Al menos 24 muertos dejó este fin de semana una ola de violencia que azotó los estados Veracruz y Guerrero, en el sur de México, informaron ayer fuentes oficiales.
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Al menos 24 muertos dejó este fin de semana una ola de violencia que azotó los estados Veracruz y Guerrero, en el sur de México, informaron ayer fuentes oficiales.
En Cardel, Veracruz, un comando armado asesinó al coordinador local de la Policía Federal, Camilo Castagné, y a otro efectivo de esa fuerza mientras almorzaban ayer en un restaurante.
"El gobierno condena el ataque en contra de mandos y elementos de la Policía Federal en Veracruz", escribió en su cuenta de Twitter el presidente Enrique Peña Nieto.
El crimen de los policía puede ser una represalia después de que la semana pasada se difundieran imágenes de personas buscadas y se ofrecieran recompensas equivalentes a 50 mil dólares por datos que conduzcan a ellas, dijeron "expertos" no identificados citados por la agencia de noticias Ansa.
Paralelamente, seis integrantes de una familia -entre ellos, cuatro niños- fueron asesinados en Coatzacoalcos; dos mujeres en Minatiltán, y tres hombres en Las Choapas, Cosleacaque y Moloacán, todos en Veracruz, entre otros.
"No nos estamos enfrentando a seres humanos sino a bestias cobardes y viles", afirmó el domingo el gobernador del estado de Veracruz, Miguel Yunes.
Desde que el conservador Yunes asumió la gobernación, en diciembre de 2016, la cantidad de crímenes violentos aumentó hasta un promedio de 100 asesinatos mensuales en Veracruz, donde los carteles Los Zetas y Jalisco Nueva Generación se disputan el control.
Por otra parte, siete personas murieron en la localidad mexinana de Heliodoro Castillo, en el estado de Guerrero, durante un enfrentamiento a balazos entre dos grupos criminales antagónicos que comenzó en la noche del jueves y terminó en la noche del viernes, reportó el vocero de la Policía guerrerense, Roberto Álvarez.