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Con gran fervor, ayer los vecinos del barrio Cuyaya celebraron sus fiestas patronales en honor a San José Obrero, patrono del trabajo. La comunidad recordó la fecha con una procesión por las calles del barrio y un oficio religioso.
La celebración inició pasadas las 9 con una procesión que partió desde la calle Baldi y recorrió arterias del barrio, hasta culminar en el atrio de la parroquia donde se celebró la Santa Misa en honor a San José Obrero.
La ceremonia religiosa fue oficiada por el párroco Juan Manuel García y el administrador de la Diócesis Antonio Hernández. También los centros que pertenecen a la comunidad parroquial de San José Obrero como las capillas de Guadalupe de Barrio Norte, Nuestra Señora del Rosario de las 790 Viviendas y La Purísima de La Almona, acompañaron a la feligresía de Cuyaya.
Durante la homilía el padre García llamó a los fieles a "renovar el don de Dios más allá de la oscuridad que tengamos en frente tenemos que orar, ser sinceros y felices en cada momento". "Tenemos que poner nuestro corazón ante cualquier problema o fatiga, sabiendo que en esos desafíos siempre vamos a poder confiar en Dios. Aquella sabiduría y esta creatividad que él nos dio, nos ayudará a seguir adelante a seguir viviendo en paz", expresó el sacerdote.
Destacó la figura de San José como padre de Jesús y como trabajador ejemplar, "un modelo que atrae por su entrega, su fidelidad a Dios y al proyecto que tenían preparado para él. Con un corazón predispuesto y entregado a lo que Dios disponga".
El sacerdote pidió por la dignificación de todos los trabajadores e hizo una oración especial por aquellas personas que no consiguen trabajo, a quienes llamó a "tener fortaleza y apoyarse en sus familias, para que juntos puedan enfrentar cualquier desafío que se les presente".
En esa línea, el padre Juan Manuel recordó que el lema de este año de la Diócesis de Jujuy es celebrar a la familia como don de Dios, por lo que instó a las familias del barrio Cuyaya a "acrecentar la unidad y donde haya discordia de separación o división, haya siempre paz. Que haya fuerza y diálogo en todas las familias".
Luego los vecinos del barrio trasladaron sus automóviles hasta la puerta para participar de la bendición que realizó el padre Juan Manuel rezando para que "nunca falte el pan y el trabajo a nuestras familias".
Organizado por el grupo de Scouts de la parroquia San José Obrero, los festejos culminaron con una chocolateada familiar en el atrio de la parroquia.