Gimnasia sigue invicto en el estadio "23 de Agosto", pero al hincha poco le importó. Silbó desde los cuatro costados ayer cuando el árbitro Sebastián Ranciglio decretó el final y el cero a cero con Juventud Unida de Gualeguaychú era historia.
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Gimnasia sigue invicto en el estadio "23 de Agosto", pero al hincha poco le importó. Silbó desde los cuatro costados ayer cuando el árbitro Sebastián Ranciglio decretó el final y el cero a cero con Juventud Unida de Gualeguaychú era historia.
El "lobo" jugó mal ante un rival que lucha por no descender y "estrenaba" técnico, Javier Osella. Equivocó siempre los caminos y por eso la gente mostró su bronca. Lejos de hacer circular la pelota, buscar al hombre mejor ubicado y fundamental pensar qué hacer dentro del campo, fue al frente como un toro lastimado. Error. Es que así facilitó la tarea de los entrerrianos, sobre todo de la última línea.
No pasaba nada de nada hasta que a los 18 minutos, Ramírez se encontró con el balón en el área chica -falla inexplicable del fondo local- y de no ser por Cavallotti, su tiro "mordido" hubiese terminado en festejo. En la acción siguiente, cuatro minutos más, un cabezazo de García exigió al arquero De León. Y luego un frentazo de Olmedo, quien se retiró con traumatismo de hombro derecho, pasó sobre el travesaño.
Pero la acción que generó la polémica de la tarde se produjo a los 33'. Cuando entre Narese y Llanes armaron una pared impecable por derecha y el centro fue conectado por el incansable Prost. Gol, que a instancia del asistente número dos, José Barranco, anuló el referí. En fin.
En el complemento se observó la peor versión del "lobo" jugando en su cancha. Corrió y corrió. Dio la sensación que se olvidó de jugar en esos momentos. También se extrañó horrores al goleador Luis Vila (desgarrado), quien da una mano a los volantes y así se logra desnivelar.
Los minutos fueron inexorablemente. La ansiedad de los pocos simpatizantes, que dejaron atrás sus obligaciones para alentar a Gimnasia en un día laborable, se empezó a sentir.
Juventud Unida, al mismo tiempo, se refugió cada vez más atrás, sabiendo que el empate servía. Y a los 35', un tiro libre de Auzqui hizo lucir a De León, quien sacó la pelota del ángulo para enviarla a córner. Fue la última chance del encuentro.
Los "albilcelestes" se fueron cabizbajos, envueltos en silbidos y preocupados porque jugaron mal.
La otra cara de la moneda fue el "decano", ya que acumuló un punto valioso pensando en la salvación y pudo hacer debutar con una sonrisa a su nuevo DT.