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Alguien dijo con razón: “El campo de la derrota no está poblado de fracasados, sino hombres que capitularon antes de vencer”. Si hubieran perseverado, el éxito habría coronado sus esfuerzos. Lamentablemente son pocos los que, ante los primeros fracasos, piensan que en algún momento el éxito llegará. Dicen que Edison hizo casi un millar de pruebas antes de lograr la famosa lámpara. Muchos de nuestros fracasos, escribió alguien, se deben a no haber tenido paciencia para alcanzar lo que deseábamos, malogrando así esfuerzos y esperanzas.Estuve releyendo una vieja nota de Warren Bennis y Burt Nanus sobre el tema. Quisiera compartir algunos párrafos:
“Para mucha gente la palabra “fracaso” tiene un sentido de irrevocabilidad. En cambio para el líder triunfador el fracaso es un principio, el trampolín al esfuerzo renovado. Los líderes simplemente no piensan en el fracaso. Esto nos quedó claro después de haber entrevistado y estudiado a 90 hombres y mujeres de éxito (dirigentes empresariales, senadores, entrenadores y otros) para preparar nuestro libro sobre el liderazgo. En realidad, los que están al mando ni siquiera usan la palabra. Emplean sinónimos tales como “error”, “arranque en falso” y “contratiempo”. Uno de ellos nos dijo: “Si conozco una forma artística de liderazgo, consiste en cometer todos los errores que pueda en el menor tiempo posible con el propósito de aprender”.