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20 de Mayo,  Jujuy, Argentina
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Tukuta Gordillo en el homenaje a Ariel Ramírez

Será hoy en el Teatro Colón junto a artistas nacionales.

Miércoles, 22 de diciembre de 2021 00:59

Por Daniel Salas.

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Por Daniel Salas.

Las cañas y erkes de la Quebrada de Humahuaca, ejecutados por el maimareño Tukuta Gordillo, so‑ narán hoy desde las 20 en el teatro Colón, en el homenaje a Ariel Ramírez al cumplirse 100 años de su nacimiento.

El vientista, quien acompañó por diversas partes del mundo y más de 40 años al recordado músico y compositor de la famosa obra La misa criolla, tendrá el placer de participar en uno de los acontecimientos culturales más importantes del país, finalizando el año. “Tuve la suerte y el privilegio de conocerlo, y acompañarlo en los escenarios y pueblos del mundo, que me emociona”, declaró ayer el jujeño desde Buenos Aires, donde ya se encuentra dedicado a los ensayos para el concierto del próximo 23. El recordatorio de su nacimiento, será también a todas sus obras, pero particularmente “Misa criolla” y “Navidad nuestra”.

En el escenario, será dirigido musicalmente por Facundo Ramírez (pianista y compositor, hijo del maestro Ramírez) y estará junto a Abel Pintos (como solista) y El chango Spasiuk (en acordeón). Participará también el Coro estable del teatro Colón (dirigido por Miguel Martínez) y el Coro de niños del teatro Colón (dirigido por César Bustamante). Y un jujeño más tendrá el honor de participar en el acontecimiento musical, el tilcareño Coya Ruíz, ejecutando su charango.

“Hablar de Ariel Ramírez es hablar de un padre, de un maestro. Toda una vida estuve a su lado, escuché sus consejos, sus charlas, él era amigo de una gran cantidad de músicos de Jujuy, pero también de hacedores de la cultura, como Jorge Calvetti, Domingo Zerpa, Medardo Pantoja y de otros. El recordaba siempre con mucho cariño al doctor Justiniano Torres de Aparicio, de Humahuaca, quien le enseñó los pasajes de los huaynos y taquiraris”, recordó Gordillo. Ramírez “anduvo por aquella zona (la Quebrada) recogiendo datos, coplas. En ciertas situaciones que se les presentan, “debo decir a algunos, que ponen en dudas de éste tremendo compositor, que habló de nosotros junto a Félix Luna”

Cierta vez debió tomar esa posición cuando se decidió nombrar “Ariel Ramírez” al pasaje que bordea dos lados de la plazoleta “Antonino Peloc” en Tilcara, “no sólo por los políticos medio reticentes que no querían y por otras personas del pueblo”, aclaró. Gordillo tuvo el privilegio de grabar con seis solistas la Misa criolla, entre ellos Mercedes Sosa, José Carrera, Patricia Sosa, también con Los Fronterizos, y recorrió el mundo.

En el diálogo, contó anécdota que relataba Ramírez “con un poquitito de sorna: Cuando lo llaman del sello de grabación Phillips y le preguntan qué tenía para grabar, él les responde la Misa criolla, y el director de Polygram se río”.

En consecuencia, se preguntó: ¿”De cuántos otros músicos y canciones populares hermosas se habrá reído ese señor, y no nos permitió escuchar?, él era alemán u holandés, no entendía nada, claro que lo sentía, pero no entendía la música popular”. Y continuó: “Entonces (el director de la discográfica) hizo un comentario: ¿’Una misa’?, ¿quién va a escuchar una misa?’. No recuerdo bien, pero creo que la Misa criolla lleva vendida más de 60 millones de placas y fue presentada por diferentes cantores en varios teatros del mundo, como el Carnegie Hall, el Lincoln Center, por la Filarmónica de Berlín; a cuántos teatros del mundo la habremos llevado, y ahora en el teatro Colón”.

Junto a otros músicos, “tuvimos la suerte de acompañarlo en la primera parte con el grupo de Jaime Torres, y después con el Cuarteto de Los andes y el Coya Ruíz. ¿Quién iba a pensar que alguna vez iríamos con nuestros charangos, sikus, quenas y erkes haciendo punta y entrando al teatro Colón delante de la Orquesta sinfónica para recrear la obra de Ariel Ramírez?. Justamente él, ya no está, pero lo podremos hacer”.

El deseo de Gordillo, es que su presencia y del Coya Ruíz en el homenaje a Ramírez, “sirva como ejemplo para nuestros chicos y músicos populares, ya no para mí y para el Coya. Pero también para quienes tienen a cargo la difusión de la música de nuestra tierra, se den cuenta que nuestra música es valiosísima y representa la cultura de un pueblo”. Se quedó porque “a veces nos equivocamos cuando se pintan como dibujitos de colores nuestra música, o el cotillón que le quieren poner”, eso “es una suerte de respuesta al mercado.

Para mí la música es como la pintura, la poesía”, afirmó. Y se esperanzó en que “alguna vez el Estado ponga atención en el poeta Ernesto Aguirre, que los músicos jóvenes aprendan su poesía y puedan musicalizarla, así como de él, hay de otros poetas, y que los discos lleven una pintura de los pintores de nuestra tierra”.

A lo largo de su trayectoria artística, acompañó a distintos coros en el mundo, de los cuales “hay unos tres o cuatro que me impresionaron, sin dudas uno de ellos fue el del teatro Colón. Con él y el tenor español José Carreras grabamos en California la ‘Misa criolla’, otra agrupación fue la Coral de Nueva York con Zamba Quipildor como solista.

Y alguna vez por Europa acompañamos la Misa criolla, con 18 coreutas del grupo Madrigal de Bucarest, fue impresionante, cómo cantaban chacareras, coplas y huaynos, realmente hermoso”, prosiguió recordando. “Así fuimos por el mundo, y ahora con el Coro estable del teatro Colón.

Hay muchas cosas que quisiera decir, algún día contaré más historia de Ariel Ramírez, quien fue un músico y compositor genial de nuestra tierra. El tiene uno de los pocos reconocimientos que es tener una calle, en la plaza chica de Tilcara que se llama ‘Maestro Ariel Ramírez’, lo nombramos así con muchísima devoción”, concluyó.