¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

16°
20 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Laberintos humanos. Escalera colgante

Martes, 08 de agosto de 2017 21:53

Al tiempo que los niños, tras pialar al avión y derribarlo, escondían los misiles robados entre el abono del corral, un analista político informaba que una banda terroristas se había apropiado de armas de gran poder destructivo, pero yo sabía que eran los mismos niños que por la mañana juegan a la pelota en la vereda de mi casa.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Al tiempo que los niños, tras pialar al avión y derribarlo, escondían los misiles robados entre el abono del corral, un analista político informaba que una banda terroristas se había apropiado de armas de gran poder destructivo, pero yo sabía que eran los mismos niños que por la mañana juegan a la pelota en la vereda de mi casa.

Veía el noticiero por la ventana de la casa de mi vecino, y cometí el error de deducir que ese periodista miente cuando el dueño de casa sacó medio cuerpo por la ventana para decirme que entonces no mirara de su plasma, que bien le costó comprarla sin la ayuda de nadie, agregó como si mi televisión, mucho más económica, fuera subsidiada por una corporación anarquista.

O le cree, me dijo con tono amenazante, o entra a compartir un mate cebado conmigo, agregó cuando el mayor de los changuitos pialadores corría seguido por soldados de una tropa desconocida, y al tiempo que me volví hacia mi vecino para compartir lo tanto que me escandalizaba esa persecución tan despareja, le escuché preguntarme si seguía creyendo que nadie llega a esta parte del barrio por lo descortés de sus perros.

Me parapeté diciendo que eso es lo que dicen, cuando vi que los otros niños intentaban calzar un misil en sus hondas, para defender a su amiguito de los soldados y un helicóptero de dos hélices lo rescataba con una escalera colgante. Esta zona se está tornando peligrosa, le dije cuando vimos como los niños festejaban que el helicóptero se marchara rumbo a otros destinos, y se me hizo que debía irme.