La vecindad de las elecciones condiciona todo. Y como siempre, la peor parte se la está llevando el gobierno, porque se ve apretado por los ocho tentáculos del pulpo que representa el momento político y económico que se vive. De un lado, están los gremios estatales pintados para la guerra, absolutamente insatisfechos con el magro 10% que el ministro Sadir les liquidará de prepo con los sueldos de julio, y que serán cobrados bajo enojo. No alcanza a mitigar esa rabia el subtítulo que los funcionarios le pusieron a la información: “Las paritarias no están cerradas”, como si ese anuncio, milagrosamente pudiera estirar los sueldos de los empleados públicos. Menos, cuando tras cartón, el propio Carlitos dijo que no hay ninguna posibilidad de ofrecer más que eso. Desde otro ángulo, los gremios docentes, que habían sido duramente criticados por sus pares estatales, (sospechados de estar siendo demasiado funcionales al gobierno de Gerardo Morales), se despacharon con un paro para recibir la segunda mitad del ciclo lectivo. De CEDEMS criticaron su separación del Frente de Gremios, y de ADEP dijeron que había comenzado a alejarse de la Intersindical. Naturalmente, culparon a los operadores del gobierno del intento de desgranar la unidad sindical y lanzarse a negociar por separado con maestros y profesores. Sin embargo, disconformes con el trato de los funcionarios y la oferta salarial exigua, tanto docentes iniciales como primarios, secundarios y terciarios, no volverán hoy a clase. “Claro”, dijeron intérpretes de la realidad en casa de gobierno, “de paso estiran las vacaciones sumando el feriado de mañana”. Algo de razón indiscutiblemente se advierte en la irónica frase, pero se desvanece frente al otro argumento de los docentes: “Y justo ahora nos vienen a ofrecer un plus de presentismo, como si detrás de esa jugada no nos diéramos cuenta de la zanahoria que nos cuelgan como extorsión para licuar medidas de fuerza” dijeron automáticamente los trabajadores de la tiza. Eran obvias la acción y la reacción, tan obvias que sólo los funcionarios que la inspiraron no las advirtieron. Y que además, otra vez, volvieron a sentar para el anuncio al propio GM que terminó asumiendo innecesariamente el costo de un rechazo cantado. Y para ratificar su desdén por ese plus, los docentes se apresuraron a afirmar que el paro de hoy (que ADEP quiere coronar con una movilización, según informó el flamante secretario general Darío Abán), es el comienzo de un plan de lucha que será muy duro y progresivo. Ayer el titular de Trabajo Jorge Cabana trabajó horas extras para producir una resolución de conciliación obligatoria que prohíbe el paro de los trabajadores, y las posibles sanciones desde el ministerio de Isolda Calsina. El documento quizás no haya llegado a tiempo a los gremios, pero más allá de la intención de que el servicio educativo no se corte, no resuelve por sí mismo el conflicto existente. El área de salud tampoco se desliza por senderos floridos. Mientras el nuevo ministro Gustavo Bohuid despliega absurdas instrucciones para coartar el trabajo de la prensa, los médicos nucleados en APUAP demandan un urgente cambio del perfil del salario de los profesionales que ayude a resolver las críticas carencias de material humano en el sector. Y un flamante y nutrido colectivo de galenos autoconvocados e independientes comenzó también a exigir mejoras sustanciales para el ámbito de la salud, que no en todos los casos son coincidentes con la agremiación de profesionales. Víctor Aramayo, el histórico jefe de APUAP admitió el derecho de esos médicos a organizarse, pero expresó el temor de que la movida esconda el objetivo de debilitar a su gremio. Como sea, “Bacha” enfrentará esta semana estos temas urgentes, más su compromiso de reordenar profundamente el ministerio donde al parecer, se topó con un presente griego que no imaginaba encontrar.
