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24 de Abril,  Jujuy, Argentina
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El momento justo para bajar un cambio…

Viernes, 28 de abril de 2017 20:11

Algunas personas que se dedican a observar los fenómenos del universo, aseguran que hay etapas, momentos, en los que pareciera que una fuerza astral negativa atraviesa toda la galaxia, a nuestro planeta, el país y la provincia, y hasta a las personasindividualmente arrastrando todo en una serie de hechos infaustos que parecen casuales, pero que en realidad responderían a esa “mala onda” universal que sacude de tanto en tanto a toda la creación con diferentes grados de potencia. Los observadores maniáticos de la realidad, no podemos dejar de pensar que eso es verdad. En diez días, el norteamericano Donald Trump arrojó sobre Afganistán “la madre de todas las bombas no nucleares”, el presidente vitalicio norcoreano Kim Jong Un, ensayó un misil nuclear de larga distancia, y el presidente ruso Vladimir Putin mostró amenazante al “padre de todos los misiles”, e ISIS sacudió a Francia con francotiradores que sembraron muerte y debió llegar a las elecciones en estado de emergencia. En otras latitudes, siguen las hambrunas en África y algunos países árabes, y los refugiados no encuentran ni sitio para vivir ni paz, y en Venezuela, las marchas a favor en contra del gobierno recrudecieron hasta dejar –hasta ayer-  dieciocho muertos en las calles de Caracas. En nuestro país la degradación quedó patentizada en la muerte de un hincha de fútbol en el estadio Kempes de córdoba, y el ataque irracional a la residencia de la gobernadora Alicia Kirchner en San Cruz, por parte de gente agobiada por una crisis sin final. En nuestra pequeña provincia de Jujuy esta especie de barahúnda también se instaló de muchas maneras. Quizás el caos esté indicando que es tiempo de recuperar la mesura, de reinstalar el respeto perdido, y de tratar de poner en valor la discusión de temas trascendentes para el conjunto, por sobre peligro de una cultura del agravio que desdibuja la convivencia civilizada. Ya es tiempo de bajar un cambio. Antes que sea demasiado tarde.

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Algunas personas que se dedican a observar los fenómenos del universo, aseguran que hay etapas, momentos, en los que pareciera que una fuerza astral negativa atraviesa toda la galaxia, a nuestro planeta, el país y la provincia, y hasta a las personasindividualmente arrastrando todo en una serie de hechos infaustos que parecen casuales, pero que en realidad responderían a esa “mala onda” universal que sacude de tanto en tanto a toda la creación con diferentes grados de potencia. Los observadores maniáticos de la realidad, no podemos dejar de pensar que eso es verdad. En diez días, el norteamericano Donald Trump arrojó sobre Afganistán “la madre de todas las bombas no nucleares”, el presidente vitalicio norcoreano Kim Jong Un, ensayó un misil nuclear de larga distancia, y el presidente ruso Vladimir Putin mostró amenazante al “padre de todos los misiles”, e ISIS sacudió a Francia con francotiradores que sembraron muerte y debió llegar a las elecciones en estado de emergencia. En otras latitudes, siguen las hambrunas en África y algunos países árabes, y los refugiados no encuentran ni sitio para vivir ni paz, y en Venezuela, las marchas a favor en contra del gobierno recrudecieron hasta dejar –hasta ayer-  dieciocho muertos en las calles de Caracas. En nuestro país la degradación quedó patentizada en la muerte de un hincha de fútbol en el estadio Kempes de córdoba, y el ataque irracional a la residencia de la gobernadora Alicia Kirchner en San Cruz, por parte de gente agobiada por una crisis sin final. En nuestra pequeña provincia de Jujuy esta especie de barahúnda también se instaló de muchas maneras. Quizás el caos esté indicando que es tiempo de recuperar la mesura, de reinstalar el respeto perdido, y de tratar de poner en valor la discusión de temas trascendentes para el conjunto, por sobre peligro de una cultura del agravio que desdibuja la convivencia civilizada. Ya es tiempo de bajar un cambio. Antes que sea demasiado tarde.

