A horas de la aprobación del proyecto para expropiar el 51% de YPF, la presidenta Cristina Fernández aludió ayer elípticamente a quienes la criticaron por su aval a la privatización de la petrolera durante el menemismo. “Soy terca y obstinada, pero no insensata. Cuando me equivoco lo reconozco y no insisto en los errores, que les quede claro”, señaló.
Y agregó: “Me gusta escuchar y cuando alguien tiene mejores ideas que yo, me encanta llevarlas adelante. Lo importante es que la bandera argentina no se vuelva a bajar más en nuestra patria”.
La jefa de Estado hizo estas declaraciones durante un acto desde Esteban Echeverría, para inaugurar las obras de ampliación del centro de distribución de la cadena Coto de supermercados.
Con respecto al desafío que representa hacerse cargo de la petrolera, la Presidenta manifestó que la ley “va a exigir un gran desafío para tener una empresa moderna competitiva y alineada con los intereses con el país”.
“Nos hubiera gustado que quienes tendrían que haber invertido lo hubieran hecho, pero tuvimos que hacernos cargo, como hicimos con Aerolíneas Argentinas”, dijo en alusión a los empresarios españoles de Repsol, a quienes se expropiarán las acciones.
Continuando con la nueva administración de la petrolera, Cristina Fernández explicó que “no es cierto que no se puedan alinear los intereses de una empresa privada con los de un país. Al contrario, cuando se desalinean los intereses de las empresas de los intereses del país, cuando se hace mayor hincapié solo en la renta financiera, es cuando se caen los países y es cuando se cae el mundo como lo que pasó en el 2008 y lo que nos pasó a los argentinos en el 2001.
La recuperación de la petrolera parecía un sueño, pero muchas veces las cosas se van dando porque la historia te va marcando etapas y la Argentina, que fue durante años exportador de hidrocarburos, se transformó en el 2011 en importador neto”, recalcó.
Durante el acto en Echeverría, Cristina estuvo acompañada por el gobernador bonaerense Daniel Scioli, el intendente Fernando Gray; la ministra de Industria, Débora Giorgi y el supermercadista Alfredo Coto.
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A horas de la aprobación del proyecto para expropiar el 51% de YPF, la presidenta Cristina Fernández aludió ayer elípticamente a quienes la criticaron por su aval a la privatización de la petrolera durante el menemismo. “Soy terca y obstinada, pero no insensata. Cuando me equivoco lo reconozco y no insisto en los errores, que les quede claro”, señaló.
Y agregó: “Me gusta escuchar y cuando alguien tiene mejores ideas que yo, me encanta llevarlas adelante. Lo importante es que la bandera argentina no se vuelva a bajar más en nuestra patria”.
La jefa de Estado hizo estas declaraciones durante un acto desde Esteban Echeverría, para inaugurar las obras de ampliación del centro de distribución de la cadena Coto de supermercados.
Con respecto al desafío que representa hacerse cargo de la petrolera, la Presidenta manifestó que la ley “va a exigir un gran desafío para tener una empresa moderna competitiva y alineada con los intereses con el país”.
“Nos hubiera gustado que quienes tendrían que haber invertido lo hubieran hecho, pero tuvimos que hacernos cargo, como hicimos con Aerolíneas Argentinas”, dijo en alusión a los empresarios españoles de Repsol, a quienes se expropiarán las acciones.
Continuando con la nueva administración de la petrolera, Cristina Fernández explicó que “no es cierto que no se puedan alinear los intereses de una empresa privada con los de un país. Al contrario, cuando se desalinean los intereses de las empresas de los intereses del país, cuando se hace mayor hincapié solo en la renta financiera, es cuando se caen los países y es cuando se cae el mundo como lo que pasó en el 2008 y lo que nos pasó a los argentinos en el 2001.
La recuperación de la petrolera parecía un sueño, pero muchas veces las cosas se van dando porque la historia te va marcando etapas y la Argentina, que fue durante años exportador de hidrocarburos, se transformó en el 2011 en importador neto”, recalcó.
Durante el acto en Echeverría, Cristina estuvo acompañada por el gobernador bonaerense Daniel Scioli, el intendente Fernando Gray; la ministra de Industria, Débora Giorgi y el supermercadista Alfredo Coto.
El FMI descartó una tendencia de nacionalizaciones
El Fondo Monetario Internacional (FMI) afirmó que no observa una tendencia de nacionalizaciones en América del Sur, pese a las recientes decisiones en tal sentido de Bolivia y Argentina, cuyos estados han tomado el control de filiales de empresas españolas.
Un portavoz del organismo sostuvo que considera importante que todos los países en todas las regiones mantengan “un clima de inversión predecible”.
“Es una región muy diversa y nosotros no diríamos que estamos viendo una tendencia”, agregó el portavoz Gerry Rice.
El Gobierno nacional intervino el mes pasado la petrolera YPF, hasta entonces propiedad de la española Repsol, y esta semana Bolivia anunció la toma de control de la filial local de transporte de energía de la también hispánica REE en el país.
Sin embargo, el organismo de crédito no cree que estas acciones se generalicen en la región.
Galuccio comandaría la petrolera
Quizá para no tropezar dos veces con la misma piedra después de la cuestionada gestión estatal en Aerolíneas Argentinas, la presidenta Cristina Kirchner recurriría ahora a los servicios de un experto en yacimientos petrolíferos para comandar los destinos de la nueva YPF.
El elegido sería Miguel Galuccio, un ingeniero paranaense de 43 años que se desempeñó en la década de 1990 en la principal firma petrolera de Argentina, cuando YPF era conducida por José Estenssoro, pero luego emigró del país y hasta hace pocos días trabajó para la empresa Schlumberger.
Se trata de la compañía prestadora de servicios para campos petrolíferos más grande del planeta, con sede de Houston, EEUU, con operaciones en alrededor de 80 países y más de 110 mil empleados de 140 nacionalidades distintas.
El ingeniero Galuccio es graduado en el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA).
España reclamó que imiten a Bolivia
El Gobierno español consideró ayer que la Argentina debería seguir el “camino” del gobierno boliviano, que también expropió una compañía ibérica del área energética, y pagar un “justiprecio” por las acciones que tenía Repsol en la petrolera YPF.
El canciller José Manuel García Margallo destacó que el gobierno de Evo Morales dijo que la tasación de Transportadora de Electricidad (TDE), filial de la española Red Eléctrica de España (REE), la hará “una empresa independiente”.
“Es el camino que parece haber tomado Bolivia y que a mí me gustaría que tomase Argentina, que todavía puede pagar el justiprecio”, declaró Margallo. El canciller consideró que la situación con Bolivia “está encauzada”.