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La vecindad de las elecciones condiciona todo. Y como siempre, la peor parte se la está llevando el gobierno, porque se ve apretado por los ocho tentáculos del pulpo que representa el momento político y económico que se vive. De un lado, están los gremios estatales pintados para la guerra, absolutamente insatisfechos con el magro 10% que el ministro Sadir les liquidará de prepo con los sueldos de julio, y que serán cobrados bajo enojo. No alcanza a mitigar esa rabia el subtítulo que los funcionarios le pusieron a la información: “Las paritarias no están cerradas”, como si ese anuncio, milagrosamente pudiera estirar los sueldos de los empleados públicos. Menos, cuando tras cartón, el propio Carlitos dijo que no hay ninguna posibilidad de ofrecer más que eso. Desde otro ángulo, los gremios docentes, que habían sido duramente criticados por sus pares estatales, (sospechados de estar siendo demasiado funcionales al gobierno de Gerardo Morales), se despacharon con un paro para recibir la segunda mitad del ciclo lectivo. De CEDEMS criticaron su separación del Frente de Gremios, y de ADEP dijeron que había comenzado a alejarse de la Intersindical. Naturalmente, culparon a los operadores del gobierno del intento de desgranar la unidad sindical y lanzarse a negociar por separado con maestros y profesores. Sin embargo, disconformes con el trato de los funcionarios y la oferta salarial exigua, tanto docentes iniciales como primarios, secundarios y terciarios, no volverán hoy a clase. “Claro”, dijeron intérpretes de la realidad en casa de gobierno, “de paso estiran las vacaciones sumando el feriado de mañana”. Algo de razón indiscutiblemente se advierte en la irónica frase, pero se desvanece frente al otro argumento de los docentes: “Y justo ahora nos vienen a ofrecer un plus de presentismo, como si detrás de esa jugada no nos diéramos cuenta de la zanahoria que nos cuelgan como extorsión para licuar medidas de fuerza” dijeron automáticamente los trabajadores de la tiza. Eran obvias la acción y la reacción, tan obvias que sólo los funcionarios que la inspiraron no las advirtieron. Y que además, otra vez, volvieron a sentar para el anuncio al propio GM que terminó asumiendo innecesariamente el costo de un rechazo cantado. Y para ratificar su desdén por ese plus, los docentes se apresuraron a afirmar que el paro de hoy (que ADEP quiere coronar con una movilización, según informó el flamante secretario general Darío Abán), es el comienzo de un plan de lucha que será muy duro y progresivo. Ayer el titular de Trabajo Jorge Cabana trabajó horas extras para producir una resolución de conciliación obligatoria que prohíbe el paro de los trabajadores, y las posibles sanciones desde el ministerio de Isolda Calsina. El documento quizás no haya llegado a tiempo a los gremios, pero más allá de la intención de que el servicio educativo no se corte, no resuelve por sí mismo el conflicto existente. El área de salud tampoco se desliza por senderos floridos. Mientras el nuevo ministro Gustavo Bohuid despliega absurdas instrucciones para coartar el trabajo de la prensa, los médicos nucleados en APUAP demandan un urgente cambio del perfil del salario de los profesionales que ayude a resolver las críticas carencias de material humano en el sector. Y un flamante y nutrido colectivo de galenos autoconvocados e independientes comenzó también a exigir mejoras sustanciales para el ámbito de la salud, que no en todos los casos son coincidentes con la agremiación de profesionales. Víctor Aramayo, el histórico jefe de APUAP admitió el derecho de esos médicos a organizarse, pero expresó el temor de que la movida esconda el objetivo de debilitar a su gremio. Como sea, “Bacha” enfrentará esta semana estos temas urgentes, más su compromiso de reordenar profundamente el ministerio donde al parecer, se topó con un presente griego que no imaginaba encontrar.
