Para la mayoría de los vecinos del barrio San Isidro, llegar a sus hogares en taxi es casi una tarea imposible debido a que no todos los conductores se animan a ingresar a la zona debido a los reiterados casos de robos y asaltos que allí se registran. Incluso, algunas familias del lugar tampoco pueden disfrutar tranquilamente de los espacios verdes, como las plazas, porque a horas de las noches algunos "maleantes" o "vagabundos", como ellos los llaman, se reúnen a consumir drogas o a tomar bebidas alcohólicas. Además denunciaron que hay quienes están involucrados en el comercio de estupefacientes.
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Para la mayoría de los vecinos del barrio San Isidro, llegar a sus hogares en taxi es casi una tarea imposible debido a que no todos los conductores se animan a ingresar a la zona debido a los reiterados casos de robos y asaltos que allí se registran. Incluso, algunas familias del lugar tampoco pueden disfrutar tranquilamente de los espacios verdes, como las plazas, porque a horas de las noches algunos "maleantes" o "vagabundos", como ellos los llaman, se reúnen a consumir drogas o a tomar bebidas alcohólicas. Además denunciaron que hay quienes están involucrados en el comercio de estupefacientes.
Estos son algunos de los relatos de vecinos que dialogaron ayer con El Tribuno de Jujuy acerca de la situación que atraviesa el barrio de la capital jujeña. Mencionaron que la ola de robos nunca cesó y que pese al contexto de pandemia, los hechos de inseguridad persisten.
Tras un recorrido por las diferentes calles del lugar, también se pudo conocer que la falta de presencia policial es uno de los factores que agrava la inseguridad y preocupa sobremanera a los vecinos del populoso barrio.
Si bien aseguraron que al ingreso hay una carpa con efectivos, para ellos no es suficiente. Pero no todos los vecinos denuncian los robos, hay otros que pidieron mayor iluminación para las plazas y calles.
"Ni siquiera los días de semana uno puede estar tranquilo en casa por los hechos de robo", señaló una vecina al agregar que vivir en el barrio significa llegar al punto de que el servicio de taxi no quiera dejarlos en la puerta de sus domicilios. "Tienen miedo de ser asaltados y que se les quite lo poco que tienen. Yo debo bajarme a tres cuadras de mi casa", expresó una mujer que vive sobre calle Juan Manuel de Rosas.
Es peor en fin de semana
Otro vecino, que prefirió mantenerse en el anonimato, sostuvo que los fines de semana es cuando se ve mayormente a jóvenes consumiendo estupefacientes en las diferentes esquinas o plazas del barrio.
Asimismo recordó que en dos ocasiones los vecinos debieron ayudar a remiseros que estaban siendo asaltados por malvivientes.
En tanto que otra vecina expresó que "es muy triste tener que vivir así en el barrio donde uno se crió, formó su familia y tiene a sus amigos, espero que la situación cambie en algún momento y que podamos tener mayor seguridad".