Los invito a que todos reflexionemos respecto a la fecha patria de mañana y a que juntos dimensionemos el accionar de nuestros héroes de la independencia, quienes dieron su vida para abrirnos el camino a la libertad.
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Los invito a que todos reflexionemos respecto a la fecha patria de mañana y a que juntos dimensionemos el accionar de nuestros héroes de la independencia, quienes dieron su vida para abrirnos el camino a la libertad.
La vocación de futuro nos tiene que invitar constantemente a reflexionar en ese pasado; a saber qué pasó y cómo pasó. Personas de carne y hueso, como cada uno de nosotros, de un momento al otro dejaron sus afectos, su tierra y sus pertenencias ¡Cuánta grandeza, cuánto servicio y cuánta humildad, propulsados por la llama del amor!
La libertad que recibimos también está llena de una maravillosa y fecunda responsabilidad: cuidar de nuestra patria, hacerla crecer, regarla con nuestro aporte cívico para que cada día madure más la importancia del accionar colectivo en miras al bienestar social.
Tenemos un compromiso eterno con el pasado glorioso teñido de celeste y blanco, que nos marca el desafío de estar cada día mejor, para que la obra creadora de la independencia cobre sentido en un país donde todos tengamos pan sobre la mesa, un techo donde dormir, un aula donde educarnos, un hospital donde atendernos, un trabajo que nos dignifique y una familia que nos cobije.
Ese desafío nos tiene que encontrar unidos a todos los argentinos, más allá de cualquier bandería política. Todos debemos aportar al crecimiento de nuestra Nación. La falta de acción de uno de nosotros resta al resultado final. Por el contrario, la sumatoria de nuestras acciones individuales potencian la enorme capacidad que tenemos los argentinos de llevar adelante grandes proyectos que han motivado el asombro del mundo entero.
Pongamos a nuestro país de pie. Démonos la oportunidad de ser mejores, bautizados con un crisma de humildad. Abramos los ojos hacia nuestros hermanos para ver su lado valioso. Traccionemos el trabajo conjunto buscando los puntos de encuentro que nos hagan establecer políticas públicas de largo plazo que procuren un país inclusivo, legalista, pujante. Apoyémonos en ese caminar en dos bastones firmes: la democracia y la república.
El sendero será pedregoso, no exento de peligros y riesgos que deberemos afrontar agarrados fuertemente de la mano. Sólo cuando todos lleguemos a la cima brillará más fuerte el Sol de Mayo, aquel que nos alumbrará para que no desfallezcamos en esta titánica tarea de ser la Gloriosa Nación del Sur, y que con ello, cobre sentido la vida de los mártires patrios de la gesta emancipadora.