 

“Episodio agrarias”

Siguió vigente durante la semana el “episodio Agrarias”. El Consejo Superior de la UNJu quiso ser más duro de lo razonable, y exigió avanzar con una denuncia penal como reparación por el atropello policial de aquella noche de la fiesta. No le alcanzó la expresión unánime de repudio de la población, las entidades públicas, los gremios, las organizaciones sociales, de la Legislatura provincial, ni las acciones políticas y administrativas del Gobernador de la Provincia, ni sus disculpas personales. La decisión al parecer es buscar un “castigo ejemplificador” en la Justicia y una condena del Congreso de la Nación que ratifique el valor de la autonomía universitaria. Están en su derecho y hasta en el deber de hacerlo. Pero todo deja como saldo la certeza de la ausencia de un diálogo adulto y saludable entre un mundo universitario que se presenta a sí mismo como un planeta “cero defectos” y un gobierno que evidentemente pecó de torpe pero que seguramente jamás deseó, planificó, ni tiene como proyecto político avasallar la majestad o la dignidad de la Casa de Altos Estudios. Mientras tanto, las redes sociales se inundan de defensores y detractores desde todos los costados, la abrumadora mayoría desde el cobarde anonimato, ya que seguramente frente al rector Rodolfo Tecchi o al gobernadorGerardo Morales, blancos de las críticas, seguramente no se animarían a tanto insulto y descalificación. Sería tiempo de bajar un cambio, de desacelerar esas ganas de competir en ocurrencias ponzoñosas.

 

“Episodio Policía”

La cúpula policial estalló por los aires. Aldo Abel Soles y Natalio Ruiz, jefe y subjefe de la Policía terminaron su carrera en la institución. Aunque su reemplazo ya había sido decidido meses atrás, hoy quedó como la más fuerte (y la más inoportuna) secuela del “episodio Agrarias”.  Ya habían sido “separados” tres oficiales directamente responsables de la noche del atropello, lo que no descomprimió la tensión existente. Hoy, asumirá el comisario Ernesto Guillermo Corro, hombre de extensa trayectoria en la fuerza. Fue instructor en la antigua Escuela de Oficiales de Policía General Manuel Belgrano de la que había egresado en 1990, y en la ex escuela de suboficiales, docente del Instituto superior de Seguridad Pública, Director de Relaciones Públicas y de Prensa de la Policía. Actualmente se desempeñaba como Coordinador de Seguridad en el Ministerio que conduce Ekel MeyerSu perfil y su interacción permanente con la vida civil, hacer suponer que le permitirá instalar una impronta de mejores modos entre el carácter militar de la institución y la sociedad a la que sirve. Aún no se conocía el nombre del subjefe, y al cierre de estas líneas se especulaba con la llegada al cargo por primera vez de una mujer policía también de amplia y lucida trayectoria policial. Claro, no todo termina allí. Con el ascenso de los nuevos, deben pasar a retiro varios jefes de la plana mayor, con lo que se producirá un movimiento importante en regionales y organismos internos. El gobierno tiene la oportunidad para buscar dos objetivos: hacia afuera mejorar la imagen de la institución frente a la población, y seguir reordenándola y profesionalizándola hacia adentro. Obviamente, como todo, los cambios se zarandean en mensajes de “tuiteros y whatsapperos” con la liviandad propia de quienes no tienen ninguna responsabilidad o mérito, más que los de ejercer el raro derecho a expresarse desde las sombras. Pero se podría bajar un cambio para que la oportunidad mencionada la aprovechen todos.

 

“Episodio audios”

