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19 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Belgrano, sus mil facetas y las almorranas

Domingo, 08 de junio de 2014 01:52

Qué lindo­ Uno reventaba de orgullo cuando en la escuela podía repetir el nombre completo: ­Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano! Eso, las figuritas de Billiken y saber que era el creador de “nuestra gloriosa enseña patria”, completaban nuestra figura del prócer de blancos y ceñidos pantalones. ­Qué tiempos aquellos! cuando cantábamos “La marcha a mi Bandera” y esperábamos que nuestras voces infantiles estallaran en la estrofa que recordaba al General Susvín (“con valor, Sus-vín-culos rompió”).

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Qué lindo­ Uno reventaba de orgullo cuando en la escuela podía repetir el nombre completo: ­Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano! Eso, las figuritas de Billiken y saber que era el creador de “nuestra gloriosa enseña patria”, completaban nuestra figura del prócer de blancos y ceñidos pantalones. ­Qué tiempos aquellos! cuando cantábamos “La marcha a mi Bandera” y esperábamos que nuestras voces infantiles estallaran en la estrofa que recordaba al General Susvín (“con valor, Sus-vín-culos rompió”).

Pero esa imagen de nuestra infancia ocultaba al prócer más ilustre y más completo de la argentinidad. Todos nuestros héroes representan una faceta de la historia: la militar (San Martín), la educativa (Sarmiento), la periodística (Moreno), la política, la jurídica, la social, la económica, etc. Belgrano encarna todas y cada una de ellas.

El periodista

Este mes Belgrano anda a caballo, entre su nacimiento (3 de junio) y muerte (20 de junio). Pero no lo torturemos, hay que bajarlo del equino, ya que son varias las cartas donde intercambia, con el Gral. San Martín, recetas de ungentos aliviadores de las hemorroides. En esa cabalgata se entremezcla también el día del periodista, que fue conmemorado ayer con frecuentes alusiones a Mariano Moreno, sin advertir que Belgrano aquilata mayores méritos. En efecto: Moreno, prácticamente, fue periodista solo durante siete meses (junio de 1810 a febrero de 1811); Belgrano lo fue toda la vida. Es curioso que el día del periodista fuera establecido por la fecha de lanzamiento del primer periódico argentino (la “Gazeta de Buenos Ayres”), pero que a su vez no podía ser ejemplo de libertad de expresión ya que era órgano oficial de Gobierno (en ese orden, dentro de 200 años, festejaremos las ediciones de Tiempo Argentino y Página 12, y nuestros Morenos y Belgranos serán Horacio Verbitsky y Víctor Hugo Morales). De hecho, la “Gazeta”, en el año 1821, se transformó en el Boletín Oficial.

El abogado y economista

La condición de héroe civil de Belgrano ha sido opacada por su improvisado acceso a la milicia, que impuso su recuerdo como “General” y no como “Doctor”. Ello a pesar de que su primera vocación fueron las leyes, recibiéndose ­a los 18 años! de Bachiller en Leyes, que hoy a equivaldría a abogado. Se graduó en la más prestigiosa universidad de su época, Salamanca, con medalla de oro.

A contrapelo de la inveterada costumbre argentina de celebrar las muertes y las hazañas militares, los profesionales de ciencias económicas eligieron el día de nacimiento de nuestro prócer para festejar el día de los graduados en esa disciplina. Sin duda Belgrano fue el más esclarecido economista de su época, protector de la industria nacional.

Defensor de la justicia social

Una faceta poco conocida de Belgrano fue su insólita y acérrima defensa de la educación pública y gratuita, especialmente para la mujer: “...Esos miserables ranchos donde se ven multitud de criaturas, que llegan a la edad de la pubertad, sin haberse ejercitado en otra cosa que la ociosidad, deben ser atendidos hasta el último punto. Uno de los principales medios que se deben adoptar a este fin son las escuelas gratuitas, a donde puedan los infelices mandar sus hijos, sin tener que pagar cosa alguna por su instrucción; allí se les podrán dictar buenas máximas, e inspirarles amor al trabajo, pues en un pueblo donde reine la ociosidad, decae el comercio y toma su lugar la miseria”.

En el orden social, enviado Manuel Belgrano a las Misiones por orden de la Junta de Mayo, se horroriza ante el trato dado a los naturales expresando que “acredito que mis palabras no son las del engaño ni alucinamiento con que hasta ahora se han tenido a los desgraciados naturales bajo el yugo del fierro, tratándolos peor que a las bestias de carga”. Ante esa situación dicta desde su campamento de Tacuarí, el 30 de diciembre de 1810, un “Reglamento para el régimen político y administrativo”, que disponía en su artículo 28: “Todos los conchabos con los naturales se han de contratar ante el Corregidor o Alcalde del pueblo donde se celebren, y se han de pagar en tabla y mano, en dinero en efectivo, o en efectos, si el natural quisiera, con un diez por ciento de utilidad, deducido el principal, y gastos que tengan desde su compra, en la inteligencia de que no ejecutándose así, serán los beneficiados de hierba multados por la primera vez en cien pesos, por la segunda con quinientos y por la tercera embargados sus bienes y desterrados, destinando aquellos valores por la mitad al delator, y fondo de escuelas”. Hoy, las desproporcionadas multas que aplica el Ministerio de Trabajo, suenan a nimiedades.

Por el art. 79 se disponía: “A los naturales se les darán gratuitamente las propiedades de las suertes de tierra que se les señale, que en el pueblo serán de un tercio de cuadra, y en la campaña según las leguas y calidad de las tierras que hubiere cada pueblo, su suerte, que no haya de pasar legua y media de frente y dos de fondo”. Hoy, tendrían que arriesgar suertes en el plan Procrear.

Para cerrar con humor

En realidad Belgrano fue el primer periodista argentino. Participó e impulsó activamente los cuatro primeros emprendimientos periodísticos en nuestro territorio: El Telégrafo Mercantil (1801), el Semanario de Agricultura, Industria y Comercio (1802), el Correo de Comercio (1810); luego, ya instalado el gobierno patrio fue el principal artífice de la ya mencionada Gazeta de Buenos Ayres. En aquel primer diario: “El Telégrafo Mercantil, Rural, Político, Económico e Historiográfico”, fue principal redactor. Allí aparecieron estos simpáticos versos, que suponemos fueron escritos (por su problema hemorroidal), por nuestro querido Don Manuel:

¿Hasta cuándo traidoras almorranas

después de quedar sanas,

y ya purificadas, volvéis a las andadas?

¿Por qué irritáis con bárbaro suplicio

la paz del orificio,

que acostumbrado a irse de varetas

y en lícitos placeres

hace sus menesteres?

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