Para quienes estamos en el borde entre una generación sumamente tecnológica y la anterior, las curiosidades se transforman en la necesidad de entender y sumarse. El domingo llegó a nuestra ciudad el espectáculo teatral "Iguales al resto" de dos de los youtubers más conocidos de Argentina, como son Lucas Castel y Mariano Bondar. La presentación, explican los jóvenes protagonistas, es el resultado de cinco años de trabajo en la plataforma de videos más famosa en la actualidad, es decir Youtube.
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Para quienes estamos en el borde entre una generación sumamente tecnológica y la anterior, las curiosidades se transforman en la necesidad de entender y sumarse. El domingo llegó a nuestra ciudad el espectáculo teatral "Iguales al resto" de dos de los youtubers más conocidos de Argentina, como son Lucas Castel y Mariano Bondar. La presentación, explican los jóvenes protagonistas, es el resultado de cinco años de trabajo en la plataforma de videos más famosa en la actualidad, es decir Youtube.
Tienen el histrionismo necesario para emprender un camino más responsable como artistas o comunicadores.
Lo logrado es resultado de "tantos años de trabajo" realizados con mucho esfuerzo, según se encargan de explicar al final del espectáculo en un intento de "dejar un mensaje" a sus seguidores, instándolos a proponerse una meta y levantarse todos los días pensando en ella para vivir con un propósito.
Hasta ahí, lo que voy cronicando puede parecer "correcto".
Los youtubers son "profesionales" -así lo definen algunas teorizaciones que se encuentran en internet- que se dedican a filmar y subir videos todos los días, o por lo menos con cierta regularidad, para que puedan ser vistos por sus seguidores. Youtube les paga a estos operadores de acuerdo a la cantidad de seguidores. Los más populares pueden ganar hasta 1.000 ¾, dependiendo de las reproducciones que contabilicen a lo largo de la jornada, y no de su número de suscriptores o de los "likes (me gusta)" que reciben. También sacan rédito de empresas que eligen publicitar en estos canales a ciertos youtubers.
Es sin dudas una nueva -y no tanta, porque tiene sus años- forma de comunicación social, a la que nos tendremos que ir adaptando para sacarle provecho, sin embargo me inquietaba saber cómo llega esto a un teatro. Y es que los videos de youtubers pueden ser para enseñar a hacer algo en particular, como maquillarse, carpintería, otros enseñan cómo subir niveles en juegos de play, y los hay educativos, inlcuso que pueden utilizarse en ámbitos académicos, etc., etc. El tema de los canales de los youtubers pueden ser de las más variadas temáticas, pero no es necesario - está a la vista- ser idóneo o especialista en lo que se muestra.
En el caso de los protagonistas de esta presentación en el Mitre y en tantos otros teatros de la Argentina, que están recorriendo, Lucas Castel y Mariano Bondar, se dedican a los videos supuestamente humorísticos, cómicos, y cuando uno observa a los adolescentes seguirlos desde sus celulares o en una computadora, es increíble verlos disfrutar y reírse y engancharse con estas producciones.
Tanto Castel como Bondar tiene sus canales por separado, pero en algún momento decidieron trabajar algunas cosas juntos, y juntos llegaron también a este proyecto de hacer un show.
Hay un señor, más grande en edad que los chicos, que forma parte también de los videos de Lucas Castel haciendo algunos personajes, que también llegó a las tablas con ellos. Lo presentaron como "el abuelo", y se presta a algunas historias haciendo distintos personajes.
Una de las características de los videos de estos chicos es que cuentan historias haciendo ellos mismos de varios personajes, y sólo en algunas ocasiones aparecen otras personas.
El domingo el Teatro Mitre estaba colmado de un público de entre 9 y 16 años en su mayoría, desesperados hasta los gritos por ver "Iguales al resto". Sin dudas, son grandes celebridades para la nueva generación, que con estar ahí "cumplían un sueño". A este nivel era vivido el entusiasmo.
Muchos padres dejaron a sus hijos en la entrada del coliseo -calculo que porque las entradas eran bastante costosas como para pagar por algo que no saben de qué se trata-. Para muchos niños y adolescentes era ésta -lamentablemente - la primera experiencia en un teatro. Ojalá luego vuelvan por algo más recomendable.
Un rato antes del show, algunos privilegiados que había pagado una entrada mucho más cara que las comunes, pudieron compartir lo que ellos llaman "Meet & greet", que en criollo es un encuentro en persona con los "artistas" para conversar, firmar afiches, y sacarse fotos. Todo un éxito esta primera llegada a la ciudad.
El espectáculo
¿En qué consistió esta presentación? Una serie de sketches de muy malas actuaciones que sólo contaban con el histrionismo desvergonzado de estos jóvenes, una característica que puede ser un talento si se la trabaja.
El valor de las entradas es obvio que no se invierte, ni en vestuario, ni en recursos tecnológicos -que sería lo de ellos-, ni en luces, ni en escenografía. Todo esto, en este caso, era digno de una presentación de entrecasa, en un barrio, en una escuela...
La pantalla en la que se visualizaron algunos videos era muy pequeña, en lo alto del fondo del escenario. ¿No sería conveniente preparar una buena pantalla de grandes dimensiones y otras calidades de imagen, para estos "profesionales" de los videos?.
La pobreza de producción podría haberse salvado igualmente si el contenido hubiera sido rescatable. Y no voy a poner en tela de juicio por el simple hecho de que a mí no me causara gracia ningunas de sus frases, ni historias, ni gags, porque puede ser que mi subjetividad no se permitía divertirse. Sobre todo teniendo en cuenta que los chicos del público se desarmaban en carcajadas.
Sí voy a poner en tela de juicio la liviandad e irresponsabilidad de los dichos. No voy a pedir profundidad ni contenidos a este tipo de propuestas, porque claro está que no es el fin, y es válido que sólo se propongan divertir. Lo que sí creo que debo pedir como adulta responsable de menores en mi familia, y como comunicadora que debe denunciar los exabruptos y groserías en un teatro, y sobre todo cuando se dirigen a adolescentes, es que se cuiden las formas de los mensajes y el tratamiento de algunas cuestiones.
Y paso a explicar. Uno de los chistes recurrentes es decirle al "abuelo" -el hombre mayor de los videos y de la presentación-: "Sos un pedófilo", "¿quién sos vos, el pedófilo del bosque?" -porque estaba disfrazado de Dora la Exploradora- y cuando uno transita sus videos en Youtube se da con que también ahí se le dice como un supuesto insulto gracioso: "Callate viejo verde, si a vos te gustan las nenas, de pieles vírgenes"….
Hablan en tono jocoso para insultar al otro, de "tu mamá" o de "tu hermana" en las peores consideraciones.
Usan términos como "mogólico" para insultar al estúpido que no entiende fácilmente sus cosas, de "epilepsia" para describir movimientos eléctricos, "de elixir" para referirse al vino como un elemento fundamental en la vida de un "turro" que "en chiste" roba y mata.
Y vale reiterar, que estamos hablando de un público adolescente.
Realmente es inentendible que estos contenidos no sean controlados todavía en la web, y lo que es peor todavía en un espectáculo que llega a coliseos.
Esto es sólo una aproximación a la liviandad con que se mencionan algunos términos y flagelos sociales, que estoy segura -y no tiene que ver con la generación a la que se pertenece o no- no tienen nada de cómico.