La renuncia del técnico Fernando Gamboa en Gimnasia no terminó de sorprender por varios motivos. Está claro que la pésima actuación ante San Martín de Tucumán fue el empujón que precipitó su ida. El tres a cero golpeó más de la cuenta porque el equipo fue una sombra en Jujuy, donde había perdido en todo el semestre, e inclusive la diferencia pudo haber sido mayor de no ser por las atajadas de Maximiliano Cavallotti.
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La renuncia del técnico Fernando Gamboa en Gimnasia no terminó de sorprender por varios motivos. Está claro que la pésima actuación ante San Martín de Tucumán fue el empujón que precipitó su ida. El tres a cero golpeó más de la cuenta porque el equipo fue una sombra en Jujuy, donde había perdido en todo el semestre, e inclusive la diferencia pudo haber sido mayor de no ser por las atajadas de Maximiliano Cavallotti.
Los números de la campaña están al rojo. El "Negro" dirigió 27 partidos, ganó 7 -seis en el "23 de Agosto" y uno en Entre Ríos,ante Atlético Paraná-, empató 7 y perdió 13. La efectividad llegó apenas a un 34 %.
Si bien tenía contrato hasta diciembre del presente, su desvinculación se venía rumoreado con fuerza desde el empate con Instituto. Aquel uno a uno, con otra floja performance colectiva, potenció la bronca con las pocas felices apreciaciones del DT, al considerar que un error individual fue el determinante en el resultado. Es verdad que Ignacio Sanabria perdió la marca de Mainero, pero después se jugaron 65 minutos más y no se generaron chances netas, producto que la idea futbolística no se plasmó. Algo similar había sucedido en la caída con Argentinos Juniors, donde había apuntado a Rodrigo Morales y Mauro Buono por el gol de Rolón. Tampoco hubo oportunidades para alcanzar la igualdad.
El problema de las últimas jornadas se potenció precisamente porque se perdió el rumbo. Es verdad que influyeron los lesionados y suspendidos, algo que impidió repetir formaciones, pero quienes ingresaron no supieron entender el mensaje desde el banco de los suplentes.
Ahora bien, la ida de Gamboa está justificada porque no iba a tener apoyo de cara al futuro. Los hinchas apuntaron directamente hacia él cuando el árbitro Nicolás Lamolina decretó el final y entonces decidió dar un paso al costado más allá de tener contrato por seis meses más.
Eso sí, el atenuante fue que el entrenador santafesino no armó este plantel y los refuerzos que llegaron en la pretemporada no cumplieron las expectativas. El delantero Cristian García directamente fue desvinculado a los tres meses de haber llegada y David Distéfano, por quien se hicieron muchas gestiones para destrabar su fichaje, tampoco desequilibró cada vez que jugó.
Al mismo tiempo, los jugadores también son responsables de este proceso que terminó sin pena ni gloria. El bajón pronunciado de algunos integrantes del plantel pareció no tener fin nunca.
La directiva, en silencio, ya está buscando el reemplazante de Gamboa. Y los trascendidos comenzaron a circular en la víspera, pero todos los nombres tienen un común denominador y muy saludable: tienen pasado "lobo". Héctor Arzubialde, Martín Astudillo, Gabriel Ramón, Rolando Bertollini, Luis Medero y Alfredo Riggio.
En las próximas horas, tal vez, se oficialice con quién hay tratativas. Mientras tantos, los golpeados simpatizantes esperan expectantes.