lo hicieron porque para el médico legista, mi vida nunca estuvo en peligro, a pesar de haber estado en terapia intensiva”. remarca Mi abogada dice que “eso es una ridiculez, porque si uno está en terapia intensiva es justamente porque hay riesgo de muerte. Quedé con horrorosas cicatrices, no puedo trabajar por las heridas en mis manos, tomó fuertes calmantes para el dolor, no puedo exponerme al sol, tengo que ver a 2 psicólogos en fin, mi vida es muy difícil ahora, y encima tengo que aguantar que está mujer y sus padres me acusen de violento, sólo para justificar el salvaje accionar de su hija, a quien no se la puede llamar animal porque un animal no haría algo así” nos dice, a la vez que nos muestra los remedio que consume. “Es un monstruo está mujer que jamás mostró arrepentimiento o culpa, todo lo contrario, ella y su familia tan religiosa siempre tuvieron una actitud desafiante, nunca entendieron que su hija por poco me asesina”