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Inimputable espera preso su juicio oral y público

Lunes, 26 de noviembre de 2012 12:41
Abandonado por su familia. Su madre, de 81 años, es la única que lo recuerda, aunque no puede visitarlo.

Un discapacitado mental, declarado inimputable en 1999 no solamente fue procesado por la Justicia salteña sino que ésta pretendió someterlo a un juicio abreviado por el delito de abuso sexual en contra de su propia madre, en el grado de tentativa.
El juicio abreviado fue rechazado por su defensor ad honorem Walter Atilio Díaz, al entender que la Justicia pretende condenar a quien previamente había declarado, en 1999, insano y, por lo tanto, inimputable ante la ley. Los delitos que se le atribuyen y lo mantienen recluido en la Alcaidía judicial fueron en el grado de tentativa.
Hoy, José Alberto Copa (54) espera que su sufrimiento mental sea elevado a juicio oral y público.
Mientras esto se sustancia, deambula por la Alcaidía Judicial con el incomprensible dolor de su enfermedad crónica e irreversible, que ya tuvo veredicto en la Justicia Civil de la Provincia.
José Alberto Copa fue declarado el 1 de diciembre de 1999 demente en sentido jurídico, según reza en el expediente 1C-34356/99, en juicio seguido por sus familiares por declaración de insanía y curatela.
La junta médica, integrada por los médicos David Flores, Edmundo del Cerro y Adriana del Valle Chávez, informó, en su momento, además, que el padecimiento mental de Copa era irreversible, observando para el paciente el cuidado y atención de otra persona, sin necesidad de internación, aclarando explícitamente que “no es peligroso ni para sí ni para terceros”.
“Por este juicio de insanía y curatela, la familia del ahora procesado y detenido recibió una pensión por discapacidad mental que el imputado jamás cobró, siendo sus curadores quienes disponen hoy de ese dinero, sin asistir a quien, a través de sus denuncias, lograron hacer procesar”, dijo Walter Atilio Díaz, defensor del declarado inimputable pero aún así procesado y despojado de su único bien, su libertad.
Durante su incomprensible encierro en la Alcaidía, Copa sufrió un ACV, pero aún así no recibió tratamiento médico adecuado a su dolencia de hipertenso, ni pudo obtener su libertad por la probada insanía de su salud mental, tal como la misma ley lo estipula en el artículo 34, título V, del Código Penal.

 El historial de un enfermo mental

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Abandonado por su familia. Su madre, de 81 años, es la única que lo recuerda, aunque no puede visitarlo.

Un discapacitado mental, declarado inimputable en 1999 no solamente fue procesado por la Justicia salteña sino que ésta pretendió someterlo a un juicio abreviado por el delito de abuso sexual en contra de su propia madre, en el grado de tentativa.
El juicio abreviado fue rechazado por su defensor ad honorem Walter Atilio Díaz, al entender que la Justicia pretende condenar a quien previamente había declarado, en 1999, insano y, por lo tanto, inimputable ante la ley. Los delitos que se le atribuyen y lo mantienen recluido en la Alcaidía judicial fueron en el grado de tentativa.
Hoy, José Alberto Copa (54) espera que su sufrimiento mental sea elevado a juicio oral y público.
Mientras esto se sustancia, deambula por la Alcaidía Judicial con el incomprensible dolor de su enfermedad crónica e irreversible, que ya tuvo veredicto en la Justicia Civil de la Provincia.
José Alberto Copa fue declarado el 1 de diciembre de 1999 demente en sentido jurídico, según reza en el expediente 1C-34356/99, en juicio seguido por sus familiares por declaración de insanía y curatela.
La junta médica, integrada por los médicos David Flores, Edmundo del Cerro y Adriana del Valle Chávez, informó, en su momento, además, que el padecimiento mental de Copa era irreversible, observando para el paciente el cuidado y atención de otra persona, sin necesidad de internación, aclarando explícitamente que “no es peligroso ni para sí ni para terceros”.
“Por este juicio de insanía y curatela, la familia del ahora procesado y detenido recibió una pensión por discapacidad mental que el imputado jamás cobró, siendo sus curadores quienes disponen hoy de ese dinero, sin asistir a quien, a través de sus denuncias, lograron hacer procesar”, dijo Walter Atilio Díaz, defensor del declarado inimputable pero aún así procesado y despojado de su único bien, su libertad.
Durante su incomprensible encierro en la Alcaidía, Copa sufrió un ACV, pero aún así no recibió tratamiento médico adecuado a su dolencia de hipertenso, ni pudo obtener su libertad por la probada insanía de su salud mental, tal como la misma ley lo estipula en el artículo 34, título V, del Código Penal.

 El historial de un enfermo mental

José Alberto Copa padeció desde niño una deficiencia mental notable. A los 40 años le diagnosticaron psicosis crónica progresiva, con pronóstico irreversible. Es conocido en el barrio por su frecuente exhibicionismo sexual, jamás denunciado por entender que Copa siempre estuvo demente. Acusado de actuar como el “Hombre Polilla” fue imputado por un familiar por intento de abuso sexual, en contra de su madre de 81 años, razón por la cual se encuentra encerrado en espera de un juicio oral.

A pesar de su padecimiento mental se encuentra detenido en Alcaidía, abandonado por su familia. Los informes médicos son contradictorios. En 1999, una junta médica le diagnosticó demencia en sentido jurídico por ser psicótico crónico e irreversible. Un certificado del hospital Miguel Ragone, de abril de este año, afirma que padece “embriaguez patológica” e “insuficiencia psíquica”; y que es un “psicótico crónico”, con antecedentes.

Pero una junta médica realizada en mayo pasado afirma que no padece psicosis y que “puede inferirse que al momento de los hechos no padecería insuficiencia en sus facultades mentales, alteración morbosas de las mismas que le impidieran comprender la criminalidad de sus actos”. En agosto pasado, un informe psicológico dice que “posee dificultades emocionales y sexuales”, y “sugiere tratamiento psiquiátrico”.
 

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