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16 de Abril,  Jujuy, Argentina
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La emotiva historia de un excombatiente jujeño

A 35 años del conflicto bélico. Justo Zacarías Reyes sobrevivió al frío, al hambre, al enemigo y a sus propios miedos.Integró el Regimiento de Infantería N° 25 de Sarmiento, Chubut, uno de los primeros en llegar a las islas.
Lunes, 15 de mayo de 2017 10:33

"Sueño con el día en que la única Bandera que flamee en Malvinas sea la argentina", confesó emocionado Justo Zacarías Reyes al comenzar a relatar al El Tribuno de Jujuy la experiencia que vivió en la guerra de Malvinas. "Éramos alrededor de 180 soldados jujeños que fuimos enviados para defender a la Patria". En 1982 tenía 41 años y estuvo durante días viviendo junto a miles de argentinos que pasaban horas en medio del frío, extrañando a su familia y soñando con volver.

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"Sueño con el día en que la única Bandera que flamee en Malvinas sea la argentina", confesó emocionado Justo Zacarías Reyes al comenzar a relatar al El Tribuno de Jujuy la experiencia que vivió en la guerra de Malvinas. "Éramos alrededor de 180 soldados jujeños que fuimos enviados para defender a la Patria". En 1982 tenía 41 años y estuvo durante días viviendo junto a miles de argentinos que pasaban horas en medio del frío, extrañando a su familia y soñando con volver.

Justo integró el Regimiento de Infantería N° 25 de Sarmiento, Chubut y fue destinado a Malvinas. "Fuimos los primeros en llegar el 2 de abril de 1982 y estábamos apostados entre el ingreso del aeropuerto y el conocido faro de Malvinas, donde debíamos cumplir la misión de ser fuerza de ocupación y si bien no estuvimos en la zona de combate, la sensación era la misma; defender con uñas y dientes a la Patria". El jefe de esa compañía, recordó con exactitud, era Julián Nicolás Lamas, un jujeño oriundo de Perico, quien estuvo a cargo de la unidad, cuando fue convocado para viajar a Malvinas junto a otros 1250 soldados. No fue el único aclaró "debido al número de comprovincianos que éramos decidimos formar club de Residentes jujeños en Malvinas con la intención de recordar fechas especiales como el 23 de agosto, y celebrar la gesta del Éxodo jujeño con comidas típicas.

En ese grupo estaban Héctor Rubén Oviedo y Miguel Ángel Ávila, quienes participaron del combate de Puerto Darwin el 28 de mayo de 1982 y dejaron su vida en esa misión, "Ellos son los verdaderos héroes, porque custodian eternamente nuestro querido suelo argentino", comentó

Recordó emocionado que compartió con ellos un almuerzo antes que de comenzara todo y que lograron forjar un gran amistad. "Mi recuerdo estará siempre con ellos y con los otros 13 héroes que dejaron su vida por la Patria".

Abrumado por los recuerdos confiesa que no quiere olvidarse de nada y que aprendió a ser humilde, a escuchar y a pedir ser escuchado y sobre todo a valorar la vida con mucha intensidad. "Descubrí que tenía fortalezas que no conocía pensando en mi familia".

Justo reconoció también que uno de los aprendizajes más interesantes sucedió al regreso de la guerra, cuando los ingleses los trasladaron hasta Puerto Madryn y lo llevaron, junto a cientos de soldados, como prisioneros de guerra en el buque Canberra. Durante una semana convivieron con los ingleses, aquellos con quienes días antes se estaban matando.

"Pasamos hambre, frío, y a veces un maltrato que iba en contra de los códigos del Ejército. Teníamos tan solo una manta para cubrirnos por la noche y alimentos que muchas veces faltaban". Sin embargo, señaló, no se quedaron con los brazos cruzados "cuando los ingleses dormían un grupo salía a buscar alimentos a nuestro campamento ubicado 8 kilómetros del lugar. Traíamos pan, yerba, caldo en sobre para hacer una sopa en un olla vieja", contó.

