En un duelo de táctica y estrategia, se repartieron más insinuaciones que fútbol, por eso Deportivo Luján y Atlético Cuyaya no pudieron quebrar el cero de los arcos y el empate terminó siendo justo.
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En un duelo de táctica y estrategia, se repartieron más insinuaciones que fútbol, por eso Deportivo Luján y Atlético Cuyaya no pudieron quebrar el cero de los arcos y el empate terminó siendo justo.
El partido correspondió a la 16§ fecha del Anual "Éxodo Jujeño" que se jugó ayer en "La Tablada" ante discreta cantidad de público.
El más beneficiado con el punto fue el equipo "bandeño" que ahora tiene 23 unidades y se prendió en un compacto grupo de cuatro equipos con el mismo puntaje (Gimnasia, Alto Juniors, El Chañi y Cuyaya). Arriba de ellos están Lavalle y Gorriti con 27 que juega hoy.
En la primera etapa, lo que rompió la monotonía en el escenario de avenida Córdoba fueron los gritos del puñado de hinchas de una tribuna y la otra que intentaron hacer reaccionar a los protagonistas que se dedicaron más a insinuar que jugar.
Entonces, en esa maraña de voluntades dispersas en la cancha, en Luján, Mamaní aplicó la experiencia adquirida al militar tres temporadas en el Federal B y le puso el pecho a las balas enemigas.
Mientras que en Cuyaya, el zurdito Yampe fue el más movedizo que quiso entrar a la zona de peligro rival, por aquí y por allá pero no tuvo un socio acorde a su dinámica.
En ese interín de cosas, ambos arqueros fueron espectadores de lujo. Cada uno desde su portería observó a sus compañeros, pegó algunos gritos tratando que la redonda no llegue a su morada.
En el complemento, las cosas no cambiaron mucho porque los esquemas no variaron demasiado en cuanto a la estrategia utilizada de un lado y del otro.
Claro también se debe tener en cuenta que ambos técnicos se conocer mucho por haber jugado en el mismo club (Cuyaya).
El DT del "granate" De los Ríos como defensor y Catalano DT del "bandeño" fue un atacante de pura cepa. De hecho, ninguno quiso cometer error ni por casualidad.
Entonces, ¿Fue un partido aburrido?
De ningún manera porque fue interesante ver cómo se las ingeniaron para romper cada uno en su turno el férreo esquema defensivo por momentos y la soltura en algunos pasajes hasta con destellos dignos de destacar. Los minutos se iban como agua entre las manos y el pitazo final de Tadeo Coronel bajó la persiana con un justo reparto de un punto para cada uno.