Caso La Esperanza
Como si con eso no alcanzara para fomentar la migraña del GM, el caso Ingenio La Esperanza está cargándose de presión hora a hora, y las declaraciones de uno y otro lado, no hacen más que agregar leña al fuego. Son tan delicadas las acusaciones que se cruzan entre el ministro de la Producción, Juan Carlos Abud Robles y el de Trabajo Jorge Isaac Cabana Fusz, y el sindicato de Obreros y Empleados del ingenio, por la voz principal de su titular Sergio Juárez, que hoy la situación parece haber entrado en una espiral descendente peligrosísima. Los trabajadores en paro, desconocieron la autoridad de Trabajo y sus llamados a conciliaciones. Persisten en una huelga por tiempo indeterminado, un acampe en las puertas del complejo agroindustrial y en amenazas de agravar el cuadro. Llegaron a punto de pedir que el gobierno se retire de la administración del ingenio, se recupere el mandato original del llamado a licitación del 2008 donde se dejaba taxativamente resguardados a todos los trabajadores, y que se vuelva al sistema de síndicos designados por el juzgado de la quiebra. Se debe admitir que esa experiencia tampoco fue ni transparente ni exitosa, sino todo lo contrario, pero el sindicato definitivamente ya no creen nada de lo que los ministros digan o prometan. Y citan como ejemplos la falta de pago de los 120 mil pesos prometidos a los que optaron por jubilarse, y la situación de los 40 que se retiraron a principios de año con el compromiso de pasar al gobierno, que siguen sin tener ni ubicación ni estabilidad y cuyos sueldos se vieron sensiblemente reducidos. Desde el estado niegan no haber cumplido con lo prometido, y advierten que cada día de atraso en la producción significa perder un dineral que hoy ya estaría superando los 25 millones de pesos. Y agregan que de esta manera, no se podrá hacer frente ni a aguinaldo ni sueldos. Otros dos riesgos asoman dolorosamente: la conjetura de que en un estado de cosas caótico, al único oferente en pie para la compra del Ingenio se le termine el entusiasmo antes de comprarse un dolor de cabeza mayúsculo. Y la posibilidad de un estallido social absolutamente indeseable. Ejecutivos de esa empresa colombiana interesada vendrían a Jujuy esta semana para conversar con el gobierno y los trabajadores y explicarían un plan de inversiones. Los funcionarios esperan funcione como válvula de despresurización, pero seguramente, si mantienen la exigencia de no recibir el complejo con más de 600 trabajadores, la tensión se restablecerá automáticamente. Ojalá aparezca un conejo en la galera del GM, y ojalá que cesen las declaraciones altisonantes y amenazantes de ambas partes. Especialmente la del coro de funcionarios que insiste en ver “sectores políticos”, “los pícaros aprovechadores” y “malintencionados que quieren que el ingenio se pierda”, y no se atreven ni a identificarlos ni a probar lo que denuncian, transformando su preocupación en burdas maniobras elusivas de responsabilidades con el trillado estilo de colgarle el sambenito al gran bonete.
El caso Sala
Otro tentáculo que apretó el gobierno en un tiempo inoportuno, fue el de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, con su resolución de pedirle al Estado Argentino que adopte medidas que garanticen la vida y la integridad personal de Milagro Amalia Ángela Sala de Noro y sugiere la prisión domiciliaria (que ya había sugerido días atrás el Ministro de Justicia de Macri, Germán Garavano), o libertad vigilada por controles electrónicos. El gobierno nacional eludió interpretar en detalle pero le tiró la pelota al gobierno jujeño que le bajó potencia al impacto, y a su vez, la depositará en el campo de la Justicia local. Las versiones corrían contrapuestas: algunos entusiasmados se preparaban para ir a las puertas del penal de Alto Comedero a esperar a la dirigente social. Los otros, en la vereda de enfrente, conocedores de los vericuetos de la burocracia política y judicial, enfriaban la especie, celebrando que no se haya ordenado el cese de detención. Lo cierto es que la CIDH no hizo lugar al pedido de liberación de Sala ni la definió explícitamente como una presa política: punto para el gobierno. Pero reconoce a la detenida el status de presa detenida arbitrariamente en el origen, y afectada por presuntos hostigamientos denunciados varias veces y que habrían deteriorado su salud física y mental: punto para la Tupac. La reducción de la resolución de la CIDH hasta llegar a los jueces locales, la subsume a la decisión final a éstos que esperarán la comunicación oficial, recién llegados de su feria de invierno. Abogados tupaqueros, en una interpretación sui generis, consideraron que los magistrados tienen quince días de plazo para liberar a su cliente. El gobierno interpretó que no se cuestiona la prisión y por el contrario, se la reafirma. El GM garantizó los derechos individuales “para quien se ha robado todo”. Y los tupaqueros celebraron la resolución como la antesala de la libertad: “Lloramos juntos porque esto es el comienzo de la liberación de Milagro” dijo su esposo Pedro Raúl Noro, “es el comienzo de la verdad de todo lo que pasó en Jujuy”. Vale recordar que está pendiente la resolución de la CSJ argentina sobre la liberación de la exdiputada, y también que por su propia disposición, ninguna apelación ni decisión de las Cortes Interamericanas, podrá revocar o modificar sus sentencias. Las preguntas quedan para la polémica: ¿Los jueces jujeños acelerarán una definición? ¿Seguirán convencidos de la peligrosidad de la señora Sala y de su poder de fuego para entorpecer los juicios en curso sin la dejan salir del penal? Y el paso que dio la CIDH ¿influenciará el fallo final del máximo tribunal argentino?
