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15 de Mayo,  Jujuy, Argentina
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El oficialismo cierra filas para retomar la iniciativa

Domingo, 22 de agosto de 2021 01:03

Hace más de dos semanas que casi todo el debate político de la Argentina está centrado en el festejo de la primera dama y en sus eventuales derivaciones electorales. Ese hecho no sólo debilitó aún más la imagen del Presidente, sino que paralizó completamente la campaña del oficialismo a sólo 21 días de las primarias. La incómoda situación obligó al Gobierno a adoptar una posición defensiva y a perder parcialmente la iniciativa política, que estaba acostumbrado a manejar con mucha eficacia. 
Los anuncios imaginados días atrás para seducir al electorado indeciso les dieron lugar a las permanentes justificaciones de un “error”, como lo llamó dos veces el Presidente. No hay dudas de que la foto y el video que trascendieron de ese evento no se correrán tan sencillamente del debate mediático como imaginaban algunos funcionarios de la Casa Rosada.
En ese contexto, la denuncia contra Mauricio Macri y Elisa Carrió por violación de la cuarentena le agregó todavía más barro a una campaña que ya venía siendo deslucida y muy poco propositiva. Los candidatos, de izquierda a derecha, hablan como si se postularan a presidente y no a convertirse en uno más de los 257 legisladores. La pobreza argumental con la que se abordan los temas del debate público son un fiel reflejo de una sociedad que va de crisis en crisis. 
La intención del kirchnerismo es instalar que Alberto no fue el único en transgredir el decreto de aislamiento, sino que dos de los principales referentes de la oposición hicieron lo mismo. Obviamente, esta situación perjudica a Juntos por el Cambio, que venía haciendo del cumplimiento de la cuarentena una causa de Estado. Todo este debate también reveló una gran cuota de hipocresía de muchos dirigentes de la oposición, que durante todo el año pasado se plegaron a movilizaciones masivas -muchas veces sin distanciamiento social- que estaban prohibidas por decreto. 
¿Alcanza la acusación contra Macri y Carrió para opacar la indignación que generaron las imágenes de la Quinta de Olivos? Eso se podrá apreciar en las encuestas que se difundirán la semana próxima, pero difícilmente la sociedad iguale una situación con la otra, ya que en una de ellas está involucrado ni más ni menos que el primer mandatario, que no fue otro que el creador del decreto. 
Da la sensación de que los últimos discursos del oficialismo, en donde estuvieron presentes Cristina Kirchner y Sergio Massa, fueron más para blindar al jefe de Estado ante la crisis política que está viviendo que para captar la atención de nuevos votantes para el Frente de Todos. Actualmente los sondeos aseguran que quienes aún no decidieron su voto representan más del veinte por ciento del padrón, lo que transformará a esas personas en los verdaderos protagonistas de la elección. 
Las tensiones internas entre las distintas facciones de la coalición gobernante quedaron severamente expuestas tras este desafortunado episodio, en donde cada uno de los actores buscó no quedar afectado por la situación. Cristina Kirchner, la líder indiscutida del espacio, respaldó abiertamente a Alberto pero se encargó de darle recomendaciones en público que ponían al Presidente en un plano demasiado secundario para su investidura. Incluso, la vicepresidenta llegó a sacarle el micrófono al mandatario para aclarar lo que él había querido decir. La exmandataria puso su figura en medio de la campaña para mostrar unidad, pero también se encargó de marcar sus diferencias con el accionar del jefe de Estado. Una de cal y otra de arena.
La mayor presencia de Cristina en los actos de campaña tiene también otro objetivo: evitar fugas de votantes cautivos hacia terceras fuerzas como la de Florencio Randazzo o el Frente de Izquierda. En el Instituto Patria empezarán a dirigir su discurso con más intensidad hacia los independientes a partir de esta semana, cuando el votante duro ya esté totalmente garantizado. 
Todo eso ocurrió ante la atenta mirada de una opinión pública cada vez más descreída de sus dirigentes y cada vez más golpeada por el avance de la inflación, la pobreza y el desempleo. Estos temas, que deberían ser el centro de todas las discusiones, hoy quedaron relegados a un plano de menor exposición. Teniendo en cuenta que la mayoría de los indicadores económicos aún no muestran grandes signos de reactivación, esa podría ser la única buena noticia para el Gobierno de todo este embrollo.
Cerca de Alberto Fernández especulan que en los próximos días cambiará el eje de la discusión mediática a medida que se vayan anunciando mejoras económicas para los sectores asalariados, para los jubilados y para los monotributistas. La intención del comando de campaña oficialista es dar vuelta la página y dejar el tema de lado, lo que por supuesto no será nada fácil por la presión que ejercerán los opositores para mantenerlo en el candelero. “La sociedad se irritó mucho, eso es indudable. Sin embargo, según los sondeos que manejamos nosotros, continuamos primeros en las encuestas porque la gente repudia la herencia dejada por el macrismo”, reveló ayer a El Tribuno de Jujuy un funcionario con despacho en la Casa Rosada, 

