¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

22°
18 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

"Mar" que con poesía escénica habla de opresión

La obra del Teatro de los Andes dejó al público jujeño con lágrimas en los ojos. Excelente obra dirigida por Arístides Vargas
Martes, 25 de julio de 2017 00:00

Antes de comenzar la función, Mónica Yuste, organizadora del Festival "Relevos", leyó un texto a pedido de los artistas, que aclaraba a la platea jujeña que esta puesta no pretende ser un resumen histórico de lo sucedido con la Guerra del Pacífico, sino que se trata de una creación poética sobre la pérdida, las ausencia, la sensación que dura desde hace más de un siglo cuando sucedió.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Antes de comenzar la función, Mónica Yuste, organizadora del Festival "Relevos", leyó un texto a pedido de los artistas, que aclaraba a la platea jujeña que esta puesta no pretende ser un resumen histórico de lo sucedido con la Guerra del Pacífico, sino que se trata de una creación poética sobre la pérdida, las ausencia, la sensación que dura desde hace más de un siglo cuando sucedió.

De esta manera comenzaba la única función del último Festival Internacional de Teatro Relevos, a cargo de la prestigiosa compañía Teatro de los Andes, que tuvo lugar en la sala mayor del Teatro Mitre.

Tres actores en las tablas cuentan la historia de tres hermanos, pero también reflejan escenas de otros personajes que sirven para ir armando este cuadro que emociona hasta las venas, delineando todas las facetas de un dolor profundo, un deseo no resuelto, que lleva más de cien años marcando la vida de los bolivianos, el hecho de haber perdido el mar en aquella guerra, y no haberlo recuperado nunca más.

Vale en este punto, la reflexión del director que forma parte de esta creación magistral, Arístides Vargas, el argentino radicado en Ecuador (a raíz del exilio) donde formó otra de las compañías latinoamericanas de mayor reconocimiento, Malayerba. Él se pregunta, por fuera de este texto, por qué el mar debiera tener un dueño.

Vargas y el Teatro de los Andes se unen en esta creación colectiva que cuenta con las actuaciones de Lucas Achirico (quien también hace música en vivo), Gonzalo Callejas y Alice Guimaraes.

Los tres hermanos deben llevar a su madre moribunda, hasta un lugar donde encuentren el mar y dejarla morir ahí, dado que ese es su último deseo. A pesar del honor que le rinden a su madre, cada uno de los hermanos, Miguel, Segundo y Juana, van a ir desandando sus anécdotas de vida, y la relación que cada uno tiene con su madre.

El sueño del mar, el deseo del mar, la sensación de ausencia del mar, la tristeza del mar, la nostalgia centenaria de un mar que no está, que no tienen, ¿que tuvieron?, que perdieron, es realmente una constante, una marca fuerte en cada texto, en cada escena, en cada gesto, en cada recurso elegido por los artistas para reflejar, esto que es así mas allá de la obra. Bolivia y su gente, viven hoy esta sensación, que influye en la cotidianeidad, a pesar de haber tomado la decisión de la resignación práctica.

No van a hacer más nada por ese mar, pero tampoco la angustia abandona el corazón de toda una república en varias de sus generaciones.

Esa guerra por el mar dejó muertos que no van a volver, y que sólo vuelven en las memorias de su gente, cuando el acordeón aparece en escena reviviendo ese momento de rememoración. Y la pregunta es hasta dónde vale la pena llegar en estas luchas. Dice esta obra "el mar no existe para los muertos, para qué queremos un mar, ¿para qué sé acabe nuestra soledad?". y siguen cargando a la madre en una puerta que pesa, que se reparten para cargar, y que también se divide en tres partes, que móviles representan en escena situaciones de vaivén entre los hermanos.

Ellos tienen la fantasía del agua, y entonces hablan de un mar teórico y abstracto, en oposición a un mar concreto que nunca verán.

Con tono cómico, "Mar" es también muy cruda y hace hincapié en el conformismo de algunos con respecto a la ausencia del mar, a quienes llaman "apátridas". Hay un sector de la nación que piensa y proyecta siempre como si fuera a recuperar el mar, y otra que habla de la resignación histórica. Y se convencen orgullosos de muchas situaciones, y pretenden sentirse identificados profundamente, cuando dicen por ejemplo: "Nuestra derrota tiene marca, es marca Bolivia".

Frases poéticamente duras como: "No somos un pueblo marinero, somos un pueblo minero. Cavamos no para encontrar el oro, cavamos en nuestra memoria para encontrar el agua salada", son profundamente significativas para entender este sentimiento boliviano.

Los distintos personajes que pasan por el escenario, además de los tres hermanos, deliberan sobre varias cuestiones y reflejan escenas de distintos ámbitos. Entre ellos hablan por ejemplo de la diferencia entre languidez y tristeza, en el sentimiento y el vivir de los bolivianos.

Otro de los personajes dice en un momento "nací sin mar, no lo extraño", pero aún así la sensación es parte de todas las generaciones. Y otro se pregunta "cuántos sueños caben en el sueño del mar".

A la vez, Bolivia siente un encierro histórico que experimenta como una clausura y reconocen "hablar siempre de algo que no hemos tenido". Recorriendo el escenario de la guerra, la reflexión es: "Los muertos no tienen patria, son del aire".

Y preguntas que suenan fuerte en medio de la puesta "¿se puede llamar país a esta casa?", y alguien dice "sí, sólo cuando los hermanos se unen... por la noche" o "por qué nos caemos ¿acaso la historia no nos sostiene?".

Lo que ocurrió en 1879, dejó sin dudas una estela de dolor, angustia y resignación que no se mitiga hasta la actualidad, y este grupo de artistas lo muestra con mucha claridad, con mucha belleza, con algunos toques de humor, y una puesta que deja a la platea con lágrimas en los ojos.

La disposición de los elementos en el escenario, el uso de recursos de la danza contemporánea, la música en vivo, el mar representado como esa masa que envuelve sólo en sus sueños a quienes sueñan con el momento de salir del encierro, provocan muchas sensaciones, preguntas, con excelentes actuaciones y una puesta para el recuerdo en el marco del segundo "Relevos".

Taller con Arístides Vargas

En el marco del II Festival Internacional de Teatro "Relevos" saberes escénicos iberoamericanos, que se desarrolló días atrás, se concretará desde hoy la última actividad programada, el Taller de Escritura de la Puesta en Escena, a cargo del director y dramaturgo Arístides Vargas. El mismo se extenderá hasta el próximo sábado y se desarrollará en La Campana Teatro de la ciudad de Tilcara.

Vargas es autor y director de obras como "Nuestra Señora de las nubes", "Pluma y la Tempestad de estos tiempos", "Jacinta en el umbral", "Instrucciones para abrazar el aire", "La Razón Blindada", entre otras.

Sus obras se representan en muchos países latinoamericanos por la calidad de su dramaturgia y en el I Festival Internacional de Teatro Relevos saberes escénicos iberoamericanos estuvo en Jujuy dictando un seminario sobre la creación de textos para la dramaturgia teatral.