PURMAMARCA (Corresponsal). Con mucho respeto pero también con gran algarabía, las comparsas del pueblo de los siete colores realizaron el tradicional martes de chaya sahumando y chayando negocios, casas y una gran cantidad de vehículos de lugareños y también de turistas que se sumaron a la ancestral ceremonia.
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PURMAMARCA (Corresponsal). Con mucho respeto pero también con gran algarabía, las comparsas del pueblo de los siete colores realizaron el tradicional martes de chaya sahumando y chayando negocios, casas y una gran cantidad de vehículos de lugareños y también de turistas que se sumaron a la ancestral ceremonia.
Desde el mediodía las bombas de estruendo anunciaron los festejos con las comparsas Juventud Chanca Chanca y Los corazones alegres que recorrieron las calles del pueblo.
“El martes de chaya para toda la región precolombina, lo que es el norte de Jujuy, Bolivia y Perú, es muy especial y tiene un significado muy particular que es el agradecimiento a la Pachamama por todas las cosas buenas que nos da durante el año, en particular en esta época que es de cosecha de muchos frutos como el maíz, y muchas de las frutas y verduras que nos da la tierra”, comentó José Ramos, miembro de Los corazones alegres.
“El martes de carnaval tiene un símbolo especial que es chayar las casas nuevas, los negocios, y vehículos. Primero se enflora con serpentina o adornos, después se sahúma y posteriormente se chaya con bebidas, talco y nieve, de esta manera es como cumplimos con nuestra comparsa con esta ceremonia que nos dejaron nuestros ancestros”, añadió.
Pidiendo a la Pachamama salud y abundancia, que les vaya bien en todo el año, que los negocios prosperen y que los vehículos no se arruinen y no tengan accidentes. Desde el mediodía hasta horas de la tarde la gran chayada al ritmo de música alegre con trompetas, anatas, bombos y platillos.
En particular Los corazones alegres después de recorrer algunas calles del pueblo, retornaron a la plaza 9 de julio para chayar alrededor de 50 vehículos, muchos de los cuales fueron de lugareños y muchos otros de turistas de Salta, Santiago del Estero, Tucumán, Buenos Aires, entre otras, se sumaron a esta creencia popular.
Por su parte, la Juventud Chanca Chanca también arrancó desde muy temprano saliendo en pasacalles chayando negocios en compañía de simpatizantes y turistas.
Bien enflorados y entalcados anduvieron los autos y camionetas, no pudiendo limpiarlos hasta que la mayor parte de la chaya salga por sí sola, según marca la tradición transmitida por los mayores del pueblo.