Tal como se espera y con llamativas ausencias de importantes sindicalistas, la CGT Balcarce bajó ayer el tono de sus reclamos al Gobierno, en un gesto de buena voluntad a la espera de que la Presidenta conceda una audiencia a los sindicalistas afines al kirchnerismo, que podría concretarse la semana próxima.
inicia sesión o regístrate.
Tal como se espera y con llamativas ausencias de importantes sindicalistas, la CGT Balcarce bajó ayer el tono de sus reclamos al Gobierno, en un gesto de buena voluntad a la espera de que la Presidenta conceda una audiencia a los sindicalistas afines al kirchnerismo, que podría concretarse la semana próxima.
El plenario de secretarios generales de la central obrera oficialista deliberó poco más de una hora, de 12 a 13.15, en el Teatro Empire de la Capital, para analizar la situación creada ante la falta de respuesta oficial a sus demandas, y la nota destacada la dieron algunos poderosos dirigentes que no estuvieron: los “gordos” Armando Cavalieri, Oscar Lescano, Ricardo Pignanelli y Carlos West Ocampo, y el exmoyanista Roberto Fernández, del gremio de los choferes de colectivos. Nada casualmente son los principales sindicalistas que están disconformes con el disperso rumbo de la CGT Balcarce y que, a la vez, critican la indiferencia presidencial ante los reclamos sindicales. Aun así, sus colegas les restaron importancia política a los faltazos y destacaron la presencia de un “gordo” como Héctor Daer (de Sanidad, el mismo gremio que West Ocampo) y de representantes de los sindicatos de Cavalieri y de Lescano.
En una conferencia de prensa, Daer, Omar Viviani (taxistas) y Omar Maturano (La Fraternidad), entre otros, ratificaron la vocación dialoguista de la central obrera que integran y se cuidaron de no cuestionar a la Casa Rosada, aunque admitieron que en el caso de los descuentos salariales por el impuesto a las Ganancias, por ejemplo, “se dieron pasos positivos, aunque aún no satisfactorios”.