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YPF

Daniel Montamat: ?Esta YPF nace con la misma política energética

Sabado, 21 de abril de 2012 19:24

Especialista en Economía, el exsecretario de Energía de la Nación durante el gobierno de Fernando de la Rúa dialogó con El Tribuno y expuso su punto de vista sobre la expropiación de YPF por parte de la administración de Cristina de Kirchner. Subrayó que hay que “cambiar la política energética” del país, que debe ser pensada a “largo plazo” y puso énfasis en que hay que “recuperar el autoabastecimiento”.

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Especialista en Economía, el exsecretario de Energía de la Nación durante el gobierno de Fernando de la Rúa dialogó con El Tribuno y expuso su punto de vista sobre la expropiación de YPF por parte de la administración de Cristina de Kirchner. Subrayó que hay que “cambiar la política energética” del país, que debe ser pensada a “largo plazo” y puso énfasis en que hay que “recuperar el autoabastecimiento”.

¿Cuál es su opinión respecto de la expropiación de YPF?

Lo resumo en estos términos: si tuviera que votar esa ley, votaría en contra. ¿Por qué? No es que tenga prejuicios contra una empresa del Estado. Yo gerencié la YPF estatal entre el 87 y el 89. Se recuperó el autoabastecimiento y esa YPF, contra todos los pronósticos, no dio pérdidas. Está en los propios folletos de la privatización.

¿Qué diferencias existen entre ese proceso y el actual?

Esta YPF que queremos reestatizar nace con dos vicios congénitos. Primer tema: hemos puesto el carro delante del caballo. El problema del autoabastecimiento que Argentina perdió es un derivado de la política energética que hemos estado ejecutando durante estos años. Esa política energética entrampó en el corto plazo reglas, señales de precio y planes. En ese contexto, lo que hicieron las empresas fue sobreexplotar lo que estaba en producción y hacer una mínima inversión exploratoria. Es decir, pusieron varias bombillas en el mismo mate sin recargar el termo. Esta YPF nace sin que hayamos cambiado la política energética. Estamos queriendo reemplazar un actor español por un actor estatal. Si lo malo es la película, el resultado va a terminar siendo malo.

Una cosa que deberíamos haber hecho antes de plantearnos si queríamos volver a tener el control estratégico de esta empresa que nos toca el corazón, que es tan simbólica para todos los argentinos, es replantear la política energética. Hacer nacer a esta empresa con la misma política energética es condenarla al fracaso.

Segundo tema: otro vicio congénito de esta empresa, tal cual está estructurada la reestatización, es que el 50% de las acciones se las reparten el Estado nacional y las provincias productoras y no queda asegurado el tema de que la gestión de la empresa no vaya a ser intervenida políticamente. No queda asegurada la autonomía de gestión de la empresa. Imagínese de acá a un tiempo, Salta discutiendo con Chubut para ver dónde tienen que ubicarse los pozos exploratorios que la empresa tiene que hacer para recapitalizar las reservas de petróleo y gas. Unos dirán “en mi provincia han hecho pozos el año pasado”; otros, “en la mía han hecho pocos”. Imagine que esto se resuelva con criterio político y no técnico, con objetivo de gestión. Si eso sucede, condenamos a esta YPF a que infle costos y politice precios. Ahí va a terminar siendo un problema para todos: para las provincias, para el Gobierno nacional y para todos los argentinos. Por esas razones creo que no hay que aprobar esa ley, al margen de que nos quieran tocar el sentimiento nacional por lo que significa YPF, pero tengamos en cuenta que esta YPF no es la misma que la administración de Alfonsín le transmitió a Menem: aquella manejaba el 70% de la producción.

¿Considera que no ocurre lo mismo en la actualidad?

Esta YPF maneja solo el 30% de la producción y el 70% son otros actores, por eso vuelvo a decir que el primer punto que planteé de política energética es un tema que no solo compromete el futuro de este nuevo actor de YPF, sino del resto de los actores del sector petrolero. Hay que recuperar el autoabastecimiento energético que perdimos como consecuencia de la política energética. Ahí está la responsabilidad primaria. Si no entendemos esto, corremos el riesgo de hacer colapsar este nuevo intento de tomar el control de YPF por parte del Estado.

Mencionó falencias en la política energética, ¿a qué se refiere?

Hay falencias de reglas que se cambian permanentemente, hay falencias de precios y de planes. Vamos a una de precios. Les toca a ustedes: le estamos pagando a Bolivia 12 dólares el millón de BTU, que es el gas natural, le estamos pagando a los que nos lo traen por barco 18 dólares el millón de BTU y a las cuencas argentinas, incluida la salteña, le estamos pagando entre 2,50 y 2,70 dólares. Es una señal de precio. Eso es política energética, ¿estamos privilegiando la producción importada respecto a la nacional?

Segundo: reglas contingentes. Se las viene cambiando permanentemente. Las empresas antes podían liquidar parte de las divisas, ahora tienen que liquidar internamente. Tienen problemas para importar equipos. Las empresas producen y acuerdan un contrato de producción con fulano de tal, pero después lo obligan a reorientar esa producción para abastecer otros consumos. Todo esto es un permanente cambio de planes.

Finalmente, ¿cuál es el plan, la estrategia a largo plazo?

Yo hubiera estado dispuesto a discutir la necesidad de retomar el control estratégico de YPF en un plan a largo plazo, pero nunca ha habido política de Estado. Ha habido política de gobierno y política de corto plazo. Ahí están las cosas que hay que revisar fundamentalmente para que cambie el escenario del problema energético.

¿Cómo evalúa la posición que ha tomado España al buscar aliados en la Unión Europea o Estados Unidos?

España ha reaccionado lógicamente defendiendo sus intereses. Va a buscar la solidaridad de la Unión Europea y no sé si de Estados Unidos. Estas medidas siempre traen consecuencias en el plano internacional. Vuelvo a decir, creo que lo más complicado es que ahora que hemos tomado el control de YPF, esta pueda capitalizarse, conseguir financiamiento a precios adecuados, socios. Esto va a depender de que el país cambie su política energética y asegure autonomía. Ahí están mis mayores dudas sobre el futuro de YPF. Lo otro se va a traducir en un aislamiento internacional y posibles juicios. Ahora hay que ver cómo hacemos para recapitalizar YPF y, tal cual están planteadas las cosas, va a ser complicado. Hay que revisar la política energética si queremos que esta experiencia por YPF no se aborte a corto plazo.

 

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