Un ingles le preguntaba en un castellano muy básico cómo habían sobrevivido sin comer y qué lo motivaba a estar en un guerra como esta: "Sentí la revancha de estar cara a cara con uno de ellos, y le dije sin dudar que lo hacíamos por amor a la Patria, a la Bandera, a la familia".

Pasaron unos minutos y se sintió observado de arriba abajo. "¿Estás loco?, me dijo, yo y todos los que estamos aquí estamos por dinero que es lo único que nos interesa".

Esa respuesta del británico le quedo dando vuelta durante 35 años, al igual que aquella mujer que espera en soledad el día de nuestro regreso final "me acerqué a ella y le pedí si me permitía abrazarla en nombre de mi familia, de la Patria, de mi Nación".

Desde aquel día, cuando terminó todo, tuvo presente la promesa que hizo junto a sus compañeros de cuartel y que pretende respetar hasta el último día de su vida. "Regresar cuando la única la Bandera que flamee en Malvinas sea la argentina".

El regalo que lo sorprendió

Era habitual la llegada de donaciones a Malvinas. Familiares, amigos y distintos sectores de la sociedad enviaban habitualmente cartas, chocolates, yerba, alimentos. Llegaban mantas, alimentos pero nunca un presente tan significativo como el que recibió Justo y sus amigos los primeros días de mayo de 1982.

"Era un paquete enorme que provenía de la ciudad de Perico, Jujuy, y que contenía en su interior un juego de once camisetas de fútbol del club Atlético Talleres de Perico. Me emocionó y sorprendió haber recibido un regalo de un club jujeño, que se haya tomado la molestia de acordarse de nosotros y darnos una caricia al alma, recordó Justo Zacarías Reyes. "La encomienda tenía un mensaje donde nos invitaban a usar el regalo en un picadito de fútbol, algo que nunca pudimos concretar. El terreno era húmedo y al pisar muchas veces nos hundíamos, no se podía lavar la ropa y cada vez que ésta se ensuciaba la teníamos que tirar".

Pese a ello, Justo Zacarías, recordó que siempre estaban las camisetas "la usábamos a diario y con orgullo por que llevaban los colores celeste y blanco, como mi Racing querido, como Argentina y como la Patria, a quien veníamos a defender. Al final cuando volví a Jujuy en el año 1985 a trabajar en Regimiento N§ 20 sobre el final de mi carrera, visité el club para saber quiénes habían sido los autores de esta idea, hablé con dos dirigentes que no me dieron respuesta al respecto. Igual atesoro mi camiseta, como el primer día", finalizo su relató emocionado.

El recuerdo latente de los héroes 

Los veteranos de Malvinas sienten lo que pasó por las marcas que dejó en su cuerpo y en su alma la guerra.

Pero también por el recuerdo imborrable que significa las personas que perdieron la vida durante el conflicto bélico de 1982.

Según los registros oficiales y de las organizaciones de excombatientes, de nuestra provincia fueron quince los soldados que fallecieron durante la guerra.

Tres de ellos perdieron la vida en el combate que tuvo lugar en Darwin el 28 de mayo de 1982 y los restantes eran tripulantes del Crucero ARA General Belgrano, cuyo hundimiento, acaecido el 2 de mayo, significó uno de los ataques con mayores caídos entre las tropas argentinas.

Ellos fueron Héctor Rubén Oviedo, Miguel Ángel Ávila, Ángel Fidel Quispe, Omar Andrés Chaile, Héctor Diez Gómez, Humberto César Alemán, Fernando Zarzoso, Justo Eustaquio Mamaní, Ramón Zalazar, Roberto Uzqueda, Roberto Sancho, Jorge Rubén Torres, Teodoro Laguna, Raúl Farfán y Antenor Sajama.