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El "Misterio de Elche", una experiencia de artes sin igual

Lunes, 21 de agosto de 2017 00:00

El mes de agosto es un mes importante dentro del calendario religioso en ambos lados del océano y dentro del mundo hispanohablante. En el mundo andino de América del Sur tenemos el primero de agosto como día consagrado a la Pachamama, la Madre Tierra y el 15 de agosto el día de la Asunción de la Virgen, festejada en especial en Urkupiña, Bolivia y en donde sus devotos, sobretodo en el norte de Argentina. Ambas celebraciones tienen como centro la figura maternal, femenina, que nos da la vida.

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El mes de agosto es un mes importante dentro del calendario religioso en ambos lados del océano y dentro del mundo hispanohablante. En el mundo andino de América del Sur tenemos el primero de agosto como día consagrado a la Pachamama, la Madre Tierra y el 15 de agosto el día de la Asunción de la Virgen, festejada en especial en Urkupiña, Bolivia y en donde sus devotos, sobretodo en el norte de Argentina. Ambas celebraciones tienen como centro la figura maternal, femenina, que nos da la vida.

En especial, nos referiremos en esta entrega a la ciudad de Elche y a una tradición que desde tiempos inmemoriales se viene celebrando. Elche se encuentra en la provincia de Alicante, España. Aquí se celebra la asunción de la Virgen María de forma especial, una celebración que data de la Edad Media y que continúa en la actualidad.

Cuando pensamos en Elche, recordamos el famoso palmeral, la Dama de Elche y claro, el Misterio.

El Misterio de Elche es una representación teatral, lírica-religiosa que cuenta el adormecimiento, asunción y coronación de la Virgen María, dividida y representada en dos partes: la Vespra y la Festa, llevadas a cabo el 14 y 15 de agosto respectivamente.

Los días anteriores se puede presenciar el ensayo dentro de la basílica de Santa María, al que fui gentilmente invitado por el patronato del Misterio.

Todos los actores y cantantes son varones, como se acostumbraba en la Edad Media. La Virgen, María Jacobe y María Salomé son representadas por niños de voces blancas.

Presenciar esta magnífica obra, además de transportarnos al pasado, nos brinda testimonio del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, como el Carnaval de Oruro en Bolivia y el Tango en Argentina.

La música presenta partes en canto gregoriano y medieval (la Virgen y el ángel, cantos de una voz sola) así como partes polifónicas (los apóstoles), más del Renacimiento y el Barroco.

Los textos de las obras cantadas están en latín y valenciano antiguo (valenciano es el idioma que junto con el castellano se habla en la región de la Comunidad Valenciana, donde está situada Elche) cantando las partes que desde tiempos inmemoriales se vienen representando. Toda una verdadera tradición musical.

Quizás la parte más espectacular sea, además de la música, los efectos visuales logrados con tanta calidad. Es que es increíble ver cómo el interior de una iglesia se transforma en una suerte de teatro barroco.

El Misterio se inicia con la entrada de la Virgen, las dos Marías y seis ángeles que se dirige desde la puerta de la iglesia hacia el (cadafal) escenario, delante del altar y pidiendo al cielo poder reunirse con su hijo. Es aquí donde se viven los momentos de mayor magia y emoción, cuando desde el cielo (techo de la iglesia) desciende una esfera dorada (magrana) que a medida que baja se va abriendo y que ya abierta, recuerda a una palmera. Va mostrando un angel que canta a la Virgen diciendo que Jesús le concede ese deseo y le entrega una palma, un símbolo recurrente y que nos recuerda a Elche.

Luego vienen los apóstoles hacia la Virgen, cantando con magníficas voces, de lo que se destaca "el Ternari", escrito para tenor, barítono y bajo.

Luego se sucede la dormición de la Virgen y su ascenso al cielo, acompañada por cantos de singular belleza.

El Misterio concluye cuando el "Araceli" (similar a la técnica de la magrana pero que en vez de ser una esfera, es un pilar con cinco ángeles músicos) desciende desde el cielo. El araceli contiene el alma de la Virgen. Sobre el araceli se ve a la Santísima Trinidad que baja, rompiendo el público en aplausos.

 

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