La suba en los costos, que impactará en los comercios y se trasladará a las compras de los salteños, fue la justificación del intendente Miguel Isa al veto del proyecto que impide la circulación de camiones por el macrocentro y algunos barrios, entre las 6 y las 22. “Si no tenemos una playa de transferencia es muy difícil solucionar el tema de la carga y la descarga”, argumentó.
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La suba en los costos, que impactará en los comercios y se trasladará a las compras de los salteños, fue la justificación del intendente Miguel Isa al veto del proyecto que impide la circulación de camiones por el macrocentro y algunos barrios, entre las 6 y las 22. “Si no tenemos una playa de transferencia es muy difícil solucionar el tema de la carga y la descarga”, argumentó.
A fines de junio los concejales habían sancionado un proyecto que prohíbe el ingreso y estacionamiento de los vehículos de carga que superen ocho toneladas en el horario comercial.
El caos del tránsito salteño sigue sin solución, sobre todo en las horas pico. La semana anterior un camión volteó un cartel de seis metros en el cruce de Balcarce y Caseros. Los vecinos de calle Mendoza al 200 se quejaron en reiteradas oportunidades por el deterioro de las calles causado por los rodados de gran porte que van hacia un supermercado.
Desde hace varios años los empresarios piden que el ejido urbano disponga de una playa de transferencia de cargas, pero todo sigue sin solución. Isa dijo ayer que continuará el diálogo con la Cámara de Comercio de Salta para evitar más roturas de pavimento y otros daños. También señaló que hubo un consenso con los empresarios para que puedan seguir con los mismos horarios de descarga, al menos hasta que se concrete el proyecto de la playa de transferencia.
El proyecto que salió del Concejo Deliberante establecía multas para los infractores.
Horario complicado
Los propietarios de los locales del centro salteño rechazaron el proyecto que solo permitía descargar la mercadería de los camiones después de las 22 y hasta las 6. “El transporte llega a las 8 y los viernes a las 21. Se complica si solo se puede recibir mercadería de noche. Tendremos que tener trabajadores en horario que no corresponde y al otro día también los necesitamos temprano”, señaló Delfor Bonifacio, gerente de una casa de electrodomésticos. Juan González, propietario de una juguetería, dijo que la medida demandará más horas de trabajo y, por ende, mayor costo. “La descarga no es rápida. Si empiezan a las 22, seguro que terminarán a la medianoche”, agregó.