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Hace más de dos semanas que casi todo el debate político de la Argentina está centrado en el festejo de la primera dama y en sus eventuales derivaciones electorales. Ese hecho no sólo debilitó aún más la imagen del Presidente, sino que paralizó completamente la campaña del oficialismo a sólo 21 días de las primarias. La incómoda situación obligó al Gobierno a adoptar una posición defensiva y a perder parcialmente la iniciativa política, que estaba acostumbrado a manejar con mucha eficacia. 
Los anuncios imaginados días atrás para seducir al electorado indeciso les dieron lugar a las permanentes justificaciones de un “error”, como lo llamó dos veces el Presidente. No hay dudas de que la foto y el video que trascendieron de ese evento no se correrán tan sencillamente del debate mediático como imaginaban algunos funcionarios de la Casa Rosada.
En ese contexto, la denuncia contra Mauricio Macri y Elisa Carrió por violación de la cuarentena le agregó todavía más barro a una campaña que ya venía siendo deslucida y muy poco propositiva. Los candidatos, de izquierda a derecha, hablan como si se postularan a presidente y no a convertirse en uno más de los 257 legisladores. La pobreza argumental con la que se abordan los temas del debate público son un fiel reflejo de una sociedad que va de crisis en crisis. 
La intención del kirchnerismo es instalar que Alberto no fue el único en transgredir el decreto de aislamiento, sino que dos de los principales referentes de la oposición hicieron lo mismo. Obviamente, esta situación perjudica a Juntos por el Cambio, que venía haciendo del cumplimiento de la cuarentena una causa de Estado. Todo este debate también reveló una gran cuota de hipocresía de muchos dirigentes de la oposición, que durante todo el año pasado se plegaron a movilizaciones masivas -muchas veces sin distanciamiento social- que estaban prohibidas por decreto. 
¿Alcanza la acusación contra Macri y Carrió para opacar la indignación que generaron las imágenes de la Quinta de Olivos? Eso se podrá apreciar en las encuestas que se difundirán la semana próxima, pero difícilmente la sociedad iguale una situación con la otra, ya que en una de ellas está involucrado ni más ni menos que el primer mandatario, que no fue otro que el creador del decreto. 
Da la sensación de que los últimos discursos del oficialismo, en donde estuvieron presentes Cristina Kirchner y Sergio Massa, fueron más para blindar al jefe de Estado ante la crisis política que está viviendo que para captar la atención de nuevos votantes para el Frente de Todos. Actualmente los sondeos aseguran que quienes aún no decidieron su voto representan más del veinte por ciento del padrón, lo que transformará a esas personas en los verdaderos protagonistas de la elección. 
Las tensiones internas entre las distintas facciones de la coalición gobernante quedaron severamente expuestas tras este desafortunado episodio, en donde cada uno de los actores buscó no quedar afectado por la situación. Cristina Kirchner, la líder indiscutida del espacio, respaldó abiertamente a Alberto pero se encargó de darle recomendaciones en público que ponían al Presidente en un plano demasiado secundario para su investidura. Incluso, la vicepresidenta llegó a sacarle el micrófono al mandatario para aclarar lo que él había querido decir. La exmandataria puso su figura en medio de la campaña para mostrar unidad, pero también se encargó de marcar sus diferencias con el accionar del jefe de Estado. Una de cal y otra de arena.
La mayor presencia de Cristina en los actos de campaña tiene también otro objetivo: evitar fugas de votantes cautivos hacia terceras fuerzas como la de Florencio Randazzo o el Frente de Izquierda. En el Instituto Patria empezarán a dirigir su discurso con más intensidad hacia los independientes a partir de esta semana, cuando el votante duro ya esté totalmente garantizado. 
Todo eso ocurrió ante la atenta mirada de una opinión pública cada vez más descreída de sus dirigentes y cada vez más golpeada por el avance de la inflación, la pobreza y el desempleo. Estos temas, que deberían ser el centro de todas las discusiones, hoy quedaron relegados a un plano de menor exposición. Teniendo en cuenta que la mayoría de los indicadores económicos aún no muestran grandes signos de reactivación, esa podría ser la única buena noticia para el Gobierno de todo este embrollo.
Cerca de Alberto Fernández especulan que en los próximos días cambiará el eje de la discusión mediática a medida que se vayan anunciando mejoras económicas para los sectores asalariados, para los jubilados y para los monotributistas. La intención del comando de campaña oficialista es dar vuelta la página y dejar el tema de lado, lo que por supuesto no será nada fácil por la presión que ejercerán los opositores para mantenerlo en el candelero. “La sociedad se irritó mucho, eso es indudable. Sin embargo, según los sondeos que manejamos nosotros, continuamos primeros en las encuestas porque la gente repudia la herencia dejada por el macrismo”, reveló ayer a El Tribuno de Jujuy un funcionario con despacho en la Casa Rosada,