Hoy finaliza la 17§ Semana de Cine Argentino en Salta que, durante ocho días, puso en diferentes escenarios once filmes nacionales, algunos con entradas agotadas.
inicia sesión o regístrate.
Hoy finaliza la 17§ Semana de Cine Argentino en Salta que, durante ocho días, puso en diferentes escenarios once filmes nacionales, algunos con entradas agotadas.
El Mercado Artesanal, la Universidad Abierta de la Tercera Edad y la cárcel de villa Las Rosas fueron espacios particulares que se sumaron a la propuesta.
Los cuatro últimos filmes para hoy serán Wakolda a las 14.30; Mujer conejo a las 17; Fango a las 19.30 y Vino para robar a las 22, todas en la Sala 1 del Hoyts por valor de $20.
El broche de oro será hoy a las 19 con la reinauguración del Espacio INCAA del Hogar Escuela, cine teatro totalmente remodelado que comenzará a pasar producciones argentinas a mediados de enero con precios que no superarán los diez pesos, según se anticipó.
Hoy, además del acto oficial, se proyectará “NK”, el documental sobre el exmandatario Néstor Kirchner del realizador Israel Adrián Caetano, que estrenó el pasado 21 de noviembre en Buenos Aires.
Cara a cara con Campusano
El Museo de Arte Contemporáneo (Zuviría 90) será el ámbito donde hoy, a las 10, el realizador José Campusano mantendrá una charla abierta con el público. El cineasta, director de “Fango” que se verá esta tarde, pisa fuerte a la hora de revalorizar y defender comprometidamente la temática social a través de la pantalla grande. Lo expresa en un diálogo exclusivo con El Tribuno al remarcar que “durante mucho tiempo los guiones de corte social recibieron una mirada peyorativa hacia ese sector. Pero es exactamente todo lo opuesto, porque hay un vuelo dramático tremendo y una total falta de clichés”.
Para Campusano, autor de diez películas de corto, medio y largometraje además de producir y guionar otras tantas e interpretar una de ellas, la profunda problemática argentina reflejada en estos dos últimos días, tiene su origen en nosotros mismos. “Todos generamos esto porque somos parte del tejido social y evidentemente poco hicimos para modificarlo. Este tipo de cine genera un fuerte grado de autocrítica, a diferencia del cine industrial que se caracteriza por descreer de esa virtud”, dice.
Y muy crítico con los críticos, el realizador pone el acento en que “están documentados y construidos a partir del cine estadounidense, y todo aquello que no encuadra en ese ámbito no saben dónde ponerlo. Les cuesta entender el cine del interior del país y las cuestiones nuevas. O es complaciente o es detractora. Lo que pasa es que la industria de los Estados Unidos se adueña y cobra franquicias de cosas que son propiedad universal”.
Descreyendo de eso, Campusano denomina lo que hace como “cine orgánico”, es decir que tiene una gran cantidad de sedimento humano en su composición. “Trato de incluir a la comunidad en materia de contenidos, de interpretación, de producción y posterior difusión. Y salen películas como Vikingo, Fantasma de las rutas, Vil romance y las que viene ahora, El Perro Molina y la serie Martirio que se filmará en 2014”.
“Fango” no tiene actores profesionales, muchos son músicos de Buenos Aires y su presupuesto fue el más bajo ($150 mil). Pasó por varios festivales nacionales e internacionales y fue premiada en todas las competencias. “Nunca nos pasó algo semejante y ahora está en un festival en España. Esto demuestra cómo la crítica se queda atrás”, dice. Es que tiene la particularidad de ser hecho por la comunidad, a tal punto que en Chile recibió el premio al Riesgo narrativo.
Sin ánimo de encuadrarlo, Campusano hace un tipo de cine documental, donde la gente real es protagonista: delincuentes, policías, gauchos, artistas, “que ponen lo mejor, son cero conflictivos y participativos. Es una forma poética de trabajar”, concluye.