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Argentina: 180 minutos para reaccionar y clasificar

Con críticas de todas partes, con dos partidos que restan disputar y con fantasmas de quedarse sin mundial, así está la selección. Luego del estrepitoso empate con Venezuela, los dirigidos por Sampaoli jugarán en octubre frente a Perú y Ecuador.

Miércoles, 06 de septiembre de 2017 18:09

Tres entrenadores, decenas de notorios entre los que constan varias luminarias de las grandes ligas y el considerado número 1 del Globo, 6 victorias en 16 partidos y un promedio de un gol por cada cual: a falta de dos jornadas la Selección Nacional está donde merece estar, penar, esperar y desesperar.

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Tres entrenadores, decenas de notorios entre los que constan varias luminarias de las grandes ligas y el considerado número 1 del Globo, 6 victorias en 16 partidos y un promedio de un gol por cada cual: a falta de dos jornadas la Selección Nacional está donde merece estar, penar, esperar y desesperar.

Tamaños factores, que han persistido durante un tiempo pronunciado, pueden ser cualquier cosa, pero jamás una casualidad.

Palabras más, palabras menos, allá lejos y hace tiempo Raúl Scalabrini Ortiz sentenció que "en el camino se acomodan los melones".

Y sí, claro que sí, ya es un hecho que en estas Eliminatorias los melones se acomodan según el trazo grueso y el trazo chico de cada quien en correspondencia con los cuatro o cinco indicadores indispensables.

Estructura colectiva, solidez, inspiración, contundencia y corazón valiente.

¿Estructura colectiva? Ausente.

¿Solidez? Ausente.

¿Inspiración? Ausente.

¿Contundencia? Ausente.

¿Corazón valiente? Ausente.

Salvo en contadas ocasiones, a cuentagotas, en dosis homeopáticas, espasmódicas, en un par de partidos que son al cabo los que hoy permiten soñar con el repechaje, la Selección ha carecido de los ingredientes primordiales de todo plato apetitoso.

Es difícil asumirlo, y por qué no doloroso, pero el peso de la realidad se impone y se hace escuchar.

El martes, ante el adversario más débil de cuantos podían tocar, hubo un tiempo de hacer bien los deberes de área a área y otro tiempo de hacer todo mal, incluso lo imperdonable: entregarse a la adversidad sin que la mímica de la rebeldía alcance para tapar la frustración y la impotencia.

En general no hubo brújula (porque incluso en sus momentos de superioridad plena no se supo a qué jugó la Selección: teléfono, don Jorge Sampaoli), pero si en el primer tiempo no hubo gol en el segundo tiempo no hubo alma.

A más de cuatro selecciones nacionales más desnortadas y desangeladas que la actual por lo menos la desdicha les sobrevino con la sangre caliente.

Jugadores en bajo nivel, sobraron, y asimismo entre los que sobraron hubo varios que invitaron a preguntarse por qué han vuelto y otros por qué y para qué los han convocado.

La camiseta "albiceleste" les pesa toneladas y no necesariamente a los más jóvenes.

Y Lionel Messi, desde luego, con su alforja llena de luces y sombras de vieja data: cuando el equipo jugó más o menos bien, fue el capitán de los destellos, pero cuando el equipo declinó en templanza y cayó hasta el pozo mismo de la depresión, fue también el líder de los deprimidos.

A esta altura del baile pareciera que la Selección está sumida en un peligroso laberinto de autoprofecías cumplidas y como ya no queda margen, o se saca de encima los fantasmas o el Mundial de Rusia será cosa de un Smart TV en un living tortuoso.

 

El silencio del plantel

JUGADORES “ALBICELESTES”. NO FORMULARON DECLARACIÓN A LA PRENSA.

El plantel del seleccionado argentino de fútbol se retiró otra vez sin hacer declaraciones del estadio Monumental, tras el empate ante Venezuela en un tanto, en partido por la 16º fecha de la Eliminatorias.

Voceros muy cercanos al plantel habían anticipado que los futbolistas iban a hacer declaraciones a la prensa en caso de una victoria, pero el deslucido empate ante la “vinotinto” truncó esa posibilidad.

Los integrantes del seleccionado argentino no hablan con la prensa desde el triunfo 3 a 0 sobre Colombia, en el estadio Bicentenario de San Juan, el 15 de noviembre pasado, en ocasión de la fecha 12 de la Eliminatoria Sudamericana.

Messi llevó la voz cantante tras ese partido y explicó “recibimos muchas acusaciones y faltas de respeto y nunca dijimos nada. Pero esto sobrepasa todo. La acusación al “Pocho” es muy grave, porque si no decimos nada la gente cree que es así”, en referencia a una versión periodística que indicaba que el jugador Ezequiel Lavezzi había fumado “un porro” en la concentración.