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19 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Impuestos: llegó la hora de revisar la recaudación y el reparto

Viernes, 06 de junio de 2014 01:08

La pobreza estructural que padecemos en la región Noa-Nea de nuestro País no es un problema de un día ni de un gobierno sino de varias generaciones que han dejado que avance la desigualdad entre los argentinos.

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La pobreza estructural que padecemos en la región Noa-Nea de nuestro País no es un problema de un día ni de un gobierno sino de varias generaciones que han dejado que avance la desigualdad entre los argentinos.

Los índices de desnutrición, pobreza, indigencia, déficit habitacional, trabajo informal y los indicadores como ingresos per capita o producto interno bruto y la problemática de la producción de materias primas y su escasa transformación en nuestro norte grande comparando con otras regiones, nos dan la pauta de que no es un tema menor y que se debe solucionar.

Ya próximos a un cambio de gobierno es importante escuchar y hacerles conocer a los candidatos nuestras necesidades para que las adopten como propuestas y exigirles el compromiso de que se materialicen.

Uno de las prioridades que preocupa, no solo a nuestra provincia sino a todas, es la nueva ley de Coparticipación Federal de Impuestos, tema que aun no se resolvió a pesar del compromiso asumido en la última reforma de nuestra Constitución.

Nuevos gravámenes como el Impuesto a los Créditos y Débitos en Cuenta Corriente Bancaria, conocido como Impuesto al Cheque y creado para cubrir la emergencia de la crisis del 2001, y el Fondo Federal Solidario, considerado como un mecanismo transitorio de reparto y formado principalmente por las retenciones a las exportaciones de soja en sus distintas variedades y derivados, son los mejores ejemplos del avasallamiento de los ingresos de la Nación respecto de las provincias ya solo se coparticipa el 30% de las recaudaciones.

Federalismo fiscal

Actualmente la Nación recauda la mayoría de los impuestos y los coparticipa a las provincias, las que a su vez distribuyen una parte a sus municipios. Las provincias que tienen pocos recursos propios dependen significativamente de los montos que recibe del Poder Ejecutivo Nacional; en Salta, por ejemplo, más del 70 por ciento de los ingresos corresponden a la coparticipación de impuestos nacionales. Esto genera dependencia no solo económica sino política con el poder nacional de turno.

Para provocar el cambio de la actual forma de cobrar y distribuir la recaudación de impuestos debemos modificar y ratificar el federalismo fiscal y convertirlo en una política de estado.

Definimos el término “federalismo”, como una doctrina política donde las funciones del gobierno las tiene un grupo de estados asociados (provincias) que posteriormente delegan algunas competencias a un estado federal central (Nación) cuya esencia fundamental consiste en conciliar intereses, valores, problemas y preferencias inherentes a la sociedad.

Con estos conceptos podemos entender que el federalismo sirve para integrar un país, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de sus habitantes con el propósito de impulsar el desarrollo económico y social de sus habitantes.

El federalismo fiscal establece las relaciones financieras entre los gobiernos nacional, provincial y municipal. Es allí donde tenemos que exigir que se cambie la forma de recaudar y distribuir los ingresos que recauda el Estado especialmente la Nación.

La reforma de 1994

La reforma de la Constitución Nacional realizada en 1994 obligaba a nuestros gobernantes a consensuar una nueva Ley de Coparticipación Federal de impuestos en un plazo no mayor de diez años. Esta ley aun no fue ni siquiera redactada para someterla a discusión, Una de sus condiciones es que sea aprobada por unanimidad y aun no existe consenso para ni siquiera tratarla.

Además esta reforma deja de lado un federalismo bipartito (Nación- provincias) contemplada en la Constitución de 1853 para reconocer un federalismo tripartito agregando un tercer nivel de gobierno que son los municipios.

Un sistema federal de gobierno significa la descentralización de competencias en una estructura verticalista considerando cada uno de los niveles, cuantitativamente está formado por un gobierno nacional, 23 gobiernos provinciales y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 1178 municipios y 977 comunas.

Para que realmente funcione un federalismo fiscal se debe lograr que las relaciones financieras de cada uno de estos niveles de gobierno tengan claramente asignados sus ingresos, las responsabilidades de gastos y las transferencias financieras que se tienen que realizar entre si y hacia otras jurisdicciones, ya sean entre la Nación y provincias, provincias entre sí, las provincias y sus municipios y cuando corresponda entre municipios.

El gran compromiso

Una herramienta que aporta el federalismo es la Coparticipación Federal de Impuestos y esta debe servir para redistribuir los recursos a las regiones más necesitadas, pero si se quiere lograr este objetivo se debe realizar una reforma fiscal y así cada gobierno sabrá con certeza los ingresos que recibirá.

El Estado Nacional recauda la mayoría de los impuestos pagados por toda la comunidad. Esos recursos deben servir para redistribuir los mismos a las regiones menos favorecidas y no gastarlos en forma discrecional, como lo hace actualmente. Hoy, solo se coparticipa el 25 por ciento de la recaudación. El 75 por ciento se distribuye arbitrariamente.

Debemos exigirles primero a los candidatos que se comprometan con la implementación de un verdadero Federalismo Fiscal, para cuando sean gobierno lo ejecute, este es el tiempo de compromisos para lograr un país más equitativo y sin diferencias que todos queremos, nuestro mejor candidato será el que más interés demuestre en solucionar esta problemática entre otras, no nos olvidemos de lo que dice cada candidato.

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