La cúpula de la CGT oficialista que encabeza el metalúrgico Antonio Caló expresó ayer su malestar por la falta de respuestas a los reclamos formulados al Gobierno en torno al mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias, las obras sociales y las asignaciones familiares.
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La cúpula de la CGT oficialista que encabeza el metalúrgico Antonio Caló expresó ayer su malestar por la falta de respuestas a los reclamos formulados al Gobierno en torno al mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias, las obras sociales y las asignaciones familiares.
El sindicalismo afín al Gobierno aguarda que la presidenta Cristina Fernández los convoque la próxima semana porque, consideran, “es la única que puede dar soluciones porque lo demás no sirve”.
“Hay mucho malestar en todo porque las respuestas no llegan y pasa el tiempo”, confió un vocero del sector.
Pese a reconocer que la Superintendencia de Servicios de Salud, a cargo de Liliana Korenfel, repartió 173 millones de pesos entre las obras sociales gremiales, la CGT de Caló no se da por satisfecha porque, aseguran, “no hay nada sobre el aumento del mínimo no imponible y sobre la universalización de las asignaciones familiares”.
Por otra parte, el secretario general del Sadop, Horacio Ghilini, explicó que el aumento del mínimo no imponible “es un tema medianamente complejo” porque además “hay un tema de escalas a aplicar para compensar” las pérdidas de salarios.
Añadió que desde la CGT “estamos estudiando para ver cómo se implementa este tema en el corto y mediano plazo”.
Ayer una delegación de la CGT se reunió con funcionarios de la AFIP aunque no se produjeron avances porque, aseguran, sólo la Presidenta puede decidir sobre el tema. En tanto, para la CGT de Caló la supuesta designación de integrantes de La Cámpora en la Superintendencia de Salud “no representa preocupación alguna”, aseguró Ghilini.
El dirigente destacó que “que el tema de las obras sociales lo estamos trabajando bastante bien en cuanto a perfeccionar la resolución 1200 sobre la prestación de servicios a discapacitados que la Superintendencia congeló hasta fin de mes. Al tema de La Cámpora no lo veo como una molestia primero porque la CGT no tiene una capacidad de inteligencia para saber cuál funcionario es de La Cámpora y cuál no”, explicó.