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Alerta: el alcohol y las drogas ya están en las escuelas

Sabado, 08 de junio de 2013 12:59

Eran cerca de las 20 del 4 de junio pasado y W. (inicial del apodo) estaba sentado, con los ojos desorbitados mirando el piso de la preceptoría del colegio Hipólito Yrigoyen. Cruzaba los brazos como si tuviera escalofrío. No se acordaba dónde quedaba su aula y, de a ratos, hasta se olvidaba que estaba en la escuela. Levantaba la vista y se reía cuando algún compañero curioso al pasar lo cargaba. Un aparente caso de adicción a las drogas que, lamentablemente, se repite cada vez más en las escuelas secundarias salteñas, especialmente en el turno vespertino.

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Eran cerca de las 20 del 4 de junio pasado y W. (inicial del apodo) estaba sentado, con los ojos desorbitados mirando el piso de la preceptoría del colegio Hipólito Yrigoyen. Cruzaba los brazos como si tuviera escalofrío. No se acordaba dónde quedaba su aula y, de a ratos, hasta se olvidaba que estaba en la escuela. Levantaba la vista y se reía cuando algún compañero curioso al pasar lo cargaba. Un aparente caso de adicción a las drogas que, lamentablemente, se repite cada vez más en las escuelas secundarias salteñas, especialmente en el turno vespertino.

La problemática del alcohol y las drogas dentro de las escuelas fue sacada a la luz en una reunión la semana pasada en la ex Enet 2, donde numerosos padres plantearon su preocupación a los directivos de la institución y estos (inclusive profesores), por su parte, hicieron su descargo alegando que su función es solamente la de enseñar.

Si bien estas sustancias siempre merodearon las instituciones educativas, ahora hay quienes aseguran que, ante la vista gorda de sus responsables adentro de las instituciones, hay chicos que se drogan y beben y, peor aún, venden como caramelos estos aditivos.

El director de la escuela Hipólito Yrigoyen, Raúl Fabián, admitió que “el problema de las adicciones es una realidad en las escuelas”, aunque habló de casos “aislados” que se presentan con más frecuencia en el turno vespertino que tiene 319 alumnos. De forma paralela, con una diferencia de casi dos horas, en la institución también funciona el BSPA, donde asisten 286 jóvenes y adultos.

El 4 de junio, cuando El Tribuno visitó el establecimiento educativo, la preceptora tuvo que ir hasta la casa de W., un chico de 16 años, a buscar a la mamá. Tras labrarse un acta, la madre y el hijo aguardaban a un médico del Samec como parte del protocolo. El colegio, como muchos otros, no cuenta con gabinete psicológico.

En villa Lavalle, uno de los populosos barrios de la zona sudeste, el director del colegio América Latina, Luis Guillermo Camacho, señaló que “estos casos se dan en forma muy marcada a partir de los jueves y quedan resabios los lunes, por lo general, en los chicos de los últimos años y en algunos de primero”.

El América Latina entre los tres turnos tiene 1.500 alumnos. De éstos, Camacho se animó a calcular que “del 10 al 15 por ciento de la población total tiene problemas de adicciones, en la mayoría de los casos hemos detectado que son por consumo de cerveza y vino”.

Señaló que los alumnos ya ingresan a la institución en ese estado y admitió que esporádicamente se descubre a algunos chicos con bebidas adentro de la escuela, a pesar de la mirada aceitada de sus preceptores.

Los docentes hacen lo que pueden, muchos no se sienten preparados para afrontar este tipo de situaciones, otros hasta hablan de “trabajar con miedo”; lo cierto es que en la gran mayoría de los colegios se pide a gritos gabinetes psicopedagógicos estables y con más profesionales para abordar los diversos problemas en forma conjunta con los padres.

Polémicas declaraciones

El vicedirector de la ex Enet 2, Luis Palomo, en la misma reunión de padres dijo: “Con esta política de los derechos humanos y la inclusión social, que en algunas cosas estoy de acuerdo y en otras no, cambió toda la normativa educativa. Entonces, lamento decirles papás que no se puede expulsar a ningún alumno, ojalá se porte re-mal. Si lo querés sacar, viene el Ministerio de Educación y te dice: "No podemos dejar a nadie afuera'. Mejor si el chico está enfermo porque lo tenemos que rescatar”.

Ante un auditorium repleto en la Alberto Einstein, siguió: “Sí tenemos chicos que fuman acá, pero nosotros somos docentes y directivos, no somos médicos ni enfermeros ni papás. Ellos (por los profesores) vienen a enseñar. No están para cuidar sI fuman o no” (aplausos de los padres).

Contó: “Ahora ando por detrás de tres chicos como pollitos porque fuman marihuana; fuman afuera, no sé, capaz que adentro. La realidad no se la oculta, pero saben qué: tengo miedo DE que me contaminen a uno más”. A su turno, la directora María Elva Frutos, ante los reclamos, recordó: “Cuando llegué en el 2009 como vice, el turno vespertino era el caidero de los que se drogaban y de los que se alcoholizaban”.

Testimonios que se repiten en los colegios

La mamá de un alumno de segundo año de la ex Enet 2 reclamó que vino “a principio de año a presentarle una nota a la directora pidiéndole que cambie a mi hijo al turno mañana porque en su curso venden droga”.

Siguió: “Yo vivo en Castañares y trabajo desde las 11 de la mañana hasta las 11 de la noche. Mi hijo es muy buen chico. La directora me dijo: "Así que en el curso venden droga, pero ese problema está en los tres turnos. No hay vacantes'. No me dio una solución ni me pidió nombres ni me dijo vamos a hacer un seguimiento de ese chico”.

Una exprofesora de la ex Enet 2, con cambios de funciones hace un año, relató: “Yo conocí acá el olor al paco y a la marihuana. Tenía que salir del curso a buscar a los alumnos que estaban en la parte de atrás fumando. Lamentablemente me agoté”. “Si se hace la vista gorda y se niega la realidad no vamos a cambiar nada”, señaló.

 

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