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Teatros versus espectadores

Sabado, 27 de mayo de 2017 20:55

La relación que se establece entre los tipos de teatro y sus espectadores funciona con particulares características en cada lugar del mundo y, sin duda, determina la oferta en cartelera, los circuitos de distribución y hábitos de consumo. En muchos países, el teatro se clasifica en función de un criterio principal, esto es, la fuente de financiamiento. Así, se establece la diferencia entre “teatro oficial” financiado por el Estado y el privado, también llamado “teatro comercial”. En Argentina el panorama teatral se complejiza con la presencia de una tercera fuerza, el Teatro Independiente, una forma de gestión y financiamiento mixto, que cuenta con aportes del Estado y privados. Finalmente, en nuestro país, los tipos de teatro corresponden al “oficial”, el “comercial” y el “independiente”. La diferencia entre el teatro “comercial” y el “independiente” está, a su vez, definida en función de la ley nacional de teatro, que establece un criterio basado en el número de butacas, es decir, las salas que superan las 300 butacas son “comerciales”, las que no alcanzan este aforo son “independientes”. Todos estos factores impactan en la clasificación de tipos de teatro en Argentina y, a su vez, se despliegan estableciendo modelos de oferta teatral, circuitos y hábitos de consumo.

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La relación que se establece entre los tipos de teatro y sus espectadores funciona con particulares características en cada lugar del mundo y, sin duda, determina la oferta en cartelera, los circuitos de distribución y hábitos de consumo. En muchos países, el teatro se clasifica en función de un criterio principal, esto es, la fuente de financiamiento. Así, se establece la diferencia entre “teatro oficial” financiado por el Estado y el privado, también llamado “teatro comercial”. En Argentina el panorama teatral se complejiza con la presencia de una tercera fuerza, el Teatro Independiente, una forma de gestión y financiamiento mixto, que cuenta con aportes del Estado y privados. Finalmente, en nuestro país, los tipos de teatro corresponden al “oficial”, el “comercial” y el “independiente”. La diferencia entre el teatro “comercial” y el “independiente” está, a su vez, definida en función de la ley nacional de teatro, que establece un criterio basado en el número de butacas, es decir, las salas que superan las 300 butacas son “comerciales”, las que no alcanzan este aforo son “independientes”. Todos estos factores impactan en la clasificación de tipos de teatro en Argentina y, a su vez, se despliegan estableciendo modelos de oferta teatral, circuitos y hábitos de consumo.

 

El teatro comercial colgó en Jujuy las últimas semanas el deseado cartelito “no quedan entradas”, con espectáculos de $500 promedio en valor de entrada. El teatro comercial se mueve en función de lógicas empresariales, que han sabido establecer la siguiente ecuación para el espectador jujeño: inclusión de figuras mediáticas en el elenco, estrategias de reducción de costos (obras nacionales y alquiler de teatros oficiales, que son más baratos que los privados) y una fuerte campaña publicitaria. Esta ecuación se traduce en rotundos éxitos de venta de entrada en nuestra Provincia. En Jujuy no somos productores de teatro comercial, somos una “plaza”, es decir, un punto en el circuito de distribución de espectáculos.

 

El teatro oficial jujeño está en manos de la gestión del Teatro Mitre y los programas de la Secretaría de Cultura de la Provincia vinculados al Teatro Nacional Cervantes y el Instituto Nacional del Teatro. En estos casos, la gestión de espectadores debiera orientarse en garantizar derechos de acceso al teatro y crear condiciones que permitan el desarrollo del teatro. La Fiesta Nacional del Teatro celebrada en 2014 registró veinte mil espectadores, es decir, el doble de público registrado en el mismo evento celebrado en 2016 en Tucumán.

Los datos de consumo del teatro comercial y oficial en Jujuy demuestra que en nuestra provincia el público consumidor de estos tipos de teatro responde bien a la oferta generada. Pero, ¿qué ocurre con el público de teatro independiente?

 

El Teatro independiente jujeño viene realizando una maravillosa labor, ya que programa en función de criterios genuinamente artísticos: ofrecer al espectador variedad de géneros, temas y tendencias estéticas, garantizar el acceso con precios de entrada económicos y asumir el tremendo reto de programar espectáculos internacionales. En rigor, el único tipo de teatro que programa espectáculos internacionales en Jujuy es el teatro independiente, que recurre al formato de festival para sostener esta oferta internacional. Consideramos que los espectáculos internacionales funcionan como indicador de las lógicas de consumo del espectador jujeño. Así como el público local de teatro comercial no tienen ningún problema en comprar entradas superiores a los 500$ y acude masivamente a los espectáculos gratuitos oficiales, el público del teatro independiente se escandaliza cuando un espectáculo internacional traslada parte de su costo a la entrada y ésta alcanza un valor superior a 200$.

 

Nos preguntamos, por qué el público jujeño responde de manera diferente al teatro independiente, es decir, por qué nos cuesta llenar las salas. Desde nuestro punto de vista, el factor clave que explica la diferencia de comportamiento del público de teatro independiente es el riesgo. Es decir, el teatro independiente, a diferencia del oficial y comercial, apuesta a la construcción de nuevos públicos, descartando así fórmulas que garanticen la “rentabilidad” de la oferta teatral. Sin embargo, generar nuevos hábitos de consumo implica una dura tarea basada fundamentalmente en la constancia. El desarrollo del teatro sigue estando en manos de la iniciativa y el esfuerzo del teatro independiente.

 

 

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