Las grabaciones difundidas anónimamente entre un el asesor del bloque de diputados del oficialismo,  Gastón Javier Baigorria Siufi y el empresario Rodrigo Insausti, eran reales y fueron confirmadas por este último frente al fiscal Aldo Hernán Lozano. Desatado el episodio, Baigorria había negado en un primer momento ser quien sugería a Insausti que se haga ver con un “ofrecimiento razonable” para hacer desaparecer cuatro expedientes por obras  supuestamente cobradas y no realizadas, durante la gestión del gobierno de Eduardo Fellner. Las actuaciones legales están encaminadas y las administrativas también vía Oficina Anticorrupción. Pero el caso comenzó a desatar negativas sorprendentes y extrañas. De un lado se sospecha de una estructura de coimeros que maniobra desde el gobierno actual. Del otro lado se asegura que es una vil maniobra de extorsión de resabios sobrevivientes de la gestión anterior. Por lo pronto se notó una cierta desesperación en el Ministerio de Infraestructura por negar cualquier vinculación formal con Baigorri. Otra explicación llegó del bloque de diputados de la UCR por dejar muy en claro que el supuesto coimero y examigo, ya no pertenece a ese bloque desde febrero. Y una promesa del gobernador de “llegar hasta el hueso”, admitiendo entre líneas, que si bien la infección se podría haber originado como “método de reparto” años atrás, también podría seguir aleteando hoy, saludable y efectiva. Lo del GM tranquilizó un poco a la gente, pero instaló nervios en algunos ámbitos que se mueven febrilmente buscando información debajo de las piedras. En la Legislatura rebotó el tema con los consabidos cruces que no vale la pena detallar. Solamente, mencionar que el Bloque del Partido Justicialista presentó un proyecto para que se esclarezca el episodio, que fue acompañado por el oficialismo. Sin embargo, causó sorpresa el pedido del diputado radical Fabián Tejerina, quien requirió que se investigue puntualmente a otras dos empresas del medio. La actitud del diputado apareció como clara intención de direccionar la labor parlamentaria hacia nombres y apellidos. Seguramente no pasará mucho hasta que alguien le corrija la apuesta y solicite con igual formalidad pero con más seriedad, que se incluya en la investigación a todas las empresas que venían contratando y aún contratan con el estado Provincial. Eso sería darle a la idea original la ecuanimidad y el nivel parlamentario requiere y el desapasionamiento que la descontamine de ruindades personales tan groseras. Otros diputados fueron más allá, solicitando una comisión que se vayadiez años atrás a indagar la obra pública de la provincia y los municipios, financiada con plata provincial, nacional o internacional. Naturalmente, a nadie escapó ni el volumen de la descomunal tarea pretendida ni el recuerdo de la famosa frase de Napoleón que sentenció: “Si quieres solucionar un problema, nombra un responsable; si quieres que el problema perdure, nombra una comisión”. Perón la simplificó: “Si quieres que algo no funcione, crea una comisión”. Sobre todo una comisión enclenque para un trabajo que requiere titanes. Las exageraciones y las actuaciones “para la gilada” generalmente quedan en jarabe de pico, pero en este caso, podrían atrapar a quienes las pronuncian en su propia trama de sospechas.

 

“Episodio pauta”

