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Justino Ustares cuestionó el gerenciamiento del Hospital Materno Infantil

Lunes, 13 de agosto de 2012 11:29

La crisis del Hospital Público Materno Infantil se asocia con decisiones gerenciales y con la falta de recursos según opinó ayer, en diálogo con El Tribuno, el referente gremial Justino Ustares.
El titular de Aspromin (Asociación de Profesionales del Hospital Materno Infantil) habló del tema en medio del debate que se generó por la muerte de dos chicos que no habrían tenido la atención adecuada según se denunció en los últimos días.
El anterior edificio de la institución, en la avenida Sarmiento, tenía 240 camas para internación pero ahora hay 130 según indicó Ustares.
“La infraestructura es muy pequeña, solo funciona un quirófano y este tipo de cosas pueden seguir pasando. Necesitamos más lugar y más profesionales”, manifestó.
“Si hay una negligencia médica, se tiene que investigar. Pero el sistema está funcionando mal y hemos hecho muchos reclamos”, señaló el trabajador del hospital infantil.
Ustares opinó también que “la prioridad de los niños está desplazada”. Según dijo, en el mismo establecimiento se atiende “a los chicos, a las madres y también se hacen otras intervenciones para adultos”.
El referente gremial consideró además que el nosocomio “necesita un tomógrafo propio porque es un riesgo trasladar a los chicos”.
Justino Ustares dijo que “no cambió nada” desde se suspendió la administración privada de la Fundación Santa Tecla.
“No estamos de acuerdo con el gerenciamiento actual ni con el anterior. El sistema debe ser el de un hospital público ”, manifestó.
“Actualmente, no puede haber un control de la Auditoría de la Provincia. Hablamos de esto constantemente, no solo por nosotros sino por la población”, agregó.
El profesional también cuestionó los controles para los profesionales. “Hay cámaras para vigilar a los médicos, pero para los que son amigos de ellos (por la gerencia) no hay supervisión”, criticó el gremialista.
El 28 de junio falleció en el hospital Luciano Martínez, un chico de 7 años que había llegado derivado desde Isonza con un golpe en la cabeza.
Los profesionales podrían haber hecho demasiado tarde la tomografía que necesitaba. En los últimos días se conoció una grabación anónima en la que varias personas del hospital intentarían encontrar la forma de justificar la muerte y minimizar responsabilidades.
La semana pasada murió Valentino Arrúa, un bebé de 11 meses, después de una intervención del corazón que se había postergado desde mayo hasta agosto.
El bebé sufría una cardiopatía compleja de nacimiento y los padres denuncian que podría haberse salvado si lo operaban antes, aunque desde el hospital negaron que se así.

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La crisis del Hospital Público Materno Infantil se asocia con decisiones gerenciales y con la falta de recursos según opinó ayer, en diálogo con El Tribuno, el referente gremial Justino Ustares.
El titular de Aspromin (Asociación de Profesionales del Hospital Materno Infantil) habló del tema en medio del debate que se generó por la muerte de dos chicos que no habrían tenido la atención adecuada según se denunció en los últimos días.
El anterior edificio de la institución, en la avenida Sarmiento, tenía 240 camas para internación pero ahora hay 130 según indicó Ustares.
“La infraestructura es muy pequeña, solo funciona un quirófano y este tipo de cosas pueden seguir pasando. Necesitamos más lugar y más profesionales”, manifestó.
“Si hay una negligencia médica, se tiene que investigar. Pero el sistema está funcionando mal y hemos hecho muchos reclamos”, señaló el trabajador del hospital infantil.
Ustares opinó también que “la prioridad de los niños está desplazada”. Según dijo, en el mismo establecimiento se atiende “a los chicos, a las madres y también se hacen otras intervenciones para adultos”.
El referente gremial consideró además que el nosocomio “necesita un tomógrafo propio porque es un riesgo trasladar a los chicos”.
Justino Ustares dijo que “no cambió nada” desde se suspendió la administración privada de la Fundación Santa Tecla.
“No estamos de acuerdo con el gerenciamiento actual ni con el anterior. El sistema debe ser el de un hospital público ”, manifestó.
“Actualmente, no puede haber un control de la Auditoría de la Provincia. Hablamos de esto constantemente, no solo por nosotros sino por la población”, agregó.
El profesional también cuestionó los controles para los profesionales. “Hay cámaras para vigilar a los médicos, pero para los que son amigos de ellos (por la gerencia) no hay supervisión”, criticó el gremialista.
El 28 de junio falleció en el hospital Luciano Martínez, un chico de 7 años que había llegado derivado desde Isonza con un golpe en la cabeza.
Los profesionales podrían haber hecho demasiado tarde la tomografía que necesitaba. En los últimos días se conoció una grabación anónima en la que varias personas del hospital intentarían encontrar la forma de justificar la muerte y minimizar responsabilidades.
La semana pasada murió Valentino Arrúa, un bebé de 11 meses, después de una intervención del corazón que se había postergado desde mayo hasta agosto.
El bebé sufría una cardiopatía compleja de nacimiento y los padres denuncian que podría haberse salvado si lo operaban antes, aunque desde el hospital negaron que se así.

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