La Semana Mundial del Parto Respetado es una iniciativa de la Asociación Francesa por el Parto Respetado (AFAR), que es retomada en diferentes ciudades del mundo y se celebra desde el año 2004. Tiene como objetivo sensibilizar y concientizar a la población sobre el derecho a un trato digno, respetuoso y confidencial a la mujer y sus familias en el momento del embarazo, el parto y el puerperio.
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La Semana Mundial del Parto Respetado es una iniciativa de la Asociación Francesa por el Parto Respetado (AFAR), que es retomada en diferentes ciudades del mundo y se celebra desde el año 2004. Tiene como objetivo sensibilizar y concientizar a la población sobre el derecho a un trato digno, respetuoso y confidencial a la mujer y sus familias en el momento del embarazo, el parto y el puerperio.
El parto respetado puede ser definido como un espacio de contención en el que la mujer y su familia sean los protagonistas, y donde el nacimiento se desarrolle de la manera más armónica posible.
Derechos de la mujer
La Ley Nº 25.929, conocida como “de Parto Humanizado o Respetado”, promueve que se respete a la mujer en sus particularidades (raza, religión, nacionalidad) y que se la acompañe en la toma de decisiones seguras e informadas.
De esta manera, esta norma establece que la mujer tiene derecho a ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pueden tener lugar durante el parto y postparto, y a participar activamente en las decisiones acerca de las alternativas que puedan existir; a ser considerada como persona sana, de modo que se facilite su participación como protagonista de su propio parto; y a un parto respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados.
A su vez, la mujer tiene derecho a ser informada sobre la evolución de su parto, el estado de su hijo o hija y, en general, a que se le haga partícipe de las diferentes actuaciones de los profesionales; a no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación; a elegir quién la acompañe durante el trabajo de parto, parto y postparto; y a tener a su lado a su hijo o hija durante la permanencia en el establecimiento sanitario, siempre que el recién nacido no requiera de cuidados especiales.
Asimismo, la Ley reconoce que toda persona recién nacida tiene derecho a ser tratada en forma respetuosa y digna; a su inequívoca identificación; a no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación o docencia; a la internación conjunta con su madre en sala; y a que sus padres y familiares reciban adecuado asesoramiento e información sobre los cuidados para su crecimiento y desarrollo, así como de su plan de vacunación.