“Don Julio” y Jujuy
Y como si todo esto todavía fuese poco, ahí están las campañas políticas. El vergonzoso episodio parlamentario del caso Julio de Vido terminó repercutiendo en las campañas locales. La vergüenza no es solamente que el Congreso ratificó su condición de aguantadero, sino también: la altanería y las renovadas amenazas del exministro K hacia gobernadores, intendentes y hasta colegas diputados, de prender el ventilador y emporcarlos a todos; y la decisión extraña e inexplicable –en términos racionales- de la izquierda parlamentaria de proteger a don Julio; y el deplorable espectáculo que el parlamento argentino le ofreció al mundo que nos tiene bajo la lupa. Y finalmente, aunque casi no se recuerde, el triste papel de la Justicia Federal que omitió solicitar formalmente al Congreso el desafuero del exhombre fuerte del modelo K. Por Jujuy, las tres legisladoras radicales, Gaby Albornoz, Gaby Burgos y Ale Martínez votaron por echarlo. Alejandro Snopek, massista, votó igual con ciertas reservas. Guillermo Eugenio Snopek, eligió la ausencia y fue durísimamente cuestionado por ello. Olindo Tentor, actuó según las órdenes de CEFK y se disciplinó con su bloque. La síntesis es que la grieta jujeña quedo patentizada. Y que la victoria de don Julio y asociados con 95 votos, es una victoria pírrica, que sensatamente salvo algún abrazo obsecuente, no terminó ni con aplausos ni cantando la marcha peronista, y que la derrota deloficialismo y asociados con 135 votos, lejos de los dos tercios requeridos, fue interpretada como el comienzo de una suerte de “escrache institucional positivo” y el comienzo del desplazamiento social –que debería seguir en la Justicia- de quienes están acusados de corrupción y latrocinio. En Jujuy, decíamos, el oficialismo radical celebró y usa en sus discursos lo ocurrido y disfruta mirando el resultado de las encuestas que encarga. Sin embargo, tienen luces amarillas rodeando cierto descenso en la imagen e intención de voto de sus principales figuras. El extraño oficialismo de los massistas también utiliza el caso de “Don Julio” en su combate contra el universo K residual. Los peronistas navegan por un silencio complicado, que si bien les permite gambetear definiciones concretas, no termina de separarlos del efecto De Vido como ellos quisieran. Igual, las campañas van… Las últimas encuestas se entrecruzan en todos los mentideros. Los tres más fuertes del PJ aseguran estar a la cabeza, o cabeza a cabeza, o creciendo hasta pasar a la cabeza. ¡Vaya uno a acertar o creer! Los demás desbordan optimismo. Los renovadores viven la misma incertidumbre, algunos ya se animan a mencionar la palabra equivocación, pero en privado. La izquierda debe cuidarsede más traspiés de último momento que pueden derribar el castillo de naipes que tanto le costó edificar. Los K, con perfil bajísimo, trabajan y sueñan con la resurrección. Las campañas van… entre avisos gráficos y audios radiales desabridos, y spots de tv agobian por su falta de originalidad y gancho, y por la carencia casi total de propuestas creíbles. Pero, claro, este último tramo recién se inicia y seguramente, todos tienen preparada su mejor artillería para inundar los medios y las calles a partir del miércoles. Porque mañana, es el día de la Pachamama, y como buenos jujeños, deberán aprovechar el momento para agradecerle tantas cosas recibidas y para pedirle todo lo que desee recibir. Y, claro, también para comprometerse cumplir tantas promesas de campaña, y no fallarle de nuevo.