El episodio “pauta publicitaria” sacudió nuevamente al gobierno, cuando apenas se reponía de los sopapos anteriores. El GM estaba en Buenos Aires, cuando el portal de la periodista porteña ultra K Cynthia García, subía a la web las poco felices declaraciones del Secretario de Comunicaciones, Raúl García Goyena. Expresiones totalmente desubicadas daban cuenta del pensamiento del funcionario, quien en su fuero íntimo parece estar convencido de que los medios de comunicación deben observar “lealtad” con los criterios del gobierno, para merecer ser incluidos en el reparto de la torta publicitaria oficial. Las manifestaciones grabadas por una colaboradora de un programa de la radio de frecuencia modulada de la Universidad, supuestamente desplazado de esa pauta, fueron cedidas a la periodista porteña. La gravedad del caso se potenció notablemente luego de que el funcionario se refiriese al multimedio Radio Visión Jujuy, propietario de Canal 7, al que directamente acusa de difundir ataques o mentiras sobre el gobierno, porque “quieren un millón de mangos y no se los voy a pagar”. “Quiero que se arrodillen”, fue la expresión más sombría del Secretario de Comunicación, que tuvo inmediatos rechazos desde los cuatro puntos cardinales y desde la poderosa ATA (Asociación de Teleradiodifusoras Privadas Argentinas) y en los canales de TV abierta de todo el país. Aunque desde el Poder ejecutivo se guarda un extraño y pesado silencio de radio (y de televisión) funcionarios y diputados del oficialismo se vieron en figurillas para –inevitablemente- adherir a la libertad de expresión y repudiar los dichos, de quien es su amigo y compañero de larguísimos años de militancia radical. Ni qué hablar de un ministro del gabinete que intentó minimizar todo refiriendo que se trataba de una especie de bronca circunstancial sin importancia. Raúl García Goyena estaba ya destinado a dejar su cargo a Cecilia Salto –joven periodista del IVUJ- para cumplir otra función más cercana al gobernador y más afín a su experiencia política de comité, que la delicada tarea de manejar medios y pauta publicitaria, pero ahora, se está repensando su futuro en San Martín 450. Más allá del“episodio pauta”, es imposible creer que el GM y Cambia Jujuy, tengan en su modelo de gobierno una discriminación de origen tan incompatible con la vida democrática. Si bien cada gobierno tiene la potestad de respaldar publicitariamente con mejores pautas a los medios amigos, no debe dejar de observar -hasta legalmente- la posibilidad de distribuir esos fondos con criterio ecuánime, y de acuerdo a la llegada, la incidencia real e inserción que cada medio y programa tiene en la sociedad, y que le sirva al estado para garantizar el éxito de su obligación constitucional de difundir de su accionar. Pero la subsistencia de los medios y producciones sean éstos grandes o pequeños, y estén identificados con el gobierno, sean opositores o independientes –y con ella la pluralidad de voces y opiniones que son esencia del sistema democrático- requiere del respaldo razonable del estado. De allí que las expresiones de RGG entraron a contrapelo del pensamiento oficial. No deja de llamar la atención además de la brutalidad de los dichos, pronunciados en un clima de aparente confianza entre funcionario e interlocutora y la posterior horrible la deslealtad o falta de códigos de quien tras una charla supuestamente reservada y quizá confidencial, corrió a hacer tronar el escarmiento ante el fracaso de la gestión publicitaria. Este “episodio pautas” no escapó a los habitantes de las redes, casi siempre resguardados por seudónimos, y casi siempre también prestos a convertirse en carroñeros. Hasta hoy nadie quiso, o pudo bajar un cambio con firmeza y en la olla que hierve el caso, nuevamente un malentendido “ingenio popular”, arrasa con gestiones, ataca a personas, agravia a familias, amigos, relaciones personales y privadas con pasmosa liviandad.

 

Días terribles

Han sido días terribles para el gobierno de GM. Para colmo, un acto –quizá inoportuno- de entrega de títulos de vivienda en el barrio Luca Arias, se transformó en un nuevo encontronazo entre gobierno y tupaqueros. Aquellos denunciaron un intento de agresión y escrache que personalizaron en el diputado del FUYO Juan Manuel Esquivel. Éstos vieron en el acto una “provocación” del propio Gerardo Morales. Ambas posiciones aparecen como descabelladas y paradójicas. La imagen y la solidez inicial del gobierno y de GM, retrocedió varios puntos y se agregó a ello el desgaste natural de la gestión, más algunos anuncios que fueron parte del cotillón de campaña que siguen pendientes y todavía lejanos. La Unión Cívica Radical, históricamente cómoda desde el fácil espacio de la oposición comienza a aprender y sufrir la virulencia que habita en el lado oscuro  del poder, y aún no termina de entender la forma de enfrentarla. Doblan la apuesta, responden con soberbia, ignoran críticas, echan la culpa de todo a todos los demás, y aceleran en las curvas. El peronismo, tiene tanto escándalo en su vida interna que ni siquiera puede aprovechar aquella comodidad de ser oposición para disfrutar políticamente de los avatares que atraviesa el gobierno, ni capitalizarlos para su contienda electoral. Y todos los episodios, siembran una especie de desconcierto y desánimo en la sociedad, donde florecen los justicieros berretas, los pescadores de ríos revueltos y ese ejército de desconocidos comunicadores de las redes sociales, que pretenden instalar el agravio, el insulto y el escarnio, creyéndose al mismo tiempo denunciantes, testigos, jueces, jurados –y hasta verdugos-  encubiertos por el anonimato.  Pero tanta majadería, todo lo que así se dice, aun viniendo de una cloaca, son indicios de lo que bulle en la sociedad y datos que pueden usarse para mejorar la salud del sistema. Ahora es cuando hay que dejar que la Justicia trabaje en serio y sin presiones. Y que llegue al hueso. Y si hace falta, que lo traspase. Mientras tanto hay que bajar un cambio. O Dos. Recuperar la cordura y su apego al respeto. Jujuy no merece la degradación de su calidad institucional ni de su nivel de convivencia.

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