No es la primera vez que llega por esta provincia para impartir sus conocimientos, teniendo en cuenta que aquí hay una gran actividad coral y los centros de estudio están muy alejados.
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No es la primera vez que llega por esta provincia para impartir sus conocimientos, teniendo en cuenta que aquí hay una gran actividad coral y los centros de estudio están muy alejados.
Las clases fueron en el Centro Cultural "Héctor Tizón", con el Coro Kamay de Jujuy (que dirige la profesora Isolda Sánchez de Bidondo) como coro piloto para las prácticas.
Cabe mencionar que Balzanelli se graduó del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón como director de coros y orquestas y se perfeccionó en el Centro Italiano de Música Antigua de Roma.
Formó y condujo varios coros, y en la actualidad tiene la Camerata Monteverdi.
¿Con qué recursos o talentos se encuentra acá en Jujuy pata trabajar?
Hay de todo. Hay mucho entusiasmo en los jóvenes de querer aprender. Observé en la primera clase, chicos en la primera fila tomando nota como hacía yo cuando era jovencitos, de todo lo que digo. Y de los directores activos, no todos estudian profundamente, pero para eso están estos cursos. Mi misión es alentarlos a que estudien, porque el coro es lo que es su director. Y el secreto es el estudio profundo de las obras.
¿Hay alguna característica o algún requerimiento especial que deba que tener el coro y el director, para la ejecución del Barroco?
La interpretación de la música antigua se hace de dos maneras. Una es de manera filológica, donde los coristas tienen que cantar sin vibrato, con la voz adecuada, etc., y los instrumentos tiene que ser antiguos, un violín barroco, una viola da gamba, un cromorno, etc. La otra, es hacerlo a la moderna, con instrumentos actuales, y en este caso también hay otras dos maneras de hacerla. Pedirle a la orquesta que toque como creíamos que se tocaba en el Barroco; o directamente con una forma contemporánea, para lo cual no basta un coro de dieciséis voces como usaba Bach, sino que habrá que poner un coro de treinta y dos personas o cuarenta. Pero alguien dijo que Bach es indestructible, de cualquiera de las formas es bellísimo.
¿Qué opina de esas nuevas formas?
Bueno, yo tengo un grupo de música antigua con el cual trabajo con voces especiales para el Barroco e instrumentos de la época que son réplicas de instrumentos antiguos. Pero también he hecho sinfónico coral con orquestas modernas, y trato de que la ejecución sea parecida a lo que se hacía en el siglo XVII, y se logran cosas.
Usted además compone.
Sí, pero tengo solamente 80 obras en 81 años, y Mozart tiene 600 y vivió 35 años –dice simpáticamente.
¿Cuál es su actualidad, a qué está dedicado en este momento?
Yo me retiré del Colón (Teatro), en 2008, después de 42 años. Actualmente, principalmente, me dedico a la composición, y hago esto de dar cursos en distintos lugares del país. Y tengo el grupo de música antigua, la Camerata Monteverdi.
Teniendo en cuenta la situación coral del país y de Jujuy en especial, ¿Cuál es su mirada acerca de la preparación, de las oportunidades, de los espacios para esta actividad?
La actividad creció, pero también hay una falta de profundización en el estudio de los directores. Hay coros excelentes, profesionales muy pocos. Tengo reservas en cuanto a la calidad y en la elección del repertorio, porque poco a poco ha ido desapareciendo la música académica argentina.
Se están descuidando las obras originales. Eso me preocupa.
¿Y cómo se puede cambiar eso o alertar sobre eso?
Antes de venir fui invitado a un concierto en la catedral de mi pueblo, de un coro de gran trayectoria, y en el programa no había ni una obra argentina. Y es como un síntoma más. El tema es que algunos directores veteranos como yo, se están contagiando de lo que hacen los directores más jóvenes.
Hace ocho años fui invitado a dar una clase en un congreso. Yo les había llevado de unas setenta obras de autores argentinos de música académica que están en mi biblioteca, hice cien fotocopias, se las regalé y les dije que estaban a su disposición. Nadie nunca me pidió una de esas partituras. Y me duele, porque la historia coral nuestra es resultado de esos compositores que muchos eran directores de coro.
Del taller que dio en Jujuy, ¿qué le gustaría lograr?
Bueno, el temario es largo, aunque son dos obras hay cinco directores que quieren practicar. Es muy reducido todo, pero es motivador. Trato de que salgan con la idea de querer estudiar más. Yo no vengo a enseñar, vengo a compartir lo que me enseñaron mis maestros. Estoy seguro que esto sirve para mejorar.
¿Cree que es factible o necesario poner una escuela de directores en Jujuy?
Hace unos años cuando vine, fuimos con Alejandra Gutiérrez (directora de Cultura de la Municipalidad de San Salvador de Jujuy), y José Rodríguez (concejal capitalino), a ver el teatro Mitre, y me dio mucho placer conversar con funcionarios cultos que saben de lo que estamos hablando, porque en ese momento le pregunté si había cámara acústica porque soñaba con venir a Jujuy con mi camerata.
Esa vez también le dije al intendente Raúl Jorge, que me dio el reconocimiento de visitante ilustre, que le iba a mandar el proyecto de una carrera de director coral y de orquesta para Jujuy. Intercambiamos tarjetas y me contestó el mail, cuestión muy importante. En ese momento, se interesó.
Sería muy importante que haya una escuela acá, porque los que quieren estudiar dirección se tiene que ir a Tucumán, Córdoba, Buenos Aires, La Plata, y después no vuelven a Jujuy.