Otra vez el patio del colegio Ernesto Miguel Aráoz se convirtió en una interesante feria de productos gastronómicos y artesanales. Los emprendedores: los alumnos de quinto año de esa institución de la zona sur de la ciudad. Esta especial jornada de la que participaron los chicos de los tres cursos fue el resultado del trabajo que han venido haciendo todo el año en la materia Proyecto y Gestión de Microemprendimientos. Todos los años se realiza una muestra, con una feria, en la que se comercializa lo producido por los estudiantes.
inicia sesión o regístrate.
Otra vez el patio del colegio Ernesto Miguel Aráoz se convirtió en una interesante feria de productos gastronómicos y artesanales. Los emprendedores: los alumnos de quinto año de esa institución de la zona sur de la ciudad. Esta especial jornada de la que participaron los chicos de los tres cursos fue el resultado del trabajo que han venido haciendo todo el año en la materia Proyecto y Gestión de Microemprendimientos. Todos los años se realiza una muestra, con una feria, en la que se comercializa lo producido por los estudiantes.
Los primeros meses del año los alumnos estudiaron la parte teórica para poder conocer algunas herramientas para administrar y aprender acerca de cómo gestionar un proyecto. Es así que ayer cada microempresa armó sus stands y ofreció lo producido a la comunidad educativa, los vecinos del barrio y los padres que recorrieron la feria y compraron algunas cosas.
Objetos artesanales, comidas regionales, comida mexicana, conservas dulces y saladas, pastelería y bijouterie fueron algunos de los proyectos desarrollados por los alumnos del colegio. “Para armar el proyecto los chicos han tenido que estudiar mucho. Es una actividad que hacemos todos los años y que es muy linda, porque los chicos aprenden y se divierten”, dijo la profesora de ciencias económicas Norma Selman.
Pequeños empresarios
“First food” es un microemprendimiento gastronómico de chips con carne. Exito total. Vendieron mucho en la jornada de feria que se realizó ayer en el colegio. “Hicimos de cuenta que mis compañeras y yo teníamos una empresa y elaborábamos el pan, preparábamos la carne, los aderezos y todo lo que necesitamos para elaborar nuestro producto. Después hicimos un análisis de los gastos y de cuánto debíamos producir y qué precios deberíamos colocar para generar ganancias”, contó la alumna Estefanía Ruiz García.
Así, entre la teoría y la práctica, los chicos comienzan a tener en cuenta factores que son determinantes a la hora de pensar en emprender un nuevo proyecto. Las herramientas aprehendidas son, en definitiva, armas que podrán usar para insertarse laboralmente.
El grupo de Facundo Cabrera eligió hacer pizzas caseras. “Me gustó participar de esta feria. Siento que aprendimos mucho, sobre todo a administrar el dinero y a trabajar en grupo”, concluyó el alumno.