A pesar de haber transcurrido varios días la familia de Rosa Quispe aún no supera los momentos de terror vividos en la madrugada del domingo, cuando un ruido ensordecedor y un desgarrador griterío les indicó que el techo de una galería, de su casa se había desplomado.
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A pesar de haber transcurrido varios días la familia de Rosa Quispe aún no supera los momentos de terror vividos en la madrugada del domingo, cuando un ruido ensordecedor y un desgarrador griterío les indicó que el techo de una galería, de su casa se había desplomado.
La fiesta promocionada por las redes sociales habría congregado mas de 200 jóvenes menores de edad que huyeron por los techos.
"No le puedo decir exactamente cuantos eran, pero seguro unos cuarenta chicos había en mi patio" indica a El Tribuno de Jujuy Rosa Quispe dueña del inmueble invadido y destruido.
Chapas retorcidas, vigas de hierros dobladas por el peso además del tanque y el manubrio roto de una moto son mudos testigos de los destrozos provocados en alocada huida de los concurrentes a una fiesta clandestina celebrada sobre la calle Fraile Pintado del sector b2 de Alto Comedero, al llegar la policía cerca de las 3 de la mañana .
The Galaxy Fest 1, era publicitada por las redes sociales y en la convocatoria indicaban "no cae la cana" y proponían "mujeres totalmente gratis toda la noche", "un trago en la puerta para que entres de la cabeza", "venta de bebidas".
"Mis vecinos les pedían desde la planta alta que se bajen, que el techo cedería, pero no escucharon y es así como se vino todo abajo", relata angustiada Rosa.
Alvaro Diaz y su esposa Gabriela señalan "de casualidad no mataron a mi hijo de 10 años, porque parte del techo cayó sobre su cama" agregando que "todo era un verdadero caos, varios de los chicos que cayeron al patio desde el techo sufrieron lesiones".
"Nos cansamos de llamar a la policía y siempre contestaron lo mismo "no tenemos móviles" para ir, llegaron muy tarde" acotó Rosa.
"Todo es muy extraño, nos rompieron el único medio de trabajo que tenemos, que es la moto de mi hijo y nadie se quiere hacer cargo de lo que pasó" nos dice Rosa con lagrimas en los ojos.
"La señora Claudia Mamaní, la madre de los organizadores me dijo que ello no tiene plata para pagar los daños y encima vino la madre de un joven llamado Eric a reclamarme una campera de su hijo, que sabemos que esta en el hospital porque al caer se hizo una profunda herida en el cuello", señalando Rosa "mire si ese chico se moría?" se pregunta.
Para finalizar Rosa expresa aún sumamente angustiada "yo soy diabética y sufro de presión, esa noche me podría haber muerto, sin contar el daño